Lo que hemos aprendido de la pandemia
El Siglo de Panamá, 28 de septiembre de 2020
Por Mariela Sagel
Cada uno debería hacer un balance de lo positivo que ha sido estar confinados por tanto tiempo en las cuatro paredes del hogar
Pareciera que el confinamiento en Panamá está llegando a su final, con la apertura de varios bloques que le permiten a la población salir con más libertad a hacer sus compras y, sobre todo, a aliviar la carga económica que esto ha representado, volviendo la mayoría a sus labores. Cada uno debería hacer un balance de lo positivo que ha sido estar confinados por tanto tiempo en las cuatro paredes del hogar.
Los que vivimos solos puede haber sido privarnos de la compañía de seres queridos, que hemos aprendido a valorar como nunca y los que no, de repente se han dado cuenta que la convivencia se les hace insoportable. A saber, cuántos divorcios habrá en los próximos meses. En lo personal pude, en los meses de confinamiento, aprovecharlos al máximo para hacer lo que llamamos “policía” de montones de cosas que, con el tiempo, se fueron acumulando en mi casa, así como me entregué a las tareas domésticas, que me eran ajenas pues siempre he tenido ayuda.
Me hice una rutina de limpieza de la casa, lavandería, jardinería y, sobre todo, cocina, que hasta llegué a disfrutar. Mejoré mis habilidades culinarias y, sobre todo, fui solidaria con los que se quedaron sin trabajo, como el billetero del barrio, o el canillita que vende periódicos.
Tuve tiempo para leer más que nunca, para ver series, para llamar a mis amigos, para empacar todos los peroles que me traje a Turquía y, sobre todo, valorar el premio de la amistad y solidaridad con amigos y familiares.
También aprendí nuevas destrezas, en el campo informático y saqué de mi vida (o de mi Facebook) personas tóxicas que no saben abrir la boca para decir algo bueno sino para expresar algo malo.
Las lecciones han sido muy duras, para todos, pero lo mejor que hemos podido hacer es tomarlas como enseñanzas que la vida nos puso enfrente para que no olvidemos lo mucho que tenemos y lo poco que necesitamos.