PANAMÁ EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS
Por Mariela Sagel, Destino Panamá, 20 de diciembre de 2024
El próximo 1 de enero del año que ya despunta Panamá ingresará como miembro temporal al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la sexta vez que lo hace y habiendo obtenido el 96% de los votos en una votación histórica el pasado 6 de junio en la sede de esa organización en la ciudad de Nueva York.
Las veces anteriores en las que Panamá fue miembro temporal de ese organismo fueron en 1958-1959, 1972-1973, 1976-1977, 1982-1983 y 2007-2008. Su pertenencia será por dos años, y lo hace en un momento trascendental para el mundo, en el que los conflictos bélicos están a la orden del día, concentrados en áreas sensitivas, como son Rusia y Ucrania, Israel y Palestina y más recientemente, Siria.
La misión principal del Consejo de Seguridad es la de mantener la paz y seguridad en el mundo, y sus miembros permanentes son cinco: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y la República Popular China. Estos dos últimos han ido evolucionando a medida que hubo transformaciones desde la constitución de esta instancia, en 1945, ya que inicialmente era la Unión Soviética y la República de Taiwán los que formaban parte, decidiéndose, en 1971, con el reconocimiento legítimo de la República Popular China, que fuera ésta la que ingresara y en 1991, con la caída de la Unión Soviética, permaneció la Federación Rusa.
Panamá fue sede de una reunión sin precedentes del Consejo de Seguridad en 1973, una de las tres veces que este organismo de Naciones Unidas se ha reunido fuera de su sede. En 1972 lo hizo en Addis Abeba (Etiopía) y en Ginebra (Suiza) en 1990. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan acostumbra a repetir “the world is bigger than five” (en referencia a que hay más de 5 países en el mundo y Türkiye no está entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad).
Las decisiones del Consejo de Seguridad son vinculantes (conocidas como resoluciones) y deben ser de obligado cumplimiento para los miembros, de acuerdo con lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas.
En el mes de marzo del presente año, la entonces canciller Janaina Tewaney Mencomo, participó del III Antalya Diplomacy Forum, instituido en el año 2021 en la ciudad mediterránea de Antalya, Türkiye, por el excanciller turco Mevlüt Çavuşoğlu con la visión de que sirviera de plataforma interactiva y de intercambio de pensamiento para abordar los desafíos que hoy enfrenta el mundo, así como las regiones, y su orientación ha sido discutir herramientas innovadoras para avanzar en diplomacia en tiempos convulsos. En el año 2023 no se pudo llevar a cabo por los devastadores terremotos que sacudieron 11 provincias de Türkiye, pero en su corta trayectoria, se ha convertido en el Davos de la diplomacia.
La misión de la canciller, cumplida a cabalidad, fue la de conseguir los votos para que Panamá fuera electa en el Consejo de Seguridad, y se llevaron a cabo 17 reuniones bilaterales en dos días, con países tan lejanos en términos geográficos como Djibouti, Gambia, Azerbaiyán, Sudán del Sur, Arabia Saudí, Líbano, Somalia, Guinea Bissau, Montenegro, Hungría, Polonia, República Democrática del Congo, República Centro Africana, Túnez, Kuwait, Serbia y Venezuela (aunque su status en ese organismo pende de un hilo), al igual que una reunión de alto nivel con el canciller turco, Hakan Fidan. Al mismo tiempo se celebraba en Tegucigalpa, Honduras, una reunión de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), pero la convergencia en Antalya representaba para Panamá una oportunidad de oro para tocar muchas puertas que raramente son accesibles de tocar.
Esta acción de diplomacia al más alto nivel rindió sus frutos en la elección del 6 de junio, y ahora empieza, con el nuevo año, el ingreso de Panamá a los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y por dos años. Se inicia una gran etapa para hacernos escuchar a nivel mundial, y contribuir a la paz y seguridad de los países del orbe, que tan necesitados están de que se terminen los conflictos. Panamá es un referente en términos de mediación, lo hemos demostrado al lograr un tratado que nos devolvió el control de nuestro recurso más preciado, la posición geográfica, donde está ubicado el Canal de Panamá, que este año celebra 25 años de estar siendo manejado por profesionales panameños, siendo un ejemplo de excelencia y eficiencia
El gobierno nacional tuvo el acierto de nombrar como embajador en Naciones Unidas a un representante de lujo, como lo es el Dr. Eloy Alfaro de Alba, que ya fue embajador de Panamá en los Estados Unidos, y cuyo suegro, Aquilino Boyd, fue nuestro representante en el período más fructífero para Panamá 1972-1973,1976-1977 y 1981-1982, respectivamente, dando a conocer a nivel mundial la lucha de Panamá por lograr la plena soberanía sobre el Canal de Panamá y sus áreas adyacentes. Sobre el Dr. Alfaro recae una responsabilidad enorme que, estoy segura, sabrá llevar con la sapiencia y la destreza de un avezado diplomático como él.
En palabras del ex Secretario General de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar (1982-1991) “hubiera sido imposible y autodestructivo asumir que la organización o su secretario general podrían, sin la ayuda de los miembros del Consejo de Seguridad y su influencia regional, trabajando en conjunto con otras organizaciones, encontrar una solución a determinados conflictos”. (Pilgrimage for Peace, St. Martin Press, NY, 1997.
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