DIPLOMACIA Y TURISMO
Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 20 de octubre de 2017
Por regla general los embajadores de un país promueven que los nacionales de donde están sirviendo se interesen por visitar los países que representan. No solo se preocupan por el intercambio comercial que pueda representar para empresas de ambos países (al que representan y en el que están designados), atienden a los nacionales de sus respectivas naciones, velan por los presos que estén en las cárceles, promueven las tecnologías o temas educativos que los distinguen y en la mayoría de los casos gestionan ayudas para proyectos que permitan unir esfuerzos para mejorar, en el caso de naciones necesitadas, sistemas que recién se implementan, como ha sido el caso del Sistema Penal Acusatorio en Panamá y otros relacionados.
En el gobierno de Martin Torrijos el ministro de turismo fue Ruben Blades y se convirtió casi en un embajador itinerante donde iba, además de que las cuñas publicitarias debieron salir más baratas en producir. El error de los encargados de la divulgación turística panameña es que creen que lo único qué hay que promover son los bailes típicos y las playas, pero hay temas culturales que están pendientes y que atraerían a muchos a Panamá.
Tenemos en el 2019 varias celebraciones, como son los 500 años de la fundación de Panamá Viejo, y ya el patronato de ese conjunto monumental ha empezado en forma seria y constante con la sensibilización de la población y seguramente iniciará una campaña promocional que toque las fibras internacionales, ahora con el nuevo museo y la espléndida librería que han inaugurado. También seremos Capital Cultural ese año y no estoy segura de que la Alcaldía haya ingresado a la interioridad de esa responsabilidad. Esa designación es una gran responsabilidad que requiere no sólo el discurso sino infraestructuras que sustenten tan honrosa designación y que no son las aceras de Vía España o el reordenamiento del Cangrejo. En enero de ese año también seremos sede de la Jornada Mundial de la Juventud, y el gobierno ha volcado todos sus esfuerzos en este evento, quizás porque se celebrará antes de las elecciones generales. Me consta que todos los estamentos del estado están concentrados en ese evento y la coordinación se lleva con éxito por parte de nuestra embajadora ante el Vaticano. Hasta una cuña en tono de pindín ya se ha divulgado.
Los intercambios de tipo cultural son los más interesantes, como los ciclos de cine, festivales gastronómicos, degustaciones de vino, exposiciones pictóricas, presentaciones artísticas y relacionados. El año pasado tuvimos la gran suerte de ver la colección FEMSA, gracias a la embajada de México, la del Museo del Prado y la colección Maxam gestionada por la embajada de España, y este año tuvimos el festival de Musica Barroca, en la que además de España participaron Italia y Peru. Este año nos embelesó Marisa con el fado portugués, independientemente de los permanentes “conversatorios” con escritores, periodistas, pensadores y personalidades públicas de varios países. Celebramos el centenario de Juan Rulfo en junio con la colaboración de los embajadores mexicano y español, y en Mayo tuvimos la presentación del libro galardonado en la Bienal Vargas Llosa, del chileno Carlos Franz, organizada por la embajada de ese país. El apoyo de las embajadas es siempre fundamental para la realización de la Feria del Libro, independientemente del país invitado, y Peru, México, España y la Alianza Francesa apoyaron unas presentaciones magníficas en la pasada FIL.
Pero hay una diplomacia que hasta ahora no se había tomado en cuenta y que el embajador de Holanda, Dirk Janssen la está haciendo de manera muy responsable, destacando la forma en que los holandeses han superado sus carencias y desventajas y ha hecho uso óptimo de energía eólica, traslados en bicicleta y manejo de aguas. Alguien le dijo recientemente que parecía el ministro de turismo, a lo que él respondió que era su deber promover las bondades de ese pequeño país y que ellos no tenían Ministerio de turismo. No lo necesitan. Saben que la educación y la planificación a largo plazo son las claves del éxito.
Mientras el loco de Washington se sale de la UNESCO y del acuerdo del cambio climático y usa el Twitter para amenazar e insultar, otros promueven las bondades de un país que no crea tensiones sino que promueve la cooperación.