En realidad el valor literario es pobre, en cuanto a la profundidad de pensamiento, o a la belleza literaria de las frases. Lo que sí es efectivo es la estructura de cada una de ellas. Yo creo que muchos de los valores de la mujer iberoamericana fueron permeados por los de aquellas mujeres abnegadas, trabajadoras, inteligentes y bellas que se disponían a escalar socialmente y a conseguir marido. Creaban siempre la ilusión de que el matrimonio era la máxima bendición de esta vida y los hijos coronarían aún más de gloria aquella bendición.
Pero también están en Corín Tellado las trampas del destino. Están presentes siempre la mentira, el adulterio, las falsas bonanzas de la opulencia y aquella máxima de Somerset Maughan de que las novelas deben terminar en muerte, que lo cierra y concluye todo o en boda, que le da inicio a todo… Y así, con esos finales felices se iba uno a acostar, con la ilusión maravillosa de encontrar en la vida esa media naranja, esa hermosa dama o aquel príncipe azul.
Comentario del escritor y pintor dominicano Fernando Ureña Rib