Una reseña sobre la escritora mexicana BEATRIZ ESCALANTE
MARIELA SAGEL
Generalmente no soy lectora de este tipo de libros, pero me llegó, por la gentileza de un amigo, ‘La escuela del amor’, de la escritora mexicana Beatriz Escalante, hace ya un año, cuando se celebró la Feria de Guadalajara del 2009. Me leí el libro gozosa porque es una historia de amistad, de lealtad, de solidaridad y también de mucha picardía. Pregona, en su contraportada, que el amor sí se puede conquistar……el enigma es saber cómo.
El libro me lo enviaron dedicado por la autora, sin que nos conociéramos. Indagué sobre ella e hice ingentes esfuerzos para que su país natal la invitara a la pasada feria del libro, puesto que además de escritora, imparte talleres de narrativa que estoy segura serían de gran relevancia para nuestros escritores, así como también para los aficionados, entre los que me cuento. Ni qué decir de los periodistas, muchos de los cuales por la presión en entregar la noticia, a veces no cuidan la mejor forma de redacción.
La embajada de México ya tenía un escritor invitado y a pesar que toqué otras puertas, no pude conseguir quién la invitara al evento panameño. Un buen día, finalizando el mes de octubre, ya pasada la feria, recibo un mensaje electrónico de la autora, que se encontraba aquí en Panamá pues había venido como jurado del Concurso Ricardo Miró, así que nos citamos para conversar y conocernos, ya que habíamos intercambiado varios mensajes y más o menos sabíamos una de la otra.
Beatriz Escalante tiene a su haber más de 15 libros, entre novelas, cuentos, antologías de literatura mexicana y también estadounidense, donde ha sido docente en centros universitarios, además de haber escrito libros de redacción y de ortografía. La constante en su obra de ficción siempre es la mujer y en el libro que leí, la trama es inusual, una institución en la que se enseña el arte y la ciencia de enamorarse, seducir, elegir pareja, técnicas para besar y muchos otros detalles fundamentales para que una relación tenga éxito.
Por su obra, Beatriz Escalante ha recibido innumerables reconocimientos y premios. Su actividad es frenética: tiene un programa de radio que titula Gramática Inolvidable y ha diseñado métodos para hacer más fácil y ameno el aprendizaje de la lengua española. Su libro de redacción para escritores y periodistas es un texto obligatorio en universidades de México, Estados Unidos y América Latina.
Algunos de los títulos de sus libros, además de La Escuela del Amor, son tan sugestivos como ‘Cómo ser mujer y no morir en el infierno’. ‘Júrame que te casaste virgen’, ‘El Marido perfecto y otros cuentos para mujeres’ y ‘Atrapadas en el erotismo’.
En nuestra reunión-almuerzo, cuando finalmente nos conocimos, además de escucharle la descripción de las actividades que realiza, me contó la fabulosa experiencia que ha tenido impartiendo cursos en universidades estadounidenses, donde incluye también métodos para hablar en público, redacción laboral y escritura creativa. Muchos de estos cursos se los imparte a los conductores y redactores de la televisión, tanto en México como en los Estados Unidos, y los mismos están enfocados a empresas e instituciones que se dedican a la comunicación.
Beatriz también es una fanática de la alimentación, la adecuada ingestión de nutrientes y el balance que éstos deben conllevar y es muy consciente de la forma en que, sobre todo las mujeres, debemos tanto comer como ingerir suplementos vitamínicos, tema que es uno de mis favoritos, es decir coincidimos en muchos aspectos. Adicionalmente, por su pasión relacionada con la alimentación, es chef, y ahora mismo prepara un libro de ensaladas para conservarnos delgadas. Toda una ‘renaissance woman’.
Entiendo que cuando estuvo en Panamá, por cuenta de ser parte del jurado del Concurso Miró, aprovechó a dictar algunos de estos talleres en la Universidad de Panamá. Pero nadie se enteró, o solamente los vinculados a esos círculos. Yo la hubiera llevado al programa Viva la Tarde, al segmento de los libros más vendidos de Telemetro Reporta Matutino, además de organizarle en algún centro cultural, sea Huellas, Exedra, Gran Morrison o la Biblioteca Nacional o hasta en Sanborn’s, unas sendas conferencias y tertulias, donde todos los que sentimos verdadera pasión por la escritura y la lectura nos hubiéramos recreado con la experiencia de esta mujer joven (no alcanza los 50 años) que ha convertido su oficio en un verdadero apostolado.