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HISTORIA DE UN CANALLA

Por Mariela Sagel, Facetas, 19 de junio de 2016

La última novela de la escritora y periodista española Julia Navarro, “Historia de un canalla”, se aleja completamente de los temas que ella usualmente ha tratado en sus cinco libros anteriores y que han vendido 5 millones de ejemplares en todo el mundo. Periodista de profesión –y confiesa que de corazón–, dejó a un lado su carrera para dedicarse a la literatura desde el 2004, cuando publicó su primera novela, “La hermandad de la sábana santa”, y ha tenido mucho éxito sobre todo en sus dos últimos relatos, “Dime quién soy” y “Dispara, yo ya estoy muerto”.

Julia Navarro

Ahora deja a un lado los temas que tienen un rasgo histórico, que ella rechaza pero que siempre compartían contextos y viajes por episodios del pasado universal, encontrándose incluso con personajes reconocidos, y se adentra en temas insondables y oscuros, el de los escrúpulos (o la falta de ellos), el de los medios de comunicación, el de la manipulación de la opinión pública, especialmente en temas o campañas políticas, y en los sentimientos de personas que cargan consigo un lastre de complejos que los proyectan en el rechazo a la bondad y los empujan a andar por la vida cometiendo malas acciones.

LA PERIODISTA Y ESCRITORA

Julia Navarro tiene 63 años y nació en Madrid.  Ha trabajado en los principales medios de comunicación de su país, desde Cadena SER hasta la TVE, donde presentó, junto a Pilar Cernuda, el programa de entrevistas Centros de poder.   Empezó su carrera profesional cuando ocurría la transición española, período que surge una vez que el país ibérico dejó atrás la férrea dictadura de Franco  y pasó a regirse por una Constitución que instauraba un Estado social y democrático de derecho. Dicha fase constituye la primera etapa del reinado de Juan Carlos I. Siempre ha relatado con entusiasmo la época periodística que le tocó vivir al tener que realizar el análisis continuo de la evolución social hacia una Constitución. Desde entonces ha sido y es reconocida como una prestigiosa periodista y analista política.  Después de casi abandonar su profesión para dedicarse a la escritura, colaboró en el programa de televisión de tertulia política “Madrid opina” en Telemadrid.

Con todo este bagaje y el conocimiento que tiene del poder de la comunicación, especialmente en temas políticos, no es de extrañarse que la emprenda de lleno con esta historia de un individuo que no tiene escrúpulos, que estudia para publicista porque no le interesa hacer más nada en la vida, que viene de una familia acomodada en la ciudad de Nueva York, y que se va a Londres a trabajar en gabinetes de comunicación que le calzan perfecto a su maldad y ausencia de sentimientos.

DE QUÉ VA LA HISTORIA

Historia de un canalla” es un libro que empieza con la remembranza de Thomas Spencer cuando se está muriendo, sobre qué hubiera hecho diferente en su vida y empieza a recordar que no hubiera cambiado nada, a pesar de que hizo mucho daño a muchas personas, especialmente a sus seres más queridos y entrañables, su familia.

Generalmente los seres humanos decimos que si tuviéramos la oportunidad de cambiar algo en nuestras vidas, sería tal o cual cosa, sea una actitud ante un familiar, o una acción que llevó a un desenlace indeseado.  Pues Thomas, con cada acción que hace, al extremo de ser insensible a cualquier sentimiento, no cambiaría nada.

Portada de Historia de un canalla

Desde joven dejó que hasta sus más cercanos compañeros, inclusive su hermano, se enfrentaran a serios peligros, hasta la muerte, sin tener el más mínimo remordimiento.  Narrado en primera persona, Thomas analiza las situaciones que atraviesa y en algunas piensa que debió actuar de otra manera, pero no lo hace y no se arrepiente de no haberlo hecho.

Cae en el mundo de la publicidad y la comunicación, pero en la de los gabinetes y agencias, que no tienen muy clara la línea divisoria entre lo que se debe decir para vender un producto, sea mentira o sea verdad, y la ética.  Las de las campañas sucias para destruir a un adversario, las que hacen verdaderos entramados de confusión mediática para destruir el medio ambiente, sacrificando tierras o áreas que por siglos fueron usadas para otros fines, con la excusa del progreso.

La autora dijo en una entrevista, cuando presentó su libro, en la sede de Random House en Nueva York en febrero pasado: “Me preocupa cómo se puede manipular a la opinión pública. Nos incitan a decidir qué marca de agua compramos, e incluso a qué político votamos. La comunicación es un elemento importante, es necesaria y tiene muchas cosas positivas, pero a mí me preocupa ese otro lado”.

La gran interrogante que nos ronda a los que nos hemos leído este voluminoso libro, y que será presentado en la Feria del Libro de Panamá*, en el marco de la actividad que anualmente lleva a cabo la Embajada de España, “Letras de España”, en agosto, es si la maldad nace o se hace. Y si la gente mala siempre encuentra otros semejantes que tienen su falta de escrúpulos, de allí que haya habido las guerras en el mundo — la maldad que desencadenó Hitler contagió a todo un pueblo – o el fanatismo islámico, que se hace presente a cada rato en violentos atentados en diferentes partes del mundo.  Lo que sí queda claro es que son fáciles de encontrar los semejantes en ese tipo de maldad y se identifican y se buscan con afán.

El giro de timón en la temática de sus novelas es un “salto al vacío”, según la autora, pues es la primera vez que escribe una novela tan centrada en la psicología de los personajes y bastante contemporánea, porque el desarrollo de la vida y maldades de Thomas Spencer y todo el conjunto de personajes que aparecen en la novela la llevan hasta el siglo XXI.  Este chico, además de resentido, es muy lúcido, frío y calculador, pero no psicópata, no se acepta como es, rechaza su carga genética, tiene una anomalía moral.  En teoría, los psicópatas no se dan cuenta de lo que están haciendo, Thomas sí.  Es un personaje que no evoluciona, es malvado desde el principio hasta el final, tanto que termina sus días sumido en sospechas de si los demás serían capaces de hacer lo que él ha hecho a ellos.  No tiene ni empatía ni escrúpulos y tiene grandes rasgos de machista, manipulador al extremo, sobre todo de aquellos con los que trabaja y que sabe que son más débiles y que tienen necesidad de hacer cosas con las que no están de acuerdo, por el salario.  Pero Thomas respeta a los que él considera fuertes y en cierta forma, quiere emularlos, porque son tan malos como él.

Estoy segura que después de la presentación que hizo hace dos años de la obra “Dispara, yo ya estoy muerto” en Panamá, Julia Navarro tendrá mucho que contarnos sobre este giro radical que ha tomado su narrativa, su apuesta a develar y denunciar la maldad, personificada en este sujeto que no tiene ni buenos sentimientos para con sus padres, familia o amistades y la utilización de los medios de comunicación para obtener resultados aviesos y alejados de la ética.

Los demás te ven como eres. Y no eres de fiar.  Venderías a tu madre.  No denotas ninguna emoción, no haces ningún gesto que se pueda interpretar como que tienes sentimientos… produces rechazo Thomas….