Educación Facetas

Periodista de pasiones

MARIELA SAGEL

[email protected]

Facetas, 17 de abril de 2011 

Andrés Oppenheimer es un periodista que despierta pasiones, tanto por sus posiciones como por su incisivo cuestionamiento en cualquiera de los escenarios en los que participa. Es una figura incómoda para Hugo Chávez y Fidel Castro, y supongo que para Evo Morales, Rafael Correa y hasta para su compatriota Cristina Kischner. Su columna semanal, El informe Oppenheimer, se reproduce en más de 60 diarios de Estados Unidos y América Latina, incluyendo periódicos tan prestigiosos como El País de España, La Nación de Argentina y Reforma en México, además de La Estrella en Panamá.

OPPENHEIMER EN PANAMÁ

MARIELA SAGEL

[email protected]

 

También conduce un programa semanal en la televisión que se titula Oppenheimer presenta y es el editor para América Latina y columnista del Miami Herald. Hace análisis políticos para CNN en español y es un omnipresente en todas las crisis que se dan en nuestros países. Oppenheimer entrevista con regularidad a figuras importantes en el mundo, y apenas hace unas semanas le hizo una interesante entrevista al presidente estadounidense Barak Obama, donde abordó el tema educativo.

 

Andrés Oppenheimer vino a Panamá invitado por la Asociación de Amistad Argentino-Panameña a presentar su último libro, ¡Basta de historias!, que ha batido records desde que salió en Septiembre del año pasado y cuyo lanzamiento formal fue en la Feria del Libro de Guadalajara a fines de Noviembre de 2010.  Le preguntamos, qué lo motivó a emprender una investigación tan exhaustiva por varios países desarrollados, para encontrar cuáles son las claves de progreso que deberían orientar el futuro de las naciones, basados en la educación.

 

Una básica curiosidad intelectual de saber por qué unos países crecen y reducen la pobreza más que otros países. Por ejemplo, el caso de las naciones asiáticas versus las latinoamericanas.

 

SI BIEN ES EL SÉPTIMO LIBRO QUE ESCRIBE, Y TODOS HAN TENIDO UNA GRAN RESONANCIA, ¿QUÉ TIENE ¡BASTA DE HISTORIAS! QUE LO HA HECHO RECORRER TANTAS CAPITALES PARA PRESENTARLO? Y NO ME REFIERO SOLAMENTE AL AFÁN DE VENDER, QUE DE POR SÍ SE VENDE SOLO, SINO LA OPORTUNIDAD DE ALTERNAR CON PERIODISTAS, MEDIOS Y HASTA FUNCIONARIOS A CARGO DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS EN TODOS LOS PAÍSES QUE VISITA.

 

Definitivamente que una presentación de un libro tiene como objetivo vender. ¡Basta de Historias! lleva vendidos más de 80 mil ejemplares y es el libro más vendido en México, donde se editó. Me interesa mucho promover las ideas que allí elaboro para mejorar la calidad educativa y, de paso, conocer la realidad educativa de Panamá.

 

LA TRILLADA PREGUNTA QUE TODOS LE HACEN ES POR QUÉ CRITICA LA OBSESIÓN POR CONMEMORAR LAS EFEMÉRIDES DE LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS EN VEZ DE MIRAR HACIA EL FUTURO. SIN EMBARGO, LOS PAÍSES ASIÁTICOS, ALGUNOS DE LOS CUALES DESTACA EN SU LIBRO, TIENEN HISTORIAS MILENARIAS Y MUCHAS DE ELLAS SON LA BASE PARA SU DESARROLLO, PORQUE ASUMEN LA HISTORIA CON CARÁCTER PRAGMÁTICO. ¿ESTARÍA DE ACUERDO CON ESA ASEVERACIÓN Y CUÁL ES LA DIFERENCIA DE APROXIMARSE A UNA VISIÓN DE FUTURO CON UNA CARGA ANCESTRAL, ESPECIALMENTE EN LA EDUCACIÓN?

 

Yo no critico la celebración de las efemérides, lo que señalo es la obsesión con el pasado. En la charla que ofrecí puse el ejemplo de Singapur, cuyo papel moneda, en vez de tener la cara de un prócer tiene la imagen de una universidad. Estos países que trato en mi libro tienen una obsesión por la educación, la ciencia y la tecnología.

 

QUISIERA QUE DEFINIERA QUÉ ES ‘PARANOIA CONSTRUCTIVA’, ESA QUE PERMEA A LOS ASIÁTICOS, QUE SIENTEN QUE LOS DEMÁS PAÍSES LOS ESTÁN SUPERANDO. ¿SERÍA UNA ESPECIE DE COMPETENCIA ENTRE ELLOS? ¿CÓMO ES QUE LOS DEMÁS PAÍSES CENTROAMERICANOS O LATINOAMERICANOS NO SIENTEN ESA PARANOIA EN RELACIÓN A PANAMÁ, SI LOS SUPERAMOS EN DESARROLLO (POR LO MENOS A LA VISTA)?

