Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 30 de mayo de 2021.
Hace doce años una desconocida María Dueñas, filóloga española con especialidad en la lengua inglesa irrumpió en el mundo editorial con “El tiempo entre costuras”, una novela que se convirtió en un fenómeno editorial sin precedentes y que lanzó a la autora a la fama, tanto que Antena 3 y Netflix, llevaron la historia a una serie de 11 capítulos. El libro fue traducido a treinta y cinco lenguas y se vendieron millones de ejemplares en el mundo. Después siguieron las novelas “Misión Olvido”, en 2012, “La Templanza” en 2015 y “Las hijas del Capitán”, en 2018. “La Templanza” fue llevada a serie por Amazon Prime y es de un preciosismo insuperable.
Recuerdo la presentación de “El tiempo entre costuras” en la Feria del Libro de Guadalajara, que estuvo a cargo de Pedro Ángel Palaou, que alegó su credencial allí porque uno de sus progenitores había nacido en Tetúan, uno de los escenarios en el que se desarrolla esa historia.
Desde esos tiempos, una autora tímida se ha ido convirtiendo en una de las más estimadas tanto en España así como en nuestros países latinoamericanos. María Dueñas, con sus últimas obras y sobre todo con “Sira”, se convierte en una maestra de la narrativa, el manejo de la historia y de los recovecos a los que nos lleva la vida.
SIRA
La última novela de María Dueñas, “Sira”, que apareció en las librerías después de una campaña exitosa a mediados de marzo, es la continuación de la historia de la modista Sira Quiroga, que se fue detrás de un sinvergüenza hasta Tánger, que la dejó sin una peseta encima y encinta. Quedó en puntos suspensivos su vida, después de ser una costurera cotizada por las esposas de los más altos jerarcas nazis en Madrid. Su relación con el servicio secreto inglés, a quienes sirvió con dedicación, mandando sus reportes en los patrones que confeccionaba para las rubicundas alemanas la consagraron en excelencia.
Ahora Sira continúa con su vida, ya casada con el espía inglés Marc Logan (o Marcus Bonnard) y los destinan a Palestina, en los años post guerra y bajo el mandato inglés. No es el mejor destino y, tal como ocurre hoy día, hay muchos encuentros bélicos que hacen temblar a todos y, al final, ocurren muchas explosiones que se llevan a más de uno. Allí conoce personajes que serán determinantes en su vida.
Sira intenta retomar su vida profesional, esta vez a través de la radio y mediante la relación con el director de la PBS Nick Soutter, se plantea una carrera radiofónica. Eso no será posible y su vida se ve desgarrada otra vez, con el nacimiento de su hijo y la muerte de su marido.
Se vuelve a Inglaterra donde vive su suegra y donde la decadencia post guerra es evidente. Lady Olivia Bonnard es fría y distante, pero dentro de su “british wittines“ quiere a su nieto, el único que tendrá pues sus hijos todos han muerto.
Una vez allí se relaciona, por accidente (y por cuenta de Nick Soutter) con la BBC y vuelve a intentar su incursión en la radio. En vez de eso, la contacta el servicio secreto y le encomiendan que cubra la visita de Eva Perón a España, financiada por un armador argentino y donde fue recibida con boato y excesos, en una España muerta del hambre.
Su papel como supuesta reportera es un éxito, a pesar de su reencuentro con su maldito ex, y el chantaje al que la somete es de una bajeza indescriptible. Conquista a los más altos dignatarios de la vuelta por España de Evita y hasta se hace amiga de sus modistas y su confidente.
La tensión va en aumento y María Dueñas nos demuestra que con cada página que domina en oficio a la perfección pues con cada cierre de capítulo deja la tensión para que uno no abandone la lectura.
Después de su gestión profesional en España regresa a Londres y se lleva a su padre, que se ha encariñado con su hijo Víctor (a quien se lo dejó mientras ella andaba detrás de la primera dama argentina) y, para sorpresa suya, éste se empata con su suegra Olivia, sin apenas entenderse con el idioma. Sira se encuentra de repente con que su difunto marido le dejó todas las pertenencias de su familia, por lo que la suegra, con su altivez, tiene que bajar su perdiz.
Su camino natural es Marruecos, y se va a Tánger, donde se reencuentra con sus viejos amigos, no sin antes recibir otra asignación de los servicios secretos ingleses. Allí se monta una operación impecable para constatar la vida de la socialité Barbara Hutton, la heredera de los almacenes Wooldworth, la célebre “pobre niña rica”. Y como una plaga, reaparece su exnovio, al que pensó que lo había dejado preso en un barco argentino en el puerto de Barcelona, que sigue siendo un “bon vivant” y busca resolver su vida a costa de la vida de quien sea y más de una mujer tan exitosa como Sira.
El desenlace es de película, no solo por la narrativa de María Dueñas sino porque reaparecen personajes de su vida en Tetuán, especialmente su madre, Dolores, y sus amistades de los “Tiempos entre costuras”.
Maravilloso el relato, los desenlaces, los detalles de la fastuosa gira de Evita por España, los “name dropings” de quienes invitan a Sira a una exposición de arte en Londres, donde muchos exilados de Franco sobreviven y su vuelta a Tánger, de la mano de su amigo Félix que, para consternación de Sira, ve a todos desde lejos pero no intimida con ninguno de los famosientos que allí se reúnen.
Con esta novela María Dueñas demuestra su maestría narrativa y reafirma su fama. Los detalles históricos están bien cuidados y los que se refieren a géneros, telas y diseños son impecables.
Recuerdo cuando Jorge Zeppeda Paterson, el escritor mexicano, le preguntó a María, tanto en las ferias de Guadalajara como en la de Panamá, cuando se presentó La Templanza cómo estaba su hígado, por la producción del jerez o sherry. No me imagino qué se le puede preguntar ahora a la maestra Dueñas que no haya contemplado en esta magistral obra novelística que nos hace preguntarnos, ¿habrá una continuación de Sira?