MARIELA SAGEL*
La semana que recién acabó se cumplieron los 100 primeros días del gobierno de Ricardo Martinelli y en todas partes, en todos los medios, y de todas las plumas y todos los grupos han salido evaluaciones que dan para entretenernos en su lectura un buen par de días. También se dieron a conocer los ganadores de los premios Nobel, ese codiciado galardón que desde 1901 entrega la Academia Sueca. De la misma forma, el Programa de Naciones Unidas presentó el informe de los índices de desarrollo humano al que me he referido en artículos anteriores, confirmando que en Panamá estamos haciendo cada día menos patria al dejar que decaiga el nivel educativo y cultural de la población.
Cuatro mujeres obtuvieron este año el Nobel, en Literatura, Medicina y Química, algo altamente representativo para el género, toda vez que en 108 años, solamente 35 galardonados, de un total de 789 ganadores, han sido mujeres (el 4.4%).
La ganadora del Nobel de Literatura es una alemana nacida en Rumania, Herta Müller, de 56 años de edad, quien estudió filología germánica y románica y emigró por razones políticas, por sus historias sobre las personas privadas de derechos ciudadanos y lucha por la libertad de expresión en su país antes de la ejecución de Nicolás Ceaucescu. Con este premio la academia sueca rinde un particular homenaje a quienes lucharon contra la opresión el año del vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín, decía uno de los cables internacionales que daban cuenta de la noticia. Se quedaron con las ganas los eternos aspirantes, Mario Vargas Llosa y Philip Roth, entre otros. De la obra de Müeller se dice que es merecedora de tan altísimo reconocimiento por “ cómo, gracias a su concentración de poesía y franqueza, ha descrito el paisaje de los desposeídos ”.
Pero esta semana también se midieron otras fuerzas, se entregaron otros premios, se rindieron otros reconocimientos: Uno de ellos fue la dedicatoria que recibí de parte del poeta César Young Núñez, en una edición de sus crónicas en un volumen titulado “ La memoria es una extraña campana ” como parte de la Biblioteca de Autores Panameños, que ha estado publicando la Editorial Portobelo. En dicho volumen, bellamente ilustrado en su portada por una obra del artista Mario Calvit y cuyo título lo toma prestado de Emily Dickinson, coloca un “ Pabellón de la Amistad ” y me honra en formar parte de ese selecto grupo de 20 de sus amigos.
María Mercedes de Corró, autora de la biografía de Gabriel Lewis Galindo, “ Hasta la última gota ”, me dedicó un par de horas para relatarme lo que representó hacer ese valioso trabajo.
Y también el talentoso pintor panameño, Aristides Ureña Ramos, quien vive y pinta en Florencia, presentó una extraordinaria exposición titulada “ Cartolline ”, donde refleja las diferencias creadas durante el “ gold roll “ y “ silver roll ”, en la época de la Zona del Canal y la humillación que recibían los panameños empleados allí, así como ahonda en temas históricos, reflejando a un Victoriano Lorenzo en su afán guerrillero. Sus personajes siempre están en actitud solitaria, casi que metidos a la fuerza en el lienzo, alejados de la realidad. Este artista presentó un video titulado “ Perpetua ”, que también gira alrededor de la presencia estadounidense en nuestro país, y que corre de forma simultánea en la galería de arte. Pero lo más loable de su visita es el rescate del mural que pintara Daniel Richards en 1971 en la sede del Instituto Panameño de Habilitación Especial en Santiago, lugar de donde es oriundo el pintor. Precisamente su ayudante en esa labor pictórica fue el pintor Ureña Ramos.
Y de cómo hemos avanzado o retrocedido en un año, desde la medición anterior del IDH, pensemos en la frase lapidaria que me hizo llegar recientemente Daniel Pichel, junto a una caricatura: “ Todo mundo piensa en dejar un planeta mejor para nuestros hijos.. Cuando lo que debería pensar es en dejar mejores hijos para el planeta ”. El libro de César Young, la labor de Chelle de Corró y la muestra de Aristides Ureña nos dan por lo menos una voz de aliento en este Panamá que nos ha tocado vivir.