Por Mariela Sagel, 20 de marzo de 2025

     Siendo consecuente con mi artículo publicado el pasado 25 de diciembre, voy a hacer pequeños textos con reseñas de libros que he leído y recomiendo, haciendo honor al pensamiento del gran poeta colombiano Darío Jaramillo Agudelo: “La reseña es un oficio que me gusta, entendida siempre como testimonio de lector, más que como esa cosa aparatosa y sosa y casposa llamada ‘crítica literaria’”.

LOS LIBROS DE CARMEN POSADAS:

     La escritora uruguayo-española no deja de sorprendernos y en 2022 nos entregó un magnífico libro titulado “Licencia para espiar”, en el que recoge las historias de mujeres que han puesto sus armas de seducción a favor de la intriga.  Empieza con las muy viejas profesionales, que se remontan al Antiguo Testamento, y conocemos a Rahab la Larga en tiempos de Moisés, cuya intervención fue decisiva para conquistar la Tierra Prometida.  Sigue con el sexo espionaje, tan recreado en las películas de James Bond, hasta llegar a las espías del mundo clásico, que todos conocemos, no sin antes detenerse en las intrigas de los tiempos de Alejandro Magno y la guerra de Troya, siguiendo por las épocas de Cayo Julio César, con o sin Cleopatra de por medio, incluyendo a las que tercian, como Servilia y todas las tramas de los romanos –que no excluyeron a las mujeres—como Julia Donna, de quien tanto podemos leer en los libros de Santiago Posteguillo, para seguir por las andanzas de Gengis Khan y las comedoras de serpientes de India.

     La península ibérica no escapa al punzante relato de Carmen Posadas, que no da puntada sin hilo, y las cantigas* que le dedicó Alfonso X llamado el Sabio (siglo XIII) a la famosa Balteria, y narra en varias páginas sus trajines de espía.  De allí nos lleva a las espías del Nuevo Mundo, la más notable, la Malinche, que nació ocho años después del llamado descubrimiento del continente americano.  Pasamos a las reinas que se convierten en espías, y las intrigas de las cortes inglesas y españolas, con todos sus rotos y descosidos.  María Estuardo, Catalina de Médici y su escuadrón volante, Isabel de Inglaterra no escapan a la aguda pluma de Posadas, y por supuesto la indispensable Mata Hari.  Descubrimos princesas que pusieron su talento al servicio de Hitler, o a Caridad Mercader, la madre del asesino de Trotsky que, siendo española, prestó sus servicios a la Unión Soviética.

Si hay un campo donde se ponen a prueba las llamadas “armas de mujer” ese es sin duda el de la intriga. Desde la más remota antigüedad, y prácticamente en todas las culturas, siempre ha habido féminas que aunaban inteligencia, valor, mano izquierda y mucho ingenio. Carmen Posadas, tras realizar una investigación minuciosa, compone un relato apasionante y sumamente entretenido de las peripecias de algunas de estas mujeres que, sin duda, merecen un lugar destacado en la historia.

     A fines del año pasado, Carmen nos sorprendió con otra magnífica novela, “El misterioso caso del impostor del Titanic” en el que incorpora, de forma magistral, a la famosa escritora española Emilia Pardo Bazán en una pesquisa sobre el naufragio del que era, según los tiempos, el barco más seguro del mundo y definitivamente, el más lujoso.  Chocando con un iceberg, en abril de 1912, en el Atlántico Norte, fueron cerca de 1,500 los muertos y desaparecidos, y a partir de allí empezó una frenética compra de cuerpos para poder dar sepultura los que no aparecieron. Vale la pena recordar que, mientras se hundía, los músicos seguían tocando y tuve el privilegio de ver una exposición inmersiva en diciembre en Madrid a respecto.

Los protagonistas son una pareja de recién casados, que no le dicen a su madre que se embarcarían, y el marido aparentemente no sobrevive y a partir de allí, deviene una historia entretenidísima.

      Se pone en marcha así una intriga al más puro estilo Carmen Posadas, ambientada en el Madrid de principios de siglo y entra en escena doña Emilia Pardo Bazán y uno de sus personajes, el “dandy” reconvertido en detective Ignacio Selva, imbuyéndose en una investigación como si fueran Sherlock Holmes.

Años después del hundimiento del Titanic, entra en contacto con Selva una dama adinerada de Avilés con una noticia insólita: su hermano, un indiano millonario que había sido dado por muerto en el naufragio, aparece en su mansión de La Habana. En teoría había estado recluido en un manicomio porque no recordaba nada y a partir de allí, se desata la pesquisa para saber si es un impostor o no, con una narrativa que no nos permite soltar el libro.

EL NIÑO QUE PERDIÓ LA GUERRA

     Julia Navarro, otra gran escritora española, estuvo en enero participando en el Hay Festival, y me deparó el inmenso honor de presentarla, como lo he hecho con sus libros anteriores.  Ésta es su última novela y es un libro desgarrador pero imprescindible para conocer lo que sufrieron los niños tanto españoles como rusos, durante la Guerra Civil Española y en la Unión Soviética.  Y no solo los niños, los padres y familiares que se vieron afectados por las purgas que se aplicaban a los libres pensadores o los opositores a los gobiernos de esos tiempos.

Esto ocurre a partir de 1938, cuando uno de sus protagonistas, Pablo, es enviado a la Unión Soviética, casi al final de la Guerra Civil Española.  Su padre era un militante comunista que trabajaba para los rusos.  En Moscú lo acoge una familia que tiene un niño de su misma edad, Igor, y ambos desarrollan una gran amistad, que se convierte en hermandad.  Anya, la madre de Igor, lo adopta como si fuera propio y ella, que es amante del arte y la poesía, además de pianista, es víctima de muchas amenazas y detenciones por parte del régimen estalinista.

