LOS CUADERNOS DELIRANTES DE PEDRARIAS
Por Mariela Sagel, Vida y cultura, La Estrella de Panamá, 4 de agosto de 2019
Durante la Feria Internacional del Libro y dentro de las celebraciones de los 500 años de la fundación de la ciudad de Panamá (la primera que establecieron los conquistadores españoles en el Océano Pacífico) el polifacético abogado Milton Henríquez presentará su libro “Los cuadernos delirantes de Pedrarias”. Si bien hace referencia a Pedro Arias Dávila, quien fundó “la muy noble y leal ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá” el 15 de agosto de 1519, el libro tiene un propósito más profundo, que es el de tratar de entender el sentido de la vida y los propósitos por los que estamos en este mundo.
Con el fin de comprender la intención que tenía el destacado autor en esta su primera novela, le hice una pequeña entrevista que aquí reproduzco:
MS ¿El personaje de Pedrarias te surgió por la conmemoración de los 500 años de la fundación de Panamá, o era ya una idea que te venía dando vueltas en la cabeza?
MH: La idea surge de la conjunción de dos elementos que llegaron a mi conocimiento hace unos años: Primero, que Pedro Arias Dávila “Pedrarias” era miembro de un linaje de judeoconversos y segundo, que la palabra Panamá en hebreo se puede leer como Penimá (que significa “de mis entrañas” o “de mi interior”). De allí empecé a especular si Pedrarias sería, más que judeoconverso, criptojudío y si la fundación de la Ciudad de Panamá pudiera haber tenido un significado místico además del geopolítico. El que estuviéramos acercándonos al quinto centenario de la fundación fue un acicate para terminarla y publicarla, pero realmente la publiqué y la presenté en España el 11/11/11 porque encajaba con el número maestro que transcurre en la novela.
MS: ¿Qué fecha fue 11/11/11?
MH: En la novela explico un poco en cómo la Gematría o numerología y el 11 -que es uno de los principales números maestros- juega un papel determinante. Como estaba casi lista ya para octubre, me empeñé en poder sacar la primera edición el once de noviembre (mes once) de 2018 (2+0+1+8 = 11) o sea el 11/11/11. Ese día la subí a Amazon, desde donde se ha vendido en forma electrónica.
MS: ¿Sientes que, aunque explicas que «Esta es una novela, nada de lo escrito es o sucedió como aquí se cuenta… o tal vez sí” desnuda parte de ti, o sea, ¿transmites parte de tu ser interior?
MH: Creo que todo escritor de ficción siempre deja retazos autobiográficos en su obra. En casi todos los personajes hay algo de mí, pero también de personas que he conocido “en persona” o a través de lecturas o documentales. La labor del escritor – o del pintor en otros casos- es plasmar en un solo personaje o en una misma escena, elementos que ha tomado a lo largo de su vida y que luego los integra en un protagonista, en una narración o en un lienzo. A partir de allí y tal vez para poder hacer un relato coherente, se agregan cosas de la pura imaginación. Ahora bien, como eres escritora, comprenderás perfectamente lo que te voy a decir ahora, hay momentos en que te fluyen ideas para plasmar en el texto que tú no sabes realmente de dónde salieron, simplemente fluyen; en otros momentos la novela toma posesión de ti y no te deja escribir lo que quieras si no lo que hace sentido ante lo ya expuesto. Si está mandando tu mente e imaginación o un ser interior (si no fueran la misma cosa) lo dejo a tu imaginación.
MS: ¿Has sido siempre cabalista o te iniciaste hace poco en ello?
MH: La verdad es que no soy cabalista; sí soy un estudioso del misticismo -y por supuesto de la Kabbalah también- pero desde un punto de vista de curiosidad intelectual. De esos estudios -así como de otros tales como la historia, la física o las ciencias de la salud, por ejemplo- uno toma enseñanzas para ser una mejor persona o llevar una mejor vida, eso no te hace ni cabalista, ni físico nuclear ni médico.
MS: ¿Sientes que la investigación que has llevado a cabo, que se nota que ha sido exhaustiva, te eleva a un nivel de misticismo que no tenías o simplemente nos lo has ocultado?
MH: Lo que he hecho es verter en una novela muchas cosas que he aprendido a lo largo del tiempo; en el proceso de escribir, busqué, en Internet o en libros, elementos puntuales para explicar algo o para encajar una idea en el contexto; esa investigación muchas veces me puso de frente a otros elementos que no estaba buscando pero que me fueron útiles y los incorporé a la narración. Todo este proceso de búsqueda de conocimiento también produce un resultado de autoconocimiento y de comprensión de otros planos de nuestra existencia.
MS: En la presentación en Casa América relatas cómo empezaste una especie de novela colectiva…… ¿siguió siendo así o la seguiste tú solo?
