El accionar público La ética y la política Opinión Panamá Publicado en El Siglo

Nada nuevo bajo el sol

MARIELA SAGEL

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El Siglo, 10 de enero de 2011

Para los panameños que residen en Miami los escándalos de sus autoridades consulares no son nada nuevo. Sin embargo, la reciente aparición del Cónsul Tomás Guerra en el Show de Fernando Hidalgo, que se transmite en el horario de mayor sintonía en el Sur de la Florida, Cuba y Puerto Rico, incomodó por la informalidad del personaje, que puso en evidencia su falta de conocimiento sobre la historia patria, bajísimo nivel cultural y peor aún, presentarse en un medio de comunicación a promover una actividad bailable con fines de lucro a beneficio de quien ellos, en la representación diplomática de Miami, solamente saben.

Causó estupor también el hecho de que mientras en Chepo, Colón y otras comunidades se perdían vidas y reportaban miles de damnificados por las inusuales lluvias, la representación del gobierno panameño en Miami realizara una fiesta bailable donde ni siquiera se hizo alusión a la tragedia que se vivía en Panamá.

Los panameños en Miami esperaban que su cónsul solicitara ayuda para las personas que lo perdieron todo, pero ni siquiera lo mencionó, tampoco promovió al país en sus 8 minutos de estrellato por televisión en vivo, sus declaraciones más que orgullo y solidaridad provocaron pena ajena porque se puso en evidencia que el presentador sabía más de Panamá que el propio entrevistado.

Sorprende también la cobertura y despliegue que ha provocado el acontecimiento en los medios, toda vez que no hay nada nuevo bajo el sol porque los panameños en Miami han visto desfilar, al menos en la última década, funcionarios acusados y hasta deportados por el gobierno estadounidense al comprobarse sus vínculos con personas sentenciadas por delitos bancarios que todavía purgan en prisiones federales.

Lo acontecido en Miami y la importancia que le han dado en Panamá los medios de comunicación podría ser parte de un orquestado truco donde se utiliza a Tomas Guerra como excusa para distraer la atención de los verdaderos problemas sociales que afectan al país o quizás, algún miembro de la frágil alianza esté interesado en convertirse en Cónsul de la ‘Ciudad del Sol’.

Aunque el objetivo del escándalo no esté muy claro, es imperativo que se evite ridiculizar al país y a los panameños en el extranjero, hay que observar con cautela ciertas normas de protocolo y hasta depurar los consulados de aquellos subalternos que al parecer ostentan puestos a perpetuidad porque cargan consigo mañas aprendidas de otras administraciones, corrompen o magnifican las aberraciones de funcionarios con poca experiencia en la administración pública o carrera diplomática, como es el caso de Miami.

(El texto lo tomé de un mensaje que me envió una panameña que reside en Miami y que ve con preocupación desfilar impunemente a cónsules sin pizca de credenciales para ocupar el puesto y subalternos que subsisten allí en base a las triquiñuelas que practican desde hace lustros, haciendo de ese lugar una olla de grillos)