Faltando menos de un mes para que se realicen las tan esperadas elecciones generales, siguen celebrándose debates.
Faltando menos de un mes para que se realicen las tan esperadas elecciones generales, siguen celebrándose debates durante los cuales los candidatos a presidente y a otros puestos de elección demuestran que saben de lo que hablan o bien repiten como papagayos, se sacan los trapos sucios y más de una indirecta y golpe bajo se dan.
Un debate que llamó la atención fue la de las potenciales primeras damas, que son las esposas de los cinco candidatos a presidente (dos no aceptaron ir) que se dieron cita con sus respectivas barras