La ética y la política Opinión Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

Periodismo contra el narcotráfico

MARIELA SAGEL

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La Estrella de Panamá, 9 de septiembre de 2012 


Una interesante conferencia dictó el general retirado Rosso José Serrano, a quien hace más de 10 años se le proclamó como ‘el mejor policía del mundo’, en el foro ‘El periodismo y la lucha contra el narcotráfico’, al que invitaron al Consejo Nacional de Periodismo y el Forum de Periodistas. La actividad era coordinada por el Senafront y estuvieron presentes, además de su director, Frank Abrego, el ministro de Seguridad y el director de la Policía Nacional.

Fue muy poca la presencia de los comunicadores y es lamentable, porque el tema era muy interesante, sobre todo en las circunstancias por las que atravesamos, la falta de seguridad y el escenario que han escogido los carteles de drogas para deslindar sus diferencias en nuestras tierras y lavar sus ganancias mediante inversiones.

Coincide la presencia del general colombiano, retirado hace 12 años de las lides policiales, con el debate siempre sobre el tapete del periodismo investigativo, que fue uno de los temas puntuales que se tocaron en la feria del libro. Según Rosso Serrano, no se ha logrado combatir el narcotráfico por la corrupción que cada día va en aumento, y se debe entender y asumir el papel que tienen los medios en esta guerra contra ambos males. Esto le cae al pelo a los que compartían la mesa principal, que han optado por la confrontación la mayoría de las veces.

La máxima del mejor policía del mundo es no pelearse ni con los gringos ni con los medios. Reveló importantes tácticas que utilizó para rastrear a los principales carteles colombianos, ya que a él se le atribuye haberlos desmantelado. Por ejemplo, sabiendo que los Rodríguez Orejuela eran hipertensos y fanáticos de la Virgen del Carmen, allí donde se compraban medicamentos para bajar la presión o se prendían velas, los encontraron y arrestaron.

Su charla fue muy amena, casi coloquial, con anécdotas de las conversaciones que tuvo con algunos de los célebres patrones del mal. El mensaje era importante: el narcotráfico es un mundo especial, para eso se preparan periodistas. Fue muy descriptivo en cuanto al boom que experimentaron los implantes mamarios a partir de que estos señores le pagaban a las jovencitas esa operación, la que hoy día es casi el regalo obligado para las adolescentes. A los narcotraficantes les da pavor que los muestren en la televisión por eso el manejo con la prensa se convierte en un arte, especialmente con tantas alternativas cibernéticas con las que contamos hoy.

Fue muy enfático al señalar que los medios tienen una responsabilidad social determinante y relató las relaciones que tienen los organismos de seguridad con entidades como la CIA y la DEA, que a veces son valiosos apoyos, pero que también se pueden convertir en una piedra en el zapato, si no se siguen sus directrices. En cierto punto de la conferencia me pareció que el general estaba haciendo una apología de la serie sobre Pablo Escobar, que tanto se ha promocionado, señalando que el mensaje positivo está al final, lo que me cayó muy mal, porque desapruebo que sea transmitida con tanto bombo.

Comparo notas con lo expresado por él y lo escrito por Jean Francois Boyer en su libro La Guerra Perdida contra las drogas y concluyo que la guerra contra los capos carece de sentido, salvo que se acompañe de políticas que socaven las bases del comercio de la droga, como son la erradicación y sustitución de los cultivos, control drástico del comercio de productos químicos y óptima represión al consumo. Se debe trabajar más en inteligencia y es obvio que los Estados Unidos no quieren acabar con el consumo, a fin de justificar sus actividades guerreristas en los países que lo permiten.

A juicio de Boyer, Serrano marcó un antes y un después en la actividad de los narcotraficantes.