Por Mariela Sagel, 5 de junio de 2025
El motivo del viaje a Bogotá era asistir al concierto de despedida del cantautor Joaquín Sabina, que fue emotivo, nostálgico y que no defraudó a ninguno de los 14,000 asistentes que nos dimos cita en el Movistar Arena.
La gira “Hola y adiós” recorrió el continente americano desde el mes de febrero de 2025 y marcó hitos en la carrera musical del cantautor de Úbeda, como las presentaciones que se dieron en el Madison Square Garden (a la que asistió el escritor Salman Rushdie quien, según me dijo uno de los músicos de la banda de Sabina, lloró de la emoción. Fue invitado por el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, que también estuvo en el concierto de Bogotá), las más de 4 presentaciones que se vieron en ciudad de México, y los multitudinarios 10 conciertos en Buenos Aires, de las ciudades más queridas por el artista.
Sabina se lució, se emocionó, la gente cantó, aplaudió y nos quedó el recuerdo de su larga carrera artística que llega a su fin porque Joaquín ya tiene una edad como para andar en esos corrinches. Este mes ha retomado los conciertos y ha llenado las salas de Londres, Paris, Madrid y muchas ciudades de España.
Cuesta mucho pensar que no volveremos a verlo en el escenario, pero nos quedan sus videos, sus canciones, sus incomparables letras y el recuerdo de su presentación en Panamá hace 10 años, la única vez que cantó en nuestro país.
Aprovechando el viaje a la capital colombiana, decidimos darnos una vuelta por la nueva catedral de sal de Zipaquirá. En mi caso, había visitado la antigua catedral varias veces, pero la nueva no la conocía. Y realmente es un sitio que vale la pena vivirla, recorrerla y entender su importancia tanto para el turismo como para la memoria histórica del vecino país.
La Catedral de la Sal es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá, que está en el departamento de Cundinamarca, Colombia. En 2007 mediante un concurso para elegir las 7 Maravillas de Colombia, la Catedral de Sal obtuvo la mayor votación, convirtiéndola en la Maravilla No.1 de Colombia, aunque también fue propuesta entre las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
LA PRIMERA CATEDRAL
En 1932, Luis Ángel Arango (directivo del Banco de la República) tuvo la idea de construir una capilla subterránea, impresionado por la devoción que los obreros manifestaban antes de iniciar su jornada laboral, adornando los socavones con imágenes de santos a los que imploraban protección. Con el apoyo del presidente Laureano Gómez, el 7 de octubre de 1950 iniciaron los trabajos de construcción de la catedral, la cual fue inaugurada el 15 de agosto de 1954.
Tan temprano como 1801 el científico prusiano, explorador y naturalista, conocido por sus viajes de exploración al continente americano y sus contribuciones a la geografía, la botánica y otras áreas de las ciencias había argumentado sobre la forma en que se extraía la sal en el área de Zipaquirá, por lo que propuso usar calderos para extraer sal. Dicha propuesta comenzó a ponerse en práctica en 1816, el mismo año en que se abrió el primer socavón. Posteriormente se construyeron otros socavones que serían la base de la catedral. Un socavón es un túnel, galería o excavación subterránea que se hace para extraer minerales, agua u otros materiales.
La mina sobre la que se asentó la primera catedral poseía entonces cuatro niveles de explotación, cada uno de ellos con una extensión de 80 m. La antigua catedral estaba ubicada en el segundo nivel y medía 120 m de largo, una superficie de 5,500 m² y una altura de 22 m. En su interior había 6 columnas, cada una con una base de 80 m². Tenía capacidad para 8,000 personas. Al fondo de la catedral se podía ver una gran cruz de madera, la cual era iluminada desde su base para proyectar una sombra que representaba a Cristo con los brazos abiertos.
En la nave derecha se encontraban el coro y las estaciones del Viacrucis decoradas con grandes números romanos dorados. En el fondo de esta nave se ubicaba la capilla de la Virgen del Rosario, en cuyo altar labrado en roca estaba la imagen de la Virgen. La imagen, que tiene una dimensión de 70 cm de altura, fue trasladada a la nueva Catedral.
La nave izquierda era llamada «El Nacimiento» y poseía una gruta que simbolizaba el nacimiento de Jesús en Belén, este espacio conducía al Bautisterio que estaba representado por una cascada, símbolo del bautismo de Jesucristo en el Río Jordán.
La Catedral presentaba un aspecto majestuoso al visitante del cual era primordial el juego de efectos de la luz puestos de tal forma que crearan una atmósfera de símbolos proyectados en paredes y cielo raso. La antigua catedral fue cerrada en septiembre de 1992 debido a fallas estructurales.
LA NUEVA CATEDRAL
La Sociedad Colombiana de Arquitectos convocó en 1990 a un concurso para el diseño de una nueva catedral, y se presentaron 44 propuestas. Debido a la complejidad de la obra, se tomó en cuenta no solo el diseño arquitectónico sino el estructural, fundamental para que no se incurriera en problemas que podrían afectar tan magnífica obra. Se inauguró en 1995 bajo la presidencia de Ernesto Samper.