MH: La verdad es que fue un esfuerzo fallido. Con las dos informaciones iniciales – el posible criptojudaísmo de Pedrarias y el significado alternativo de “Panamá” en hebreo- escribí un par de pliegos e invité a mis hijos y sobrinos – en la familia hay muchos miembros con talentos e inquietudes literarias y artísticas- a que la siguieran; quería hacer una “creación colectiva” tipo “Improv” en donde cada uno le iba agregando a la historia un par de páginas hasta que obtuviéramos un cuento corto. Nadie escribió nada y allí quedó el texto flotando por un par de años. De vez en cuando lo miraba y le agregaba algo; en otros momentos leía algo y lo guardaba “para la novela” pero no avanzaba mucho. Cuando me destinaron a España sentí que ese era el tiempo y lugar en el que se podría concluir y así fue. Sí hubo momentos en los que envié borradores a parientes y amigos -a quienes les había contado que estaba escribiendo la novela y algo de la trama- y estos además me mandaban recortes, enlaces de Internet y hasta libros para contribuir, así que hubo muchos “lectores mártires” -especialmente mi esposa Alexandra Ciniglio- que me hicieron valiosos comentarios y observaciones para la novela y luego mi nuera Andrea Cogollos que hizo una prolija corrección ortográfica y el escritor Claudio De Castro, que fue mi mentor en todo el proceso de publicación. No menciono aquí a todos los “mártires” porque son más de lo que cabe en un párrafo y por no cometer la injusticia de olvidar a alguno en la lista.
MS: Desvelas muchas cosas desconocidas, sobre Pedrarias, sobre Cristóbal Colón, sobre los hermanos Pinzón, ¿crees que los panameños interiorizarán estas revelaciones?
MH: La novela está escrita en capas (como explico que se han escrito otras obras) hay personas que se quedarán en la primera y hay personas que comprenderán hasta la última. Mi deseo es que la disfruten mientras lo hacen y que si encuentran algo de valor para sus vidas lo puedan incorporar para ser más felices, aunque sea por el rato en que pasaron sus páginas.
MS: ¿Y por qué la insistencia en el 11?
MH: La explicación está en la novela, pero hay mucho material en libros y videos para quienes quieran profundizar en el 11, en otros números maestro y en la numerología en general. Realmente lo incorporé al conversar, en momentos distintos, con dos amigos que lo estaban empezando a ver; me puse a investigar y lo contrasté con ellos. Por otra parte, algunas cosas que explico del 11 en la novela – en particular sobre la relación con el 2- surgieron mientras escribía y parecían venir de ese “ser interior” del que hablamos antes y allí están plasmadas no porque las haya validado, sino porque me hacen sentido en el contexto de la novela.
MS: ¿Fuiste a todos los lugares que allí relatas?: Barcelona, Carboneras, Bugía (en Argelia). ¿Viste el baile de los derviches? Porque has vivido en los últimos años en Madrid.
MH: Fui a todos, sea porque debía ir por otras razones o por documentarme para la novela, excepto a Bugía que la describí en base a fotos de Internet y Google Maps. El baile de los derviches solo lo he visto en video y las explicaciones sobre los instrumentos musicales las tomé de algunas charlas de místicos sufíes y algo de imaginación.
MS: Y las personas que son tus protagonistas, los de la hermandad, ¿existen? ¿Son reales?
MH: Prácticamente todos los personajes son cócteles de gente que conozco. Cócteles de personalidades y de situaciones o vivencias, pero no te puedo decir que un personaje es esta persona o ésta otra en particular. No sé si existe la Hermandad, pero me gustaría pensar que sí.
MS: ¿Todas las prácticas de relajación las sigues haciendo, las hacías antes de escribir este libro o las encontraste en tus investigaciones?
MH: Algunas las he hecho, otras las he dejado de hacer -más por falta de disciplina que por otra causa- y en algunos casos siento que una vez que internalizas la “Regla de Oro” y te esfuerzas en conducirte bajo ella, requieres de menos terapias de “limpieza espiritual” porque vives más dentro de la “higiene espiritual” o sea, no tienes tanto que limpiar porque intentas no ensuciar. También he comprendido que estás en esta vida y en tu contexto – en tu “aquí y ahora”- por un propósito y si te desconectas demasiado del mundo y te encierras en una burbuja espiritual, puedes no vivir las experiencias por las cuales estás aquí y ahora y que tienen un propósito.
MS: ¿Cuánto tiempo te tomo escribirla?
MH: Como te conté, fue un proceso de siembra, penumbra, soles y lunas hasta que germinó. La labor principal la hice entre julio y agosto de 2018 -periodo en que hay menos compromisos diplomáticos en España y más disponibilidad de tiempo en las “horas libres”- luego en septiembre, octubre y noviembre hice las correcciones y el pulimiento final con la ayuda de los “mártires”.
SOBRE EL AUTOR:
Abogado de profesión, ha desempeñado diversos puestos públicos y privados, entre los que está el de diputado y ministro, además de embajador de Panamá en España. Se ha desempeñado en los medios de comunicación y la docencia. El libro fue presentado en enero de este año en Casa de América, por el padre Luis de Lezama, novelista y pedagogo, ante un numeroso público, entre los que se encontraba el expresidente panameño Ernesto Pérez Balladares. También lo ha presentado en la Casa Sefarad-Israel, en Oviedo, Asturias, en Alcoy, Valencia, el GSG Business Hub en Madrid y ahora en Panamá.
Las presentaciones de este libro se llevarán a cabo en la Feria del Libro de Panamá, el 15 de agosto, a las 7 de la noche y en el Museo de la Plaza Mayor del Conjunto Monumental de Panamá Viejo, el viernes 16 de agosto a las 11 de la mañana.