 

Los países que mejor funcionan son paranoicos. En la charla señalé cómo encontré a lo largo de mi investigación que en India me indicaban que en Singapur iban mejor que ellos. Si sienten que se están quedando atrás, se superan para ser mejores, y lo hacen a través de la educación. China, siendo un país comunista, ha invitado a prestigiosas empresas a instalar fábricas en ese país y lo mismo ha hecho India con universidades como MIT. En los test PISA (*) que aplican a la calidad de la educación, los estudiantes de esos países salen mejor que los latinoamericanos. En América Latina, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estamos más satisfechos que los asiáticos, sin embargo, somos los últimos en esos test. Yo no siento que en Centroamérica o Latinoamérica haya una paranoia hacia Panamá, definitivamente que este país es diferente al resto, impresiona ver toda la construcción que ha habido recientemente, pero difícilmente Nicaragua, por ejemplo, puede querer compararse a Panamá, porque su economía –la panameña– está basada en servicios. Panamá podría ser como Singapur. Pero no deben estar más obsesionados por el crecimiento de la economía que por el índice de educación. Hay que medir ambos crecimientos.

 

USTED ESTUVO VARIOS AÑOS CUBRIENDO LOS HECHOS QUE ACONTECÍAN EN PANAMÁ ENTRE 1989 Y 1992. ¿QUÉ OPINIÓN LE MERECE CÓMO HA IDO PROGRESANDO PANAMÁ? ¿NO SE DA CUENTA QUE EL DESARROLLO ES APARENTE Y QUE HACE FALTA MUCHO POR HACER EN MATERIA DE EDUCACIÓN, DE SEGURIDAD Y OTROS TEMAS ÁLGIDOS QUE CONDICIONAN EL PROGRESO INTEGRAL DE LA SOCIEDAD?

 

El país ha avanzado en comparación a los países asiáticos pero más lentamente en lo que se refiere a la reducción de la pobreza. No puedo ahondar en los demás temas álgidos porque no tengo suficientes elementos de juicio. Entre lo que mencioné en mi conferencia es que los países que fueron objeto de mi estudio no tienen nada en común ideológicamente, pero sí tienen en común una obsesión por la educación y cómo mejorarla.

 

En su libro Crónicas de Héroes y Bandidos, editado en 1998, hay un capítulo titulado ‘El Presidente Enamorado’, escrito en 1990 que giraba en torno al romance que vivió don Guillermo Endara (QEPD) cuando era presidente, que lo llevó al altar con Ana Mae Díaz de Endara, con quien estuvo casado hasta su deceso el año antepasado. En esa crónica mencionaba tanto personas como hechos que eran parte del cotilleo que se dio en relación a esa boda presidencial y al hecho que Cuchungo, aún cuando no estuviera enamorado, no sería nunca un presidente autoritario. CON TODOS LOS ACONTECIMIENTOS REVELADORES DE UNA PRESIDENCIA AUTORITARIA QUE HOY VIVIMOS, ¿QUÉ CONSEJOS LE DARÍA AL PRESIDENTE Y QUÉ CONSEJOS A LOS QUE ESTAMOS EN ABIERTA CRÍTICA A SU POLÍTICA DE AVASALLAMIENTO DE TODOS LOS PODERES DEL ESTADO Y LA GRAN AMENAZA A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Son las 7:45 de la noche y salgo mañana de vuelta a Miami y no he podido aún conseguir una cita con el presidente, solicitada con mucha anticipación ni conversar con un solo ministro para conocer sobre este tema. (Posteriormente su representante logró hablar con la asistente del Presidente, quien le manifestó que le sería imposible atenderlo porque estaba resfriado; el Vicepresidente tenía un compromiso y el Ministro de Economía estaba en Consejo de Gabinete. La asistente de Vallarino devolvió la llamada y más tarde se vieron en una cena que ofrecía el embajador argentino. Oppenheimer quería confirmar la cifra que se espera de los ingresos estimados en el 2025 del Canal, y qué porcentaje se iba a destinar a desarrollar o avanzar en programas sociales y educativos. Seguramente, en su próximo artículo aborde este tema).

 

FINALMENTE, Y DE MANERA PERSONAL, EN 1999 ME DEDICÓ EL LIBRO CRÓNICAS DE HÉROES Y BANDIDOS, Y ENTRE OTRAS COSAS PUSO ‘CON LA ESPERANZA DE QUE PUEDA PONERLA EN LA COLUMNA DE LOS HÉROES (¡Y NO DE LOS BANDIDOS!)’. ¿ME SALVÉ DE ESA CATEGORÍA?

 

Digamos que herobanda (risas), mentira, entre las heroínas…

 

(*)Test que mide el nivel de competencia internacional de los estudiantes de 15 años, en más de 60 países del mundo, en las aéreas de comprensión de textos, matemática y ciencias. Es la medición más reconocida del mundo de la calidad educativa de cada país. Panamá ha quedado entre los países peor evaluados en estos test.