El accionar público Opinión Panamá Publicado en El Siglo

El desastre de los correos

Lunes 14 de septiembre de 2015

Mariela Sagel
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En muchos países es el servicio más importante y el cartero es un oficio muy respetado

El servicio de correos de Panamá es un verdadero desastre y contribuye a ello la actitud altanera y grosera de algunos de los funcionarios que allí laboran.

En la estafeta de Carrasquilla, adonde acuden muchas personas de estratos humildes a retirar en entrega general sus cheques de jubilados y extranjeros a enviar encomiendas y recibir los envíos que llegan de afuera, la atención es realmente deplorable.

Los correos nacionales ahora conocidos como COTEL (Correos y Telégrafos) están regidos por una ley de los años 40 y como no representa obras o contratos jugosos, no hay mandatario que los quiera reformar.

Está metido en la maraña de dependencias del Ministerio de Gobierno y debe haber tantos proyectos de reformas engavetados como fallos pendientes en la Corte Suprema.

Hace quince años teníamos un proyecto de ley para modernizarlo y regular el sistema, pero como no era importante ni lo voltearon a ver en gabinete. Lo mismo ha pasado en gobiernos sucesivos.

En muchos países es el servicio más importante y el cartero es un oficio muy respetado. Aquí no existe hoy en día reparto a domicilio, en parte porque no hay nomenclatura que aguante en esta ciudad de locos.

Esto ha causado que muchos contratemos los servicios de un courier personal, casillero en Miami y otras modalidades.

Aun así, mucha gente depende del servicio y sus funcionarios deberían ser más cuidadosos en la atención al público.

Si bien actualmente a muchos nos llegan solamente cuentas al apartado postal (y muchas veces ni eso) el servicio debería prestarse con esmero.

Muchos países se miden por la eficiencia que tienen en este sector. Frustra que algo tan básico y tan esencial para la vida como el correo no sea eficiente.

El personal de correos –en su mayoría– tiene muchos años laborando allí y no todos se miden con la misma vara.

Necesitan motivación y capacitación, e igualmente tomar conciencia de que deben prestar una atención amable y atenta.