MARIELA SAGEL
El Siglo, 2 de enero de 2012
El año terminó con algunos sobresaltos, pero con buenas noticias por el lado del sector turismo, llegamos a dos millones de turistas, gracias a que desde mediados de la década del 90 y en forma consistente por las cuatro últimas gestiones de Gobierno, se ha mantenido la política que se adoptó. Primero se sentaron las bases institucionales e independientemente de la afinidad partidista, los directores de la hoy Autoridad del Turismo han tenido claro que es una industria en la que hay que invertir, garantizar y mejorar. Hay una gran variedad de atractivos turísticos, desde el de compras, el médico, gastronómico y por supuesto, el que visita los monumentos históricos, situando nuestro valioso Casco Antiguo como uno de los mil sitios que uno debe visitar sobre la tierra.
El Canal de Panamá tuvo récords en ganancias y sigue con paso firme su ampliación, lo que ha ido generando tanto empleos como inversiones colaterales, que le ha dado mucho dinamismo a varios sectores. Estamos en la mira del mundo, especialmente porque en estos diez años de administración panameña, hemos sido no solo mejores, sino más eficientes en manejar ese recurso con que Dios ha bendecido a esta estrecha cintura que une los dos mares.
En agosto del 2012 se tiene que nombrar un nuevo administrador de la ACP. Es un reto enorme el encontrar quien reemplace a Alberto Alemán, no porque él sea imprescindible, sino porque los resultados que su administración ha arrojado, la transición, el referéndum y el inicio de la ampliación han sido ejemplares, pero aún más encomiable su negativa a que se cambiara la ley para que él se quede hasta el 2014, cuando culmine esa importante obra. Hacemos votos porque la selección que se haga no tenga sesgos ni personalistas ni políticos, se seleccione al mejor profesional y que se tomen en cuenta la idoneidad y la capacidad de quien sea seleccionado. Y que dicha selección no levante ni una sola duda, como han sido las recientes designaciones de magistrados, procurador, de ministros y hasta de los directores de esa autoridad.
Por supuesto que la educación sigue siendo el reto principal, al igual que la seguridad, que no se va a garantizar llenándonos de radares. Debe existir una política de Estado en este y otros temas, que no se cambie por quien asuma el poder.