El jueves 10 de diciembre, como anunciado, la entrevistada de Lo Mejor del Boxeo fue la candidata del Partido Revolucionario Democrático, Ing. Balbina Herrera.
Supongo que esa noche mucha gente estuvo pendiente de ese programa, o por lo menos de sus resultados (también se puede ver en Internet) debido a que el conductor, Juan Carlos Tapia le había dado hasta con la suela del zapato a la ex ministra, en programas anteriores.
Desde que Mireya Moscoso fue presidenta yo estaba convencida que ninguna mujer podría aspirar a la presidencia, por lo mal que lo había hecho la primera mandataria que habíamos tenido. Por supuesto que se nos endilgaría a todas que ella fracasó porque es mujer, pero lo cierto es que su mal desempeño se debió a muchos otros factores. Además, como se dice vulgarmente, la sapiencia política no se pega en la recámara, por lo que siempre ese período será recordado porque la silla presidencial fue ocupada por la viuda del tres veces presidente, Arnulfo Arias.
Con Balbina de candidata, se abre la oportunidad de que las mujeres aspiremos a altos cargos, sin que seamos las señoras de alguien. La primera pregunta fue típica de nuestro entorno machista: su estatus civil. Siguieron las usuales de trayectoria académica, profesional y política. No hay duda que la ingeniera tiene sus atributos en esos tres renglones. Desde el principio se notó a un Juan Carlos Tapia moderado, conciliador, nada que ver con la postura que anteriormente había mostrado contra la candidata. Puede haber sido el factor de la inclusión de Juan Carlos Navarro en la nómina, a quien él defendía a capa y espada.
Los temas tratados fueron casi todos los esbozados por sus antecesores, un poco de trapos sucios de su pasado, sus propuestas para temas puntuales como son la seguridad, la canasta básica, el transporte y la educación. Ella, como parte del gabinete del actual presidente, recalcó varias veces que su gestión había sido la mejor calificada durante el período en que estuvo al frente de la cartera de vivienda.
Su relación con Manuel Noriega fue abordada desde una óptica bastante objetiva, sin aspavientos, dejando ella otra vez sentado que había asistido al juicio del ex general, como demostración de compromiso para con la verdad. No hubo mención a su gestión como Alcaldesa en los tiempos de la sedición ni un ataque directo a su supuesto vínculo con Hugo Chávez, en un programa donde se había transmitido la entrevista de un ex militar venezolano que la señalaba como destinataria de fondos. La insistencia sobre su tendencia política fue patética: que si era de izquierda o derecha y que el centro no existía. Para quienes tenemos un pensamiento progresista, somos conscientes que ahora mismo no existen esas polarizaciones, son clichés que se utilizan para desmeritar a las personas. Además, creo que fue Carlos Fuentes quien dijo en su momento que aquel que no estuvo interesado en su adolescencia en movimientos políticos de corte revolucionario nunca fue joven. Por lo menos en mi generación -que es la misma de ella-.
Finalmente, la cajonera pregunta sobre los cambios que ha externado la candidata en relación a su candidatura, a sus contrincantes y lo que eso representa a futuro. Considero que la ingeniera no profundizó en qué le hizo replantearse una alianza con Navarro, pero bien hubiera dicho que todos tenemos derecho a enmendar nuestros errores y a cambiar de parecer. Al fin y al cabo, el señor Tapia también hizo lo propio en su acercamiento a Balbina.