MARIELA SAGEL
El Siglo, 9 de julio de 2012
La semana pasada se desataron las redes sociales en torno a un comentario que hizo la ministra Cortés, en alusión a lo que había puesto en Twitter el Presidente Obama, que hacía mucho calor en estos momentos en los Estados Unidos, que atraviesa un implacable verano. Ella, queriendo hacer honor a su apellido, galantemente le puso en el twitter ‘much hot’. Como hay personas que están día y noche pendientes de esa inmediata red, al darse cuenta de que no se decía así, sino que debió haberle escrito ‘very hot’, enseguida lo corrigió. Lo que siguió fue una verdadera avalancha de lo que llaman ‘hashtag’ y que representa ‘un tema en el que cualquier usuario puede hacer una aportación u opinión personal respecto a un asunto abierto con solo escribir la cadena de caracteres tras la etiqueta que dan nombre a ese tema’. Hay que anteponerle un signo de numeral (#). Así surgieron los #muchhappy, los #muchatorrantes y los #muchloqueseteocurra. En cierta forma es divertido seguir una pesadilla como la que vive el país mediante bromas, pero eso no es nuevo, siempre nos hemos caracterizado por tomar las cosas a relajo.
Pero los que no se toman nada a relajo ni las metidas de pata y mano son los gobernantes, que a diario arremeten con campañas sucias contra periodistas y comunicadores. Invierten recursos y tiempo en atacar por los medios masivos, como si costaran tres reales, aireando tanto falsedades como revanchismos que no nos conducen a nada. Solo nos llevan a que un pueblo espectador vea con impotencia cómo se malgastan los dineros del Estado, que bien podrían utilizarse en resolver la carencia de agua potable en comunidades –incluso dentro de la misma metrópolis capitalina–, recoger la basura que amenaza con una crisis de salud o a proveer de productos frescos del campo a las necesitadas poblaciones que, a falta de buenas ofertas, se alimenta con lo que puede.
Lo malo de estas campañas sucias es que son anónimas, pero lo peor es que los encargados de los medios las aceptan pasar, sin preguntar qué beneficio aportará a la población en general. Para el que no se dio cuenta, la campaña política empezó el 4 de mayo de 2009 y de ahora en adelante va a arreciar con la sacadera de trapos y las mentiras y campañas sucias de lado y lado. Espero que todos tengamos el discernimiento para saber entender lo que está detrás de cada uno de esos mensajes.