     El tema de la novela es la libertad, que se aborda desde su opuesto, con las cárceles o checas franquistas y los Gulag soviéticos, que muestran los totalitarismos que subyugaron el siglo XX y retorcieron la identidad de individuos y pueblos enteros.  La autora explora el desarraigo y los sufrimientos que conlleva el camino que nos lleva a encontrar nuestras raíces y ofrece desgarradoras escenas de la represión estalinista y también de la que ocurrió en España durante la dictadura de Franco.

     A pesar de ser un tema triste, es entretenida y muy bien documentada, como es típico de una escritora tan exigente como Julia Navarro y nos recuerda los terrores de las guerras, para que éstas no vuelvan a darse en el mundo.

VICTORIA, DE PALOMA SÁNCHEZ-GARNICA

     El Premio Planeta 2024 recayó sobre la española Paloma Sánchez-Garnica, que tiene otras obras que confirman su maestría narrativa.  En esta novela, “Victoria”, ambientada en el Berlín Oriental que surgió al final de la Segunda Guerra Mundial, el personaje principal es llevado a los Estados Unidos por medio de un chantaje de los rusos.  Allí conoce a un oficial estadounidense, cuyo pasado está teñido de dolor por la rancia capa de las actividades y acciones del Ku Klux Klan y el macartismo.  Victoria deja en Berlín a su hija y su hermana, que se ocupa de ella, pero también recibe actos traicioneros de su propia hermana, que la alejan de su hija.

Es fascinante el relato, con todos sus entresijos de espionaje, anhelos de libertad y la implacable maldad de los altos mandos soviéticos, de las que tampoco están eximidas las acciones de los racistas gringos.  Un escenario en el que los resentimientos, el dolor de la pérdida y las decisiones difíciles serán superados gracias al coraje de quienes luchan por defender lo que más aman.

LOS NOMBRES DE FELIZA

     Juan Gabriel Vásquez, colombiano, es un escritor que ha ascendido como la espuma a la fama y por mérito propio, al que algunos lo señalan como el heredero de Gabriel García Márquez.  Tiene, además, el poder de la ubicuidad, ya que un día está en Madrid, al otro en New York, y la semana pasada, lo vi en el concierto de Joaquín Sabina, en Bogotá. 

     Ha merecido numerosos premios, los más relevantes el Alfaguara con “El ruido de las cosas al caer” en 2011 y el premio Bienal Mario Vargas Llosa con la biografía del cineasta colombiano Sergio Cabrera titulada “Volver la vista atrás” en 2021.

Su prodigiosa maestría en documentarse, investigar y relatar es una combinación de su oficio de escritor, periodista y traductor.  En 2015 publicó “La forma de las ruinas”. Es su obra más compleja formalmente, pues mezcla diversos géneros para explorar las consecuencias de dos asesinatos que han marcado la historia y el presente colombianos: los de Rafael Uribe Uribe (1914) y Jorge Eliécer Gaitán (1948). De esta obra se ha dicho: “Entre el thriller, la indagación histórica y la tradición literaria, Vásquez consigue mantener el ritmo en una novela larga, compleja, que no le hace concesiones a nadie”.

     Con “Historia secreta de Costaguana”, construida sobre una especulación (un posible viaje de Joseph Conrad a Colombia), y publicada en 2005, se afianza la reputación de Vásquez. Entabla un diálogo con la vida y obra de Conrad, en particular su novela Nostromo, con la historia colombiana del siglo XIX, especialmente la construcción del Canal de Panamá. Su narrador tiene un tono picaresco y sarcástico. Se dirige constantemente al lector e incluso se permite anacronismos.

     En su último libro, “Los nombres de Feliza”, aproximación biográfica sobre la escultora colombiana Feliza Bursztyn, que falleció en 1982 durante una cena con Gabriel García Márquez, su mujer Mercedes, su marido y otros amigos, es sencillamente fascinante y relatada a dos voces, la del autor y la del esposo de la artista. Seduce con la historia de una mujer extraordinaria, que se enfrentó a la sociedad en la que le tocó vivir.  Una mujer de espíritu libre, en un mundo en el que todavía se desconfiaba de las mujeres, hija de padres judíos polacos, expatriados, que llevó una existencia que puso en escena las grandes tensiones del siglo XX.

     Es un libro imprescindible para entender un poco la lucha del ser humano contras las fuerzas de la sociedad, la historia y la política, recreada en dos escenarios: Bogotá y París.  Se la dedica a Pablo Leyva, el marido de Feliza, y él se constituye en un narrador de la historia de esta mujer única que, según Gabo “murió de tristeza”.

UN SILENCIO LLENO DE MURMULLOS     El último libro de la escritora nicaragüense Gioconda Belli, exilada en España, es una degustación de todos los sentidos, con un fondo definitivamente autobiográfico.  Recrea las vivencias de una madre y una hija a quienes la pandemia de COVID las hace zozobrar entre secretos familiares y los costes que deben asumir los que se comprometen políticamente.  La hija, Penélope, tiene que ocuparse de la casa que ocupó su madre, Valeria, una progenitora ausente que estuvo muy activa en la política de su país.  La hija no sabe cómo apañar el desmonte de la casa madrileña, y va desentrañando secretos de una vida que estuvo marcada por triunfos y derrotas, clandestinidad y las vicisitudes del amor.

Un testimonio íntimo y desgarrador, que sale de la propia experiencia de la escritora que asume que los hijos de los que se involucraban en el sueño revolucionario (hoy hecho añicos) sufrían una especie de abandono, que les hacían desconocer la verdadera vida que tuvieron sus padres.  Una pieza magistral en la gran producción novelística de esta escritora.

*Las cantigas son composiciones poéticas cantadas que se originaron en la Edad Media.