Facetas Literatura

Ficción con base en la realidad

MARIELA SAGEL |

Facetas, 29 de enero de 2012

Junto a autores como Volpi y Padilla, Palou irrumpió en la escena literaria con violencia a fines del siglo XX


Recientemente, el Papa Benedicto XVI propuso la beatificación de Pio XII (Emilio Pacelli). Pero esas intenciones se vieron abruptamente detenidas por la solicitud de la comunidad judía italiana de la actitud del candidato a santo durante el holocausto. Esto ocurrió cuando Pedro Angel Palou estaba terminando la novela El dinero del diablo, por lo que el autor insertó una nota aclaratoria en la cual explica que, cuando estaba a punto de concluir su manuscrito, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, entregaba un comunicado especificando que hasta 2014 se podría llevar a cabo la apertura de los archivos secretos que contienen los documentos del controvertido papa Pacelli.

Miembro de la generación del crack

Sin embargo, Pedro Ángel Palou precisa que los expedientes más comprometedores que pertenecieron a Pío XII desaparecieron el mismo día de su muerte, incinerados por su leal asistente personal, la madre Pascualina.

El dinero del diablo no ha estado exento de controversias. En las muchas reseñas que salieron a raíz de su publicación encontré una que arremetía contra el autor, de corte radical católico y lo acusaba de buscar el descrédito del Vaticano para su propio beneficio, comparándolo con el Diablo. Sin embargo, la mayoría de las críticas apuntaban al excelente manejo de los hechos históricos con el dinamismo de una novela estilo James Bond.

En la vasta obra del autor nacido en Puebla hay temas recurrentes que denotan la pasión que siente por la historia, y más específicamente, con la de su país natal. Es así que tiene en su haber varias novelas históricas que rescatan las vidas de Emiliano Zapata, José María Morelos y Cuauhtémoc (el emperador azteca), que forman parte de una tetralogía de lo que él llama Sacrificios Históricos al igual que Pobre patria mía, sobre Porfirio Díaz.

Palou formó parte de lo que en México se conoce como la Generación del ‘crack’, junto con Jorge Volpi, Vicente Herrasti, Ignacio Padilla, Ricardo Chávez Castañeda y Eloy Urroz, que irrumpieron en la escena literaria con violencia a fines del siglo XX, y al decir de Elena Poniatowska, declararon que: ‘Vamos a apostar por la novela ambiciosa, la novela total, la que busca crear un mundo autónomo en el lector, la que rescriba la realidad, una novela que verdaderamente diga algo’. Es así que lanzan el manifiesto de las novelas del ’crack’ que enfureció al mundo intelectual y logró que los críticos los atacaran sin misericordia.