Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 3 de octubre de 2021.
Descubrí al escritor Emilio Lara cuando, visitando el Palacio del Tiempo en Jerez de la Frontera, Andalucía, me enteré de la trayectoria de José Rodríguez Posada, un relojero que se vio obligado a emigrar a Inglaterra por razones políticas (fines del siglo XIX) y que se encargó de la precisión y reparación nada menos que el Big Ben, en Londres. En algún momento la corona española lo trajo de vuelta a Madrid para que diseñara el famoso reloj de la Puerta del Sol, ese que determina el minuto en que acaba un año y empieza el otro y que mostraba atrasos y un mal mecanismo. Al respecto, Emilio Lara escribió “El relojero de la Puerta del Sol”, que me leí con fruición, además de otro de sus libros, “La cofradía de la armada invencible”.
Este año, Lara sacó con grandes expectativas un nuevo libro y, siendo parte del grupo elite Zenda, alrededor del cual gravitan los escritores amigos de Arturo Pérez Reverte, no dudé en comprarlo y leerlo.
Me tocó en un momento duro ya que empieza con la decisión del padre viudo con un niño bajo su responsabilidad, de poner a dormir a su mascota, en vista del posible desabastecimiento que pudiera generarse de los bombardeos de la II Guerra Mundial en Inglaterra. El padre lo hace sin el consentimiento de su hijo y cuando éste se entera, decide ir al albergue, saturado a más no poder de mascotas cuyos propietarios han tomado la misma decisión. Después de varios intentos y mediante un silbido que le hace a su perro se da cuenta de que está vivo aún. Es el año 1939 y aunque la guerra aún no ha estallado, los ciudadanos son cautelosos y acopian lo que pudieran necesitar y son cientos los que deciden prescindir de sus mascotas.
Jimmy, el chico, está decidido a rescatar a Duncan, un fox terrier que ha sido su compañero y amigo desde que murió su madre. Y lo logra, insistiendo noche tras noche subrepticiamente y en compañía de su entrañable amigo Thomas hasta que lo saca del albergue y regresa a casa para disgusto de su padre, Scott, un hombre taciturno y comprometido con funciones secretas de la inteligencia inglesa.
Jimmy no se desanima y escribe a todos los diarios, advirtiendo de la terrible situación que viven las mascotas que son sacrificadas por sus dueños. Una de estas cartas le llega a una ambiciosa y recursiva periodista del Daily Mirror, Maureen Fitzsimmons, cuyo jefe la tiene cubriendo eventos sociales. Ella no se conforma y descubre la carta de Jimmy y hace una historia, que al editor del diario le parece estupenda, y es así como el sacrificio de tantas mascotas se detiene ya que no solo son varias las ediciones de este artículo que se hacen del artículo de Maureen, la periodista, sino que los reyes de Inglaterra, Jorge e Isabel (los padres de la actual reina Isabel de Inglaterra) se interesan en la historia y, sin inmiscuirse en política porque eso no se le es permitido, menos con un primer ministro como Winston Churchill, hacen una transmisión en televisión sobre el amor a los perros y sus paseos por el bosque, enviando un mensaje subliminal que detiene a los súbditos ingleses de esta irracional matanza.
Por otro lado, Maureen sigue ascendiendo en el periódico, y a pesar de la tirria que le tiene su jefe inmediato, el editor en jefe le asigna cada vez más misiones importantes. Antes de eso, ella va personalmente a casa de Jimmy a conocerlo y conocer a su mascota rescatada y de paso, conoce a Scott, el padre viudo.
Una de las misiones que le son encomendadas es la de entrevistar a los Duques de Windsor, el exrey Edward, hermando del rey Jorge, casado con Wallis Simpson, en Madrid, ya que ellos se van a cobijar a la sombra de Franco que le promete, sin tener la potestad, de que si Inglaterra se alá con Alemania a él lo proclamarían otra vez soberano del Reino Unido. Todo esto es conocido por los servicios de inteligencia ingleses y a Madrid se va Maureen en persecución de alguna pista de lo que traman los hedonistas duques desterrados de su país, que viven entre champán y caviar.
Los acuerpa Jacobo Fitz-James Stuart, duque de Alba, sobrino de la duquesa, que es embajador de España en el Reino Unido y que hace su trabajo en beneficio del caudillo. Maureen consigue, con él que, hasta el mismo cuñadísimo de Franco, Serrano Suñer, la atienda y logra entrevistar a la pareja, por la que siente una especial antipatía, especialmente hacia la Simpson. Como no se pudo concretar ninguna alianza porque si bien Edward era hermano del Rey no tenía la facultad ni potestad de hacer alianzas con nadie, la pareja se marcha a Portugal, no sin antes el novelista narrar verdaderas escenas eróticas que no se nos ocurrirían se dieran en la nobleza.
Maureen y Scott, el padre de Jimmy, tienen un flechazo al que reaccionan con cautela pero que al final la llama de la pasión los envuelve. Jimmy enrola a Duncan como perro custodio de niños y personas mayores que se trasladan a los pueblos para estar alejados de los posibles centros donde caerían bombas. Duncan es responsable pero también terco y a veces se empeña en escarbar en escombros, casi siempre con acierto para encontrar los restos de algún ser humano todavía con vida.
A Jimmy, que quedó encantado con Maureen desde que se hizo eco de su historia y cuando lo fue a visitar, no le hace ninguna gracia que se empate con su padre, pero ella logra, al final del libro, convencerlo de sus buenos sentimientos y de que para ambos es una oportunidad de rehacer sus vidas.
Mientras tanto, empiezan a caer los bombardeos y Scott es parte de una misión secreta que atraviesa el Canal de la Mancha para hacerse de un dispositivo que le permitirá captar las bombas antes de que caigan. Los vecinos se apertrechan en refugios y cuando una de las bombas cae, se refugian en ellos, menos el amigo del alma de Jimmy, Thomas, con el que rescató a Duncan, que por estar empezando a enamorarse de una chica los pilla una bomba en la azotea de un edificio, lo que destroza al muchacho.
Es una novela tierna, de acción, de historia, de intrigas y, sobre todo, de solidaridad humana. A mí me cautivó desde la primera página porque acababa de perder a mi perrito fiel de 15 años así que me sentí identificada inmediatamente con ella.
Emilio Lara nació en Jaén en 1968, cursó estudios de Antropología, campo en el que se doctoró, siendo además licenciado en Humanidades. Ha trabajado como profesor en un centro de enseñanza secundaria, actividad que combina tanto con su trabajo académico —publicando numerosos artículos en revistas especializadas— como con la escritura. Además, ha sido uno de los colaboradores del Diccionario Biográfico presentado por la Real Academia de la Historia.
En 2016 publicó su primera novela, “La cofradía de la Armada Invencible”, que relata una de las campañas militares más famosas de la historia de España, a la que le siguió “El relojero de la Puerta del Sol”, “Tiempos de esperanza” y ahora “Centinela de los sueños”.
Su narrativa es recursiva, amena, con guiños a palabras usadas por la plebe y otras muy elitistas. Son libros que no tienen desperdicio, bien estructurados y apelan a los más nobles sentimientos del ser humano.