LA CONCESIÓN DE ISLA BONÁ
Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 14 de abril de 2019
En el mundo entero se habla del cambio climático y, aunque el presidente Trump lo niegue y con las palabras “no me lo creo” tumbó un informe de 1.656 páginas que detallaba los devastadores efectos del cambio climático en la economía, la salud y el medio ambiente, en Panamá sí tenemos una relativa conciencia ecológica que va en aumento. Poco o nada le importó al pelirrojo que el estudio estuviera respaldado por 300 científicos de 13 agencias federales diferentes. No hay nada peor que negar algo que está afectando al mundo de forma alarmante.
En Panamá no escapamos de los efectos de éste, y es así como vemos que desde diciembre no llueve, se advierte que el fenómeno de El Niño se hará sentir de manera muy severa hasta fines del año y el Canal de Panamá ha tenido que restringir el tránsito de buques de cierto calado.
Recientemente se conoció que se había otorgado una concesión para desarrollar una petroterminal en la isla de Boná, que tiene una superficie de 74.7 hectáreas, de las cuales 34.7 hectáreas se usarían para dicha concesión. Al saltar la noticia, también se conoció que esa concesión le fue otorgada a la empresa que desarrollaría el proyecto por el alcalde de Taboga, Ramón Ramos, militante del partido Cambio Democrático.
Es inconcebible que una concesión que puede afectar el ecosistema de un distrito insular como Taboga sea dada por la voluntad de un alcalde y no exista ni siquiera un estudio de impacto ambiental que respalde la viabilidad de ésta. El Ministro de Ambiente dijo desconocer el asunto, pero ya la concesión fue avalada por el Consejo Económico Nacional (CENA), al que se le pedirá, por parte del presidente Varela, reconsiderar su decisión.
El distrito insular de Taboga es parte de la provincia de Panamá y su capital es la isla de Taboga. Lo conforman la también llamada “isla de las flores”, que es su capital, las islas de Taboguilla, Otoque, Urabá, Melones, Chamá y Estivá. Está divido en los corregimientos de Taboga, Otoque Occidente y Otoque Oriente. La isla de Taboga tiene una población de 1,600 habitantes según el malogrado censo del 2010 y es un importante destino turístico que todavía tiene un gran potencial de desarrollo. Está a unos 20 kilómetros de ciudad de Panamá y a esa misma distancia está Boná desde la capital del distrito insular.
Boná está al lado de Otoque Oriente, y en ella no vive nadie, no hay agua ni luz eléctrica. Es un santuario de avistamiento de aves y hasta los mismos empresarios de turismo han pegado el grito al cielo al conocer la decisión unilateral del alcalde de Taboga, pues está dentro de un área protegida, la que los ambientalistas y el propio Instituto Smithsonian han velado por que se conserve así.
Según fuentes residentes en Taboga, ni ellos mismos estaban enterados de lo que se estaba cocinando por parte de la autoridad municipal, a excepción de su círculo íntimo. Según esas fuentes la posición del alcalde es muy fuerte ya que cuenta con un aparato administrativo directo o indirecto como la policía, la sala de juzgado de paz, así como otros funcionarios que, en su totalidad son miembros de su partido. El representante también está afiliado a Cambio Democrático. La contraloría tiene una oficina en la alcaldía. El alcalde Ramos sustenta su decisión unilateral en el hecho de que la instalación de esa estación en la isla de Boná generaría fuentes de empleo.
Sin embargo, la misma isla de Taboga, siendo destino turístico, no resuelve todavía la recolección de la basura y otros temas sensitivos. De tener una visión integral de cómo una isla que ha jugado un papel tan importante en la historia de este país puede desarrollarse turísticamente con temática ecológica, histórica y cultural, no estaría buscando dañar las pocas riquezas naturales que aún tenemos y que no podemos darnos el lujo de perder. Desde Taboga salieron las expediciones de conquista de Francisco Pizarro hacia el Perú y de Diego de Almagro hacia Chile. El pintor francés Paul Gauguin recaló en la isla cuando iba para la Polinesia y por su posición estratégica en la entrada del Canal de Panamá, siempre fue codiciada por los estadounidenses. En Taboga nació nuestro más insigne escritor, Rogelio Sinán, hace 117 años y en la fecha de su natalicio, el 25 de abril, se celebra el Día del Escritor panameño.
Si bien la ampliación del canal y el aumento de los tránsitos por la vía interoceánica demanda un mayor expendio de bunker, ya existen en los diferentes puertos, tanto en el Atlántico como en el Pacífico instalaciones destinadas a prestar este servicio a los barcos. No se puede permitir que las pocas riquezas naturales y con potencial de turismo ecológico, se entreguen por la sola voluntad de un funcionario y que esta decisión afecte no solo a los panameños sino también al ecosistema, que es patrimonio del país.