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PANAMÁ EN TÁNGER

Por Mariela Sagel, Vida y cultura, La Estrella de Panamá, 24 de febrero de 2019

     Atendiendo a una gentil invitación de la Asociación de Amistad y solidaridad entre Marruecos y América Latina estuve en Tánger dictando una conferencia sobre literatura panameña el mes pasado.  Esta asociación, que apenas cumple un año de formada precisamente hoy, busca un mejor conocimiento de América Latina, ya que en Tánger no ha habido asociaciones de amistad con los países latinoamericanos que organicen actividades en torno a los temas culturales.

Desde esa perspectiva, sus fines persiguen la cooperación en el acercamiento a estos países para informar de la importancia de las culturas hispánicas y latinoamericanas para los marroquíes y sobre todo para los jóvenes. Potenciar el intercambio entre universidades marroquíes y latinoamericanas para dar a conocer Marruecos en Latinoamérica.  Y estimular el intercambio de viajes culturales, relacionarse en los ámbitos del periodismo y comunicación, e impulsar las relaciones comerciales.

A un año de formada, ha organizado conferencias, presentaciones de libros, y conciertos, y en el futuro procederá a organizar foros, congresos, jornadas gastronómicas y festivales.

Está integrada por académicos, investigadores, profesores y traductores. Está abierta a todas aquellas personas interesadas en los países latinoamericanos y la cultura en general.

     La conferencia se celebró en la sala de eventos del Instituto Cervantes, en la Avenida Bélgica, que baja hacia el emblemático Café de Paris, que está en la esquina de la Rue de la Liberté, un triángulo que tiene a un lado el consulado francés y la galería Delacroix y se bifurca para convertirse en la Avenue Pasteur, en donde además de muchas tiendas icónicas como la perfumería Madini, está la Librerie des Colonnes.  En esa Rue la Liberté está el mítico Hotel El Minzhab, donde estuvieron hospedados famosos artistas y escritores y desde donde despachaba el escritor rifeño Mohamed Chukri.

     Tánger es una ciudad que me gusta mucho.  Todavía tiene ese dejo de capital internacional, que fue entre 1923 y 1956, cuando Marruecos era protectorado español y francés.  Necesitaba volver a ella para entenderla e interiorizarla y gracias a Randa Jebrouni y su bella familia, presidenta de la Asociación de Amistad y solidaridad entre Marruecos y América Latina avancé en ese proceso.

LA CONFERENCIA

     Para no parcializar el tema de la conferencia decidí estructurarla en base a ejes temáticos, especialmente los históricos, que han condicionado nuestra identidad como nación.  Empecé explicando a los presentes, todos muy expectantes por ser la primera vez que escucharían a una panameña hablar de literatura, que Panamá era una colonia de España hasta 1821 y se unió voluntariamente a Colombia, compartiendo la visión de Simón Bolívar.  No dejé de mencionar el asalto que sufrió la ciudad de Panamá, que fue fundada hará 500 años este 15 de agosto, la primera ciudad fundada por los españoles en el Océano Pacífico. De igual forma detallé todos los preparativos que se hacen desde el Patronato de Panamá Viejo para celebrar de manera didáctica y con responsabilidad histórica esta importante efeméride.

     De allí me fui por el lado de la construcción del ferrocarril de Panamá en 1850, y lo que eso representó.  Simón Bolívar había envisionado que por Panamá se debería hacer ese paso transístmico que ahorraría muchos meses de traslado entre una costa a otra de los Estados Unidos tan temprano como 1830, y murió al año siguiente.

     Seguí con la separación de Panamá de Colombia y todas las obras que se han recreado en torno a este hecho, y de igual forma hice referencias a los escritores que habiendo nacido colombianos, le dieron lustre al ser panameño como fueron Guillermo Andreve, Roque Javier Laurenza y Diógenes de la Rosa.  Me basé primordialmente en las disertaciones que, al ingresar en la Academia Panameña de la Lengua, hicieron la profesora Margarita Vásquez y el Doctor Arístides Royo.

