MARIELA SAGEL
El Siglo, 28 de noviembre de 2011
En el vértice que forman las calles F y Combatientes del Gueto de Varsovia, en El Cangrejo, confluyen dos corrientes de agua que corren libremente desde hace, por lo menos, tres meses, bajan por la calle F, se dividen en la vía que conecta El Cangrejo con el Carmen (calle Demetrio Herrera Sevillano) y forman un permanente flujo que ha erosionado la capa asfáltica. La tubería que está sobre la calle F, a la altura de una joyería, bota agua potable, limpia, un estimado de 10 galones por minuto (a ojo de buen cubero). Si uno tiene un poco de sentido común, podrá calcular cuántos millones de galones de agua se han desperdiciado durante el tiempo que esta tubería ha estado rota.
Han sido ingentes los esfuerzos para que vengan a repararlas. Los vecinos hemos llamado a los medios, al IDAAN, tomado fotos, señalado en las redes sociales, escrito al representante y nada. Después de la semana que pasamos sin agua durante algunos días y con agua sucia el resto, es todavía más urgente que se reparen estos daños.
Precisamente, durante los días en los que ocurrió el problema con el suministro del agua se celebraba en Panamá la Cumbre del Agua, organizada por la UNESCO y el Programa Hidrológico Internacional (PHI), que es el único programa intergubernamental del sistema de la ONU dedicado a la investigación sobre el agua, la gestión de los recursos hídricos y la educación y creación de capacidades. El manejo de esta crisis, que demostró la incapacidad de gestión que tiene el Gobierno, donde todos ahora se echan la culpa unos a otros, deja en claro que el proyecto de un mejor país está lejos de la agenda de Estado.
De nada nos sirven las campañas publicitarias millonarias otorgadas a los amigos, los mea culpa ante los países del G20, para salir de las listas grises, los altísimos porcentajes de crecimiento económico que mostramos como credencial de todo vale, si no podemos satisfacer las necesidades básicas de la población, si no se recoge la basura en semanas, si la seguridad en las calles cada día está más endeble, si tal como el agua que corre libremente por el Cangrejo y El Carmen se está erosionando la integridad de una población que al no tener acceso a los servicios indispensables, toma las medidas que considera justas en demanda de las promesas incumplidas. Que este colmo de los colmos nos mantenga alertas de hacia dónde vamos en este país.
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