El guía que nos tocó era magnífico, nos llevó por el recorrido de esta obra de arte, apreciando su rica colección de esculturas de sal y mármol, dentro del misticismo religioso que se siente.
Esta nueva obra es considerada uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables de la arquitectura colombiana y se ha ganado el título de joya arquitectónica de la modernidad. Es un valioso patrimonio cultural, religioso y ambiental.
El diseño comprende las siguientes tres secciones principales:
- El Viacrucis: la puerta de ingreso conduce al túnel, a lo largo del cual se encuentran las estaciones del Viacrucis (Vía al Calvario), que consisten en pequeños altares tallados en roca de sal. El túnel conduce hacia la Cúpula.
- La Cúpula, la rampa de descenso y los balcones: se llega entonces a la rampa del descenso principal. La sección intermedia parte desde la Cúpula, desde la cual se puede observar la inmensa cruz tallada en bajo relieve. Desde ahí se puede descender hacia los balcones sobre las cámaras, el coro y las escaleras del laberinto del Nártex. Se conoce como Nártex al vestíbulo o atrio situado en la entrada occidental del templo, que sirve como espacio de transición entre el mundo exterior y el interior sagrado de la iglesia.
- Las naves de la Catedral: el tramo final conduce al centro de la Catedral en donde se dividen las estructuras espaciales de la misma. Estas estructuras están intercomunicadas por una grieta que simboliza el nacimiento y muerte de Cristo. En la nave central está la cruz de 16 m, el Altar Mayor y el comulgatorio que separa el santuario de la Asamblea. En la profundidad de la nave se encuentra La Creación del Hombre, un homenaje a Miguel Ángel, y su trabajo en la Capilla Sixtina, que es una obra tallada en mármol. Cuatro inmensas columnas cilíndricas simbolizan los cuatro evangelistas y éstas están atravesadas por una grieta que simboliza la natividad y descendimiento de Cristo.
En la nave de la Catedral, además de que se realizan misas, también se ofician bautizos, bodas y otros eventos devocionales. Hay nichos donde ubican imágenes de vírgenes y santos. Mi decepción fue grande al ver lo pequeña que era la imagen de nuestra Santa María la Antigua. Menos de un mes después, el embajador de Panamá en Colombia reemplazó esa imagen por una de las proporciones que corresponden al nicho.
La Catedral de Sal de Zipaquirá, aunque es única en el mundo como santuario religioso y cultural, no es la única experiencia de utilización de una mina como espacio alternativo. Otra experiencia similar son las Minas de sal de Wieliczka, el más grande museo de sal de Europa, construido en una mina de sal de 700 años de antigüedad, a 15 km al sur de Cracovia (Polonia). La Catedral de Sal, sin embargo, permanece como una obra de interés mundial y patrimonio cultural e histórico de Colombia.
La obra cuenta con una planta de energía eléctrica propia y una vía vehicular que solo puede ser usada en ocasiones especiales de evacuación de emergencia. El recorrido fluye, ambientado por la magnífica iluminación con que cuentan las estaciones del vía crucis y otros espacios. Las bancas y reclinatorios son de sal y pesan toneladas, según explicó el guía. Aunque pareciera que las cruces son hechas de piedra o sal, en realidad son esculpidas en las paredes y son los efectos de luz las que hacen verlas como si fueran figuras talladas.
La Catedral de Sal de Zipaquirá es parte de un parque temático, y antes de entrar a las galerías subterráneas, hay un impresionante homenaje a los mineros de la sal, que son los responsables de hacer de esta vieja mina un espacio religioso y cultural.
En un área de 32 hectáreas se enmarca este prodigio de la naturaleza y la arquitectura, donde se aprende de geología y la forma de conservar los recursos naturales. Visitando Zipaquirá se practica el ecoturismo, el turismo religioso y las ciencias geológicas.
Estudios llevados a cabo por arqueólogos y geólogos señalan que la explotación de las minas de sal se daba desde el siglo V, siendo una de las principales actividades económicas del área y contribuyó al desarrollo de la cultura Muisca, en el altiplano Cundiboyacense. Los depósitos de sal de las montañas de Zipaquirá tienen una datación de 200 millones de años, elevados sobre la superficie en el periodo terciario tardío hace 30 millones de años y concentrados en el lugar donde hoy se encuentran. Bajo presión y calor, la sal se desplaza de manera similar a los glaciares, por lo que se pierde el rastro de la estratificación y se crea una masa homogénea de sal.
La primera catedral fue dedicada a Nuestra Señora del Rosario, que es la patrona de los mineros. Esta catedral vale la pena recorrerla en una visita guiada, donde no solo se siente la maravilla de la naturaleza sino la sapiencia de quienes supieron aprovechar las minas para erigir un prodigio como el que han hecho en Zipaquirá.
