Por Mariela Sagel, El Siglo de Panamá, 3 de marzo de 2025
Vivimos a diario un sobresalto tras otro por las acciones del recién autoproclamado rey del mundo, el presidente de Estados Unidos, que ha abierto frentes en todo el mundo. Sigue insistiendo que los chinos manejan el Canal de Panamá, y que les costó a los Estados Unidos una cifra que está lejos de ser cierta y más cuando ni siquiera enumera los múltiples beneficios que recibió su país durante los más 70 años que ocuparon territorio panameño.
Lo más reciente fue la afrenta imperdonable que le dispensaron al presidente de Ucrania, durante su visita a Washington, en la que se esperaba que firmara un acuerdo que beneficiará a Estados Unidos de los minerales que se usan para la industria armamentista. Desde su llegada a la Casa Blanca el insulto y burla fue la tónica, sobre su vestimenta hasta la presencia de medios de comunicación afines y del guaperas del vicepresidente, que ni pincha ni corta. La reunión se salió de tono y no hay más que leer el excelente artículo del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince en El País para conocer los detalles de lo que se convirtió en un rifirrafe inaceptable en la diplomacia internacional.
El nazi Göebbels decía que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” y eso fue hace 80 años. Ahora, con el abuso de las redes, que no siempre son manejadas con responsabilidad ni credibilidad, esperemos que no caigamos en las mentiras y tergiversaciones de lo que ocurre a diario en el mundo, y que nos afecta a todos. Burlarse de cómo se viste Zelensky, alegando de que no era la indumentaria para ir a la oficina oval, y permitir al superministro sin cartera, Elon Musk, pasearse con un chiquillo en sus hombros en camiseta por donde le dé la gana en la Casa Blanca no es una posición coherente, como coherentes no son las acciones del mandatario estadounidense.
El mundo entero ha condenado este vergonzoso incidente, que le otorga al presidente ruso Putin una victoria pírrica, pero que seguramente se revertirá a fin de lograr que se llegue a la tan anhelada paz que se persigue desde hace tres años en esa parte del mundo.