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RAZONES PARA CREER

Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 12 de junio de 2016

Así como el representante diplomático de Estados Unidos ha manifestado que su gobierno tiene “razones para creer” que el señor Abdul Waked está vinculado con actividades delictivas y que eso los ha llevado a tomar medidas “administrativas” que han afectado el funcionamiento de sus empresas pero más grave aún, está atentando contra la libertad de expresión de este país al incluir en la lista Clinton a grupo GESE, que publica los diarios La Estrella y El Siglo, nosotros los panameños tenemos “razones para creer” que “el imperio contraataca”, al mejor estilo de Darth Vader.

El comentarista Juan Carlos Tapia tuvo palabras muy duras contra Colombia y Estados Unidos recientemente, con sólidos sustentos de todas sus aseveraciones.  Pero fue aún más duro con nuestro gobierno, que no ha observado la constitución, fallando en la defensa de los intereses del país, primero con los #Papeles de Panamá y ahora con el caso Waked.  Al día siguiente, el periodista Álvaro Alvarado entrevistó a uno de los abogados estadounidenses que ha contratado el señor Waked y a todos nos quedó claro que no se han presentado pruebas, que la agencia de tercera categoría, como dijo Tapia, que está aplicando las sanciones a su entera discreción, demora los procedimientos y que eso repercute en la ansiedad, pérdida de oportunidades y sanciones que, en especial por el derecho a la libertad de expresión e información, viven a diario los periodistas y directivos del diario más antiguo de Panamá, y el tabloide más popular y de mayor circulación.

La Lista Clinton fue creada en 1995 para incluir en una «lista negra» empresas y personas vinculadas a dineros provenientes del narcotráfico en el mundo, y la emite la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Office of Foreign Assets Control (OFAC)) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Eran los años posteriores a la muerte de Pablo Escobar, que fue ultimado por el Bloque de Búsqueda que lo asedió por meses después de que se evadiera de su lujosa cárcel, construida con el beneplácito de los gobiernos colombiano y gringo. Cuatro años después de creada la Lista Clinton surge el Plan Colombia, que Álvaro Uribe perfeccionó hasta el delirio, que todavía le sobrevive.

Tapia, en su alegato, mencionó que por las razones para creer en unas pobres evidencias de que había armas de destrucción masiva en Irak le declararon una guerra, que costó millones de dólares y miles de víctimas, y que las mentadas armas nunca fueron encontradas.  El abogado del señor Waked dijo que ha solicitado varias reuniones al embajador Feeley sin que se le hayan concedido y que han urgido a la OFAC la presentación de pruebas que sustenten la acusación hecha sin que se les hayan entregado.

Pero lo grave aquí no es que estemos siendo sometidos otra vez a los caprichos del imperio.  Lo aberrante es que nuestro gobierno, la cancillería, no ha hecho nada para defender a nuestro país de este ataque que bien podría interpretarse como quitar de en medio a un competidor para ciertos negocios, acabar con dos medios de comunicación y seguir dictando lo que debemos hacer como país.

Cuando el embajador Deane Hinton llegó a Panamá, pasada la invasión, tenía una incidencia absoluta y soberbia sobre lo que hacía el gobierno del presidente Endara, al punto que todas las semanas desayunaban en presidencia para instruir lo que el gobierno debía hacer en términos de política económica.  Pero Hinton tuvo una gran piedra en el zapato, el canciller de entonces, Julio Linares, que aún con la fragilidad que tenía el gobierno de Endara, juramentado en una base militar de la ex Zona del Canal y puesto en palacio gracias a la cruenta invasión, siempre estuvo defendiendo los intereses de Panamá, su soberanía y su derecho a tener “razones para creer” qué era lo mejor para el país.  Lamentablemente, este gobierno no ha entendido nada de esto, no ha hecho nada por asumir una posición firme y me temo que no lo hará por lo complaciente y timorato que hasta ahora ha demostrado ser.