Que no cunda el pánico
05-10-2009 | MARIELA SAGEL*
Dando seguimiento a mi columna anterior, Condenados al éxito —frase cuya autoría también se atribuye a Ebrahim Asvat— he visto durante la semana posterior a las elecciones algunas acciones por parte de los candidatos electos con miras a mantener las políticas que nos han llevado a ser una joya en el continente, en términos de crecimiento económico.
El señor Ricardo Martinelli se mostró “impresionado” por la presentación que hizo el gobierno de lo realizado en estos cinco años. No entiendo, entonces, el estribillo usado en campaña de que no habíamos hecho nada en 40 años.
Como dicen en política, los pueblos no solamente tienen los gobiernos que se merecen, sino los que se les parecen. Veo con buenos ojos que la transición se haga de una manera expedita y de altura, como debe ser. Bastantes disgustos nos produjeron las improvisaciones en la transición de 1999.
Ahora que ha pasado la extenuante contienda electoral —que más pareció un pugilato no solo entre las alianzas sino entre los mismos miembros de los partidos— estamos en alerta por la reciente divulgación que existe más de un caso de pacientes con la gripe denominada A/H1N1, catalogada injustamente como porcina. Me sorprende la clase de atención que ha generado esta noticia, no tanto por la alerta que todos debemos guardar a fin de evitar una posible epidemia, sino por la forma tan morbosa como se quiere manejar por parte de los medios. Los pacientes que la hayan contraído tienen derechos que no se deben vulnerar, especialmente el de mantener su nombre y la de sus familiares en reserva.
El virus de influenza ha causado estragos en la economía mexicana, ya de por sí golpeada debido a su altísima dependencia de su vecino del norte. Los colegios, museos, teatros y demás lugares de concentración pública se cerraron por un tiempo. Aquí en Panamá, luego de las elecciones y los cierres de campaña, lo más que se podría cerrar sería un centro comercial, porque aparte de conciertos o peleas de boxeo, es donde se aglutina una gran cantidad de personas.
Al reabrirse los lugares públicos, el presidente Felipe Calderón declaró que “Hay que seguir lavándose las manos, hay que seguir limpiando los objetos que tocamos, hay que seguir evitando al máximo posible el saludo de beso o de mano, hay que seguir cuidándose al estornudar”.
Esas son las medidas que se deben adoptar en estos momentos y de ser posible, vacunarse contra la gripe, tan propensa a adquirirse en estos días de entrada de la temporada lluviosa y mucho calor, lo que apura el uso de aires acondicionados y por ende, lo cambios bruscos de temperatura.
Nuestras autoridades han respondido a esta alarma con responsabilidad e informando lo pertinente para que la población no entre en pánico, además de tomar las medidas necesarias para que la mayoría de los panameños podamos prevenir que vayamos a ser una cifra más para la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyos reportes se consideran como los más seguros desde el punto de vista científico.
Ojalá que no nos pase como a México, cuyo destino parece condenado a “estar tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos de Dios”. Todo dependerá de la madurez con que manejemos esta crisis.