Convivencia Opinión Publicado en La Estrella de Panamá

La vida sigue igual

Domingo 2 de agosto de 2015 

‘Además de sordera, hay ceguera y falta de voluntad a fin de hacer las cosas bien’

Mariela Sagel
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Cuando ya pensábamos que habíamos visto todo, el presidente Varela nos sorprende con su magnanimidad católica regalándole a cada jugador y cada técnico del equipo de fútbol 20 000 dólares, además de un millón de dólares a la Federación Panameña de Fútbol como ‘compensación’ por el mal arbitraje que le valió la eliminación contra México en el partido semifinal de la Copa Oro.

Se le preguntó al ministro de Economía en un programa de televisión de qué partida salían esos fondos y contestó con evasivas: que si del presupuesto asignado a Pandeportes, que si de la partida discrecional de la Presidencia, en fin, contradicciones. En el acto de entrega de estos dineros, el mandatario dijo que no gastaba en publicidad, por lo que supusimos que el dinero saldría del presupuesto de publicidad, pero el galimatías del que dirige las finanzas del Estado nos dejó más confundidos.

La verdad es que los muchachos se fajaron, pero el asunto no era para tanto. Con ese dinero y en nombre del glorioso equipo, bien se puede arreglar el cuadro de fútbol del Instituto Nacional, que por falta de fondos está en un estado deplorable. Seguro que ese dinero alcanza para arreglar otros muchos cuadros de fútbol, así como las infraestructuras deportivas de los barrios, que prevendrían que los muchachos se metan en pandillas. Como estamos en época de presupuesto, sería conveniente que el ministro de Economía tome en cuenta que la educación necesita reforzar su presupuesto, así como salud, pero no solo para construir letrinas, sino para reducir la escandalosa mora quirúrgica que existe en los hospitales, tanto del Ministerio de Salud como de la Caja de Seguro Social.

El periodista matutino le preguntó al ministro si se había aumentado el presupuesto a la cultura y tampoco obtuvo respuesta, lo que nos hace pensar que seguiremos en el mismo letargo de hace años, o desde siempre. Si se comprendiera la importancia que esta tiene en el desarrollo de los pueblos y que si se aunara a un rutilante crecimiento económico como el que hemos tenido, este país sería invencible.

Pero con menos publicidad y más devoción fanática, este Gobierno parece seguir el mismo camino que los anteriores, sin innovar en la visión de país que todos queremos. El agua sigue en crisis, la mora judicial del sistema penitenciario no merma y la inseguridad se entroniza en las calles. Lo que parecía que iba bien, que era el llamar a los causantes del atraco descarado que fuimos objeto en el Gobierno pasado, se ha visto empañado por la escapada que protagonizó el ‘cuñadísimo’ del fugitivo, nada menos que en el avión privado de este último. ¿Es qué no se le ocurrió a nadie que, además de negar la salida a los pillos a través de Tocumen, también hay que poner alertas en todas las posibles salidas del país, mucho más que en un aeropuerto desde donde despegan las aeronaves particulares?

Cuñadísimo se le llamaba en la dictadura de Franco a Ramón Serrano, que era cuñado de la esposa de éste y que ejerció un gran poder durante su largo mandato, con la diferencia de que para evadirse de la cárcel se disfrazó de mujer. El de acá ni siquiera tuvo que hacer eso y estuvo metido en cuanta compra de tecnología para instituciones y en equipos de espionaje se hizo con escandalosos sobreprecios.

Recientemente Paco Gómez Nadal señaló que había sordera en el Palacio de Las Garzas. Además de sordera, hay ceguera y falta de voluntad a fin de hacer las cosas bien. Barro Blanco está en un letargo que no avanza y no sabemos si lo que se espera es la intervención del papa Francisco, tal como se le invocó. Lo cierto es que ese proyecto empezó mal, no tomó en cuenta a las poblaciones a las que afectaría y adolece de un grave problema de anclaje de la presa.