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PARADOJAS DE LA PAZ Y DEL PODER

Por Mariela Sagel, Vida y Cultura,  2 de septiembre de 2018, La Estrella de Panamá

Bajo el sello Debate de la editorial Penguin Random House se publicó en julio el libro “Santos: Paradojas de la paz y del poder” de la periodista colombiana María Jimena Duzán.  Ella estuvo recientemente en Panamá, coincidiendo con los invitados a la Feria del Libro, sus colegas y amigos Jon Lee Anderson y Patricio Fernández, y conversé sobre esta valiosa publicación que recoge lo que vivió el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, “que consiguió poner fin a una guerra de más de 50 años a costa de su propio declive político”.

MS: Cuéntame de qué va el libro…

MJD: El libro lo empecé a escribir hace cuatro años y medio, cuando se inició el proceso de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano, pero terminó siendo un libro sobre la labor o el papel que desempeñó Juan Manuel Santos en todo esto que se ha vivido, que evidentemente ha dejado al país dividido.  Esa es básicamente la historia.  Iba a ser un libro sobre el acuerdo de paz y cuando se perdió el plebiscito me llama mi agente de Estados Unidos y me dice: “yo creo que le van a dar el Premio Nobel a Santos…”  Entonces hago una mezcla; no es un libro sobre Santos, es sobre todo lo que él hizo alrededor de lo que nos pasó, incluido el día en que perdimos el plebiscito.  Yo empiezo desde octubre 3 hasta principios de diciembre, días que cambiaron la historia de Colombia.  Traté de contar lo que vivimos esos días.

MS: ¿Cómo lo vivieron ustedes?

MJD: Pues se perdió por muy poco, 54 mil votos.  La gente que votó fue poca pero el gran derrotado fue el que no fue convencido de la bondad del acuerdo de paz, Santos no logró convencer al país.  Eso fue lo que se perdió.

MS: ¿Y cómo explicas la demografía de los que votaron por el NO?

MJD: Los que votaron por el NO es la gente que no está afectada por el conflicto, que reside en áreas urbanas. El voto SI fue el del Pacífico, de la costa, donde se ha vivido el conflicto.  ¿Pero cuál es el problema del acuerdo de paz? Es un acuerdo tan complicado, tan difícil de entender que apenas ahora es que estamos entendiendo su dimensión. Y es parte de lo que yo trato de hacer en el libro, explicar qué fue lo que pasó. Llevábamos 54 años de guerra, estábamos en una cosa totalmente ilógica que se volvió lógica para todos y de repente, se rompe eso y lo primero que sufrimos es un desconcierto profundo.  Eso es normal, ha pasado en otros países donde se ha introducido la figura del plebiscito en estos temas, como en Guatemala, donde también se perdió.  Pero nosotros hicimos uno a la semana de haberlo firmado.  En Irlanda el acuerdo se hizo un año antes de que se llevara a consulta.  Pero nosotros hicimos un absurdo, hicimos un referéndum a la semana de haber firmado un acuerdo, que nadie entendió, que tenía 297 páginas que nadie leyó y rompía una tradición de algo que se veía por televisión y que los que la sentían no eran importantes.

MS: ¿Y de quién fue la culpa?

MJD: De Juan Manuel Santos.  Álvaro Uribe tiene una posición absurda, con la cual yo no estoy de acuerdo.  Hubo una falta de comunicación, Santos estaba haciendo muchas cosas a la vez.  Eso de romper ese cordón umbilical con la guerra fue determinante, no hizo todo bien, como no hacer pedagogía del acuerdo. Y Uribe hábilmente aprovechó y se montó en que era una prebenda para las FARC y resulta que el 80% del acuerdo no tenía que ver con ellas, sino con reformas que había que hacer y que habían sido abandonadas por parte del estado, precisamente por la guerra.  Muy hábilmente Uribe redujo todo eso a que era en beneficio de las FARC y que era una reforma socialista (Santos no puede ser más de derecha).  Fue más una debilidad de Santos que una fortaleza de Uribe.  El presidente logró el acuerdo, lo llevó a buen puerto, pero para eso decidió sustraer a la sociedad, y trató de blindarlo para que no se rompiera, como había ocurrido en el pasado.  Se pudo haber hecho de otra forma, lograr el acuerdo y esperar un tiempo, y llevarlo a consulta para legitimarlo.  Y se equivocó, se equivocó profundamente y si no hubiera recibido el Premio Nobel no hubiera podido reabrir el nuevo acuerdo.