     A partir de entonces, el ente aglutinador no solamente fue la recuperación de nuestra soberanía sobre la Zona del Canal de Panamá y el manejo de la vía acuática, sino la segregación de la población por raza y color, lo que tuvieron que sufrir las poblaciones que fueron inundadas para crear los lagos artificiales que alimentan el canal y referencias relacionadas.  Para mi sorpresa, hay una enriquecedora bibliografía a la que uno puede remitirse para comprender esta temática.

     Me ayudó mucho hacer una presentación de diapositivas que incluía desde mapas antiguos de cómo y dónde estaba Panamá en el siglo XVII hasta fotos de los trabajos de construcción del Canal de Panamá.

     Expliqué los conflictos que tuvimos como nación por el simple hecho de reclamar lo que era nuestro, y el tratado que ningún panameño firmó, siempre refiriéndome a las obras literarias que han exaltado estos momentos importantes de nuestra nacionalidad.  Importante fue la mención del 9 de enero de 1964 y explicar cómo era posible que ondeara una bandera extranjera dentro de nuestro territorio.

     Después expliqué la lucha por negociar un tratado que nos devolviera el control de nuestro mayor activo, nuestra posición geográfica y la importancia del Tratado Torrijos Carter. 

     El tema derivó a la implementación del tratado y vino a colación el poema de Amelia Denis de Icaza “Al Cerro Ancón”, emblema de nuestra nacionalidad que en forma macarrónica los negociadores tradujeron y que gracias a ello nos fue devuelto de primero para que en su cima se izara nuestra bandera.

     El hilo conductor siguió por diferentes obras literarias que se destacan de entre los escritores panameños y volví sobre otro de los traumas más grandes que hemos sufrido como país, la invasión y antes de eso, la degeneración del gobierno militar que gobernaba el país.

LOS AUSPICIOS

     Esta presentación no hubiera sido posible sin el apoyo de entidades que desinteresadamente aportaron su granito de arena.  Tengo una deuda impagable con la Autoridad del Canal de Panamá, que me preparó un video y una carpeta de fotos valiosísimas, que mostraban la evolución de la vía acuática.  El Ministerio de Relaciones Exteriores, que transportó hasta Tánger los libros que doné a la Asociación de amistad y solidaridad entre Marruecos y América Latina.  La Librería de Panamá Viejo, la Editorial Portobelo y Mario Lewis, que me donaron publicaciones de autores ya desaparecidos, la Librería del Instituto Nacional de Cultura, que me hizo un descuento en ciertos libros que necesitaba incorporar y, sobre todo, a todos los escritores que me donaron sus libros para que sean parte hoy día de la biblioteca de la Asociación.  De la misma forma, la embajada de Marruecos en Panamá, que brindó toda su colaboración para el trámite expedito de la visa y me organizó una reunión en el puerto Tánger Med.

     Sobre esta visita, debo mencionar que mi impresión fue muy grande porque no me imaginaba que dicho puerto, construido hace apenas 12 años y en el punto donde confluyen el Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo, sea una plataforma logística e industrial integrada, conectada a un red de transporte multimodal (enlaces ferroviarios, autopistas y autovías) desarrollado sobre 1,000 hectáreas que incluye un puerto de pasajeros y buques de carga rodada, una zona franca logística, un puerto de contenedores, ensambladora de vehículos y transporte internacional.  No sé qué estamos haciendo mal en Panamá que no tenemos relación con ese puerto.

     Claro que quedamos muy bien como país porque al ellos mostrar el video del vertiginoso desarrollo del puerto, yo les puse el que me había dado la Autoridad del Canal de Panamá, por lo que esa fue mi carta de presentación.

     Volviendo a la literatura, los asistentes hicieron muchas preguntas, sobre todo porque desconocían casi todo de nuestro país y mucho más de nuestras letras y autores.  Sin embargo, las preguntas recurrentes fueron sobre los “Panama Papers, sobre Noriega y sobre Rubén Blades.  Así es como nos proyectamos al mundo.  Hay un gran trabajo que hacer en el aspecto literario o, mejor dicho, está todo por hacerse.