El accionar público La ética y la política Opinión Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

Los cuatro gatos

MARIELA SAGEL*

[email protected]

La Estrella de Panamá, 29 de Mayo de 2011

En su desaprensivo y coloquial lenguaje, al mandatario le ha dado por decir que solo somos cuatro gatos los que nos oponemos a que se haga la tercera fase de la Cinta Costera partiendo el patrimonio de la humanidad en dos, o que se construya la Torre Financiera en el terreno que ocupaba la antigua Embajada americana, violando las leyes urbanísticas, patrimoniales, de vialidad y de respeto por el barrio de La Exposición. Me permito aclarar de dónde salimos los cuatro gatos y qué representamos en la sociedad panameña, y a lo que nos hemos opuesto durante estos tortuosos 22 meses de gobierno de la locura.

Desde inicios del año en curso, cuando se dio el abominable incendio que le quitó la vida a cinco jóvenes recluidos en el Centro de Cumplimiento de Menores, varios gatitos nos unimos, sin distinción partidista ni ideología, para organizar vigilias y protestar no solo por la masacre sino por la ausencia de respuestas por parte del Gobierno. Coincidieron nuestras actividades masivas (más de cuatro gatos) con la precipitada y cuestionable repatriación del país del periodista español Paco Gómez Nadal y su compañera, así que seguimos protestando. Se nos unieron otros grupos y personas y en marzo participamos en una comparsa de protesta, los Ñagares, en el Carnaval de la City autorizada por el mismísimo Salo. En las marchas contra la Ley Minera también nos hicimos presentes, junto a los indígenas y más gatos.

Como la tónica de gobernar ha sido no dejarnos descansar ni para coger respiro, no salimos de una para entrar en otra. Terminando de planear la comparsa ya sabíamos que se había adjudicado la tercera fase de la Cinta Costera amenazando la integridad de San Felipe. La Asociación de Vecinos y Amigos del Casco Antiguo se movilizó para conocer más del sospechoso proyecto (no se conocen los planos, pero ya se ha dado la orden de proceder), así que se sumaron otros gatos más a toda esta miríada de atentados contra la inteligencia de los panameños.

Los que estamos preocupados por lo que se hace y deshace en este país, que siempre somos los mismos de siempre (los cuatro gatos) los apoyamos y apoyamos su causa. Mientras tanto, en vista que el tiempo corría y que no se le daba respuesta a los dos sobrevivientes del incendio, fuimos pidiendo donaciones a nuestros amigos para hacerle una casa digna a uno de ellos, cuya familia vivía en condiciones precarias. Gracias a Dios, y a los amigos, la terminamos hace dos semanas y ahora el chico podrá recuperarse de sus heridas físicas. Nos costó un pulmón y la mitad del otro, pero su condición no podía esperar a que las autoridades judiciales le compren los medicamentos ni las vendas de compresión.

Cuando empezaron los rumores de la demolición del edificio donde estaba la Embajada gringa, el Colectivo, un movimiento independiente de ciudadanos, artistas, estudiantes, profesionales, cuyo objetivo es la defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión, la conservación del ambiente y la preservación de nuestro patrimonio histórico, nacional y cultural empezó a hacer unos asaltos artísticos a los que nos sumamos también los cuatro gatitos, y se hizo presente la Alianza Pro Ciudad y la Fundación Belisario Porras, que la forman primordialmente descendientes del tres veces presidente de Panamá, que fue un visionario en el más amplio sentido de la palabra y a quien se le debe la construcción del Hospital del Pueblo, como se conoce al Santo Tomás. El día del entierro de Raúl Leis, que nos apoyó en todas nuestras vigilias, marchas, protestas y manifestaciones y que aspiraba a Un Mundo Posible, estas tres organizaciones, y un montón de gatos más, ofrecimos una conferencia de prensa donde expusimos la inconveniencia de levantar un capricho ministerial en ese espacio. A Raúl le dedicamos esa reunión, que sabemos endosaba totalmente.

Lo que sigue es historia. Denuncias ante la Procuraduría de la administración, participaciones en foros, ponencias y protestas y más asaltos culturales. Los indígenas que nos apoyan han enfatizado que por qué tenemos que honrar a Balboa, si con esa conquista lo que los pueblos originarios sufrieron fue avasallamiento. Avasallamiento es lo que hemos sufrido también los cuatro gatos, por parte de la planilla del arquitecto que defiende como gato boca arriba su anhelado proyecto icónico.

Pero a fin de cuentas, los gatos somos más!!!!