MS: ¿Y esa celebración que se hizo en Cartagena antes del plebiscito?

MJD: Sí, fue una celebración casi mundial, porque era una guerra que terminaba, la guerra más larga del mundo, y era la única noticia buena que había.  Era obvio que de allí saldría un Premio Nobel, pero colectivo, Santos, Timochenko, las víctimas, pero qué pasó, con la pérdida de la consulta popular la academia decidió que para impulsar al acuerdo había que darle el premio a Santos y eso le ayudó a remontar semejante revés y reabrir la mesa de negociación, en la que el propio Uribe se quedó corto porque no sabía cómo no decirle que no.  Fueron unas negociaciones muy interesantes, se incluyeron nuevos puntos del NO y a última hora Uribe se negó, porque él sabía que su candidato iba a ganar las elecciones.  Pero Santos logró que se firmara y ese documento sí ha tenido mucho más conocimiento de parte de la sociedad colombiana y ese proceso le dio legitimidad al acuerdo que se había perdido y Santos logró sacarlo adelante.  Y digo como colombiana que afortunadamente, porque si no, la posibilidad que tendríamos de volver a la lucha armada era altísima.  Ya eso se acabó, y ese es el gran logro de Juan Manuel Santos.

MS: ¿Y en qué estado está ese nuevo acuerdo?

MJD: Se hizo un nuevo acuerdo que incluyó 140 propuestas del NO y a última hora Uribe se paró porque lo que él quería era que no hubiese acuerdo, allí lo cuento en el libro. Él quería que no se aceptara que había habido conflicto.  Es una discusión ideológica con la que nunca nos vamos a poner de acuerdo. Y segundo, no quería ver a la gente de las FARC en el congreso, o como candidatos.  Los quería en la cárcel.  Pero uno no hace un acuerdo de paz para meter a todos en la cárcel…

MS: ¿Y qué piensa hacer Iván Duque, el nuevo presidente, con todo esto?

MJD: A Duque le toca, por constitución, cumplir el acuerdo, está tratando de hacer las cosas más responsablemente, pero tiene a Uribe encima, que es su mentor, que está desesperado; renunció, pero revocó la renuncia, tiene menos votos que en las elecciones antepasadas en el congreso, está bajando en popularidad y tiene una investigación por manipulación de testigos en contra de Iván Cepeda, un senador que es su enemigo.  Duque tiene que respetar y llevar a buen puerto el nuevo acuerdo.

MS: ¿Y cómo ha tomado el expresidente tu libro?

MJD: Me llamó y me dijo que solamente tenía algunos errores fácticos, que no son importantes, le gustó mucho.  Yo hice muchas reuniones con él, pero nunca le mostré nada porque de eso no se trataba.  “Siéntase muy contenta con el libro, buen trabajo” me mandó por WhatsApp.  Al principio lo percibía como un oportunista, arrogante, y nos sorprendió con el compromiso de terminar la lucha armada.

Hay muchos problemas por delante, el desplazamiento y aumento de los cultivos de coca, y los retos del nuevo gobierno, pero no tuvimos tiempo de ahondar en ellos porque partía su avión y quedamos con el compromiso de que se presentará el libro en Panamá lo antes posible.

MARIA JIMENA DUZAN:  Periodista y politóloga, ha trabajado para los más importantes medios de su país natal, Colombia, como son El Tiempo, El Espectador y la revista Semana, donde labora actualmente.  Su tutor periodístico fue Guillermo Cano, que fue asesinado por sicarios pagados por Pablo Escobar.  Fue una de las periodistas más críticas del gobierno de Álvaro Uribe.  Ella misma ha sufrido constantes amenazas de muerte y su hermana Silvia, también periodista, fue asesinada por los paramilitares cuando realizaba un reportaje para la BBC de Londres.  Es fundadora del primer postgrado de periodismo en Colombia en la Universidad de los Andes y lo dirigió por varios años.  Duzán ha recibido numerosos premios internacionales por su valiente labor periodística.  Es autora de varios libros, entre ellos “Crónicas que matan”, “Así gobierna Uribe” y “Mi viaje al infierno”.