Domingo, 21 de septiembre de 2014 – La Estrella de Panamá
«Un recorrido por el trabajo literario de Adolfo Bioy Casares, el escritor bonaerense que ha vivido injustamente bajo la sombra de Jorge Luis Borges»
Durante el año 2014 estamos celebrando el centenario de Julio Cortázar (argentino) y de Octavio Paz (mexicano), además de nuestros autores Ricardo J. Bermúdez y Manuel Ferrer Valdés. Pero nos hemos olvidado de un escritor que el pasado 15 de septiembre hubiera cumplido 100 años, el también argentino Adolfo Bioy Casares.
Este último es un autor al que muchos le achacan el haber vivido a la sombra de Jorge Luis Borges, con quien tuvo una larguísima relación amistosa y de complicidad. Este vínculo se ha visto reflejado en Borges (2006), una compilación monumental del diario que llevaba minuciosamente Bioy Casares —más de 1,600 páginas— donde revela lo que acaso fue la amistad vital y creativa más productiva de la literatura universal. El albacea literario de Bioy Casares logró publicar hace unos años esta obra.
La escritura del autor bonaerense tiene una elegancia y una sutileza propias del que ha leído con fruición las obras clásicas y se ha tomado el tiempo necesario para estructurar un relato que capte la atención del lector.
Su libro más conocido, La invención de Morel , es catalogado como precursor de la literatura fantástica.
LAS ETAPAS NARRATIVAS DE BIOY CASARES
‘En su juventud Bioy Casares se deja dominar por el inventor; en su madurez, por el narrador; en su vejez, por el escritor satírico’ dice el periodista especializado en temas culturales Marcelo Pichón Riviére en un compendio sobre la obra del ganador en 1990 del Premio Cervantes —máximo galardón de la lengua española—, titulado La invención y la trama . En la primera etapa, encaja su novela más conocida, publicada en 1940, con un prólogo de Jorge Luis Borges y donde el mítico escritor subraya: ‘No me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta’.
Fue en 1940 que esa obra ve la luz, y la crítica literaria marca la fecha como un momento en el que se desenvuelve una profunda renovación de las letras argentinas. También ese año Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y el mismo Bioy Casares publicaron la Antología de la literatura fantástica .
Silvina y Adolfo Bioy Casares se casaron en 1940, habiéndose conocido en casa de la hermana de ella, la destacada intelectual de vanguardia Victoria Ocampo.
Bioy Casares nació en una cuna de alcurnia y gozó de una solvencia económica que le permitió tener el tiempo para leer los clásicos de la literatura, viajar, y estudiar temas humanísticos. No tuvo que hacer traducciones ni ejercer el periodismo para sobrevivir, como ha sido el caso de muchos escritores famosos. De él dijo Julio Cortázar: ‘Quisiéramos ser Bioy… porque nos gustaría tanto escribir sobre Bioy como lo hubiera hecho él… y… a nosotros nos va a ser imposible’.
No es desacertado señalar que la primera etapa del escritor estuvo dominada por la invención y la última por la sátira. Guardan cierta unicidad por la cadencia del narrador en primera persona. ‘Un yo que organiza tanto la perspectiva del relato como esa perplejidad metafísica de la identidad y las trágicas imposibilidades de la eternidad y la inmortalidad’, señala Pichón Riviére.
Tuvo una larga vida, ya que murió a los 84 años de edad, en 1999. En 1990 se le concedió el Premio Cervantes que fue a recibir en Alcalá de Henares al año siguiente y en su discurso finaliza agradeciendo a Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote , ‘a quien le debo la literatura, que dio sentido a mi vida’.
Gloria Claudia Alfaro, en sus palabras, dijo: ‘Recomiendo a quienes hemos sido y seremos siempre lectores de Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, y Jorge Luis Borges, la lectura crítica de los diarios de Bioy Casares. En estos, se aprecia el mundo interior, la fuerza creativa de estas tres constelaciones de la literatura iberoamericana’.