Por Mariela Sagel, El Siglo de Panamá, 17 de agosto de 2020

     Desde hoy lunes 17 de agosto se reabren varios sectores económicos del país, aún con un virus descontrolado y que cada día aumenta más las estadísticas de contagiados y también de muertos.  Ya no será el estado protector –y también represor— el que dictará las reglas del juego, sino la responsabilidad recaerá en cada uno de nosotros. 

     Durante cinco meses hemos estado confinados en casa, saliendo tres veces a la semana por dos horas, y a diario pegados a la televisión para conocer de cómo avanza este enemigo invisible que nos ha postrado de rodillas.  Si bien es cierto que muchos evaden las medidas sanitarias por la cantidad de salvoconductos que se han expedido, en los últimos días hemos visto una cantidad de personas inusual en la calle, indistintamente del género, y de las horas.  Algunos comercios, como bancos y farmacias, se han puesto estrictos y rechazan la entrada a deshora y si son mujeres en días de hombres, pero la realidad es que se abre el bloque 3 cuando ya casi todos andan por el bloque 7.

     Queda entonces a nuestra total discreción y responsabilidad el cuidarnos, seguir observando las medidas sanitarias que se nos han enseñado a golpes en los últimos meses y no ser un número más en esas estadísticas que esperamos con ansias a diario.  Pero cuidarnos también implica cuidar a los demás.  Es común ver a las personas con la mascarilla debajo de la nariz, cuando lo que se tiene que proteger es lo que pueda emanar de la nariz.  También el contacto físico, estábamos acostumbrados a los abrazos y ahora tenemos que darnos besos de lejos.  Todo esto pasará, como decía el sabio chino, pero mientras tanto, debemos coadyuvar a que volvamos a la nueva realidad, que no es nueva normalidad, porque ya nada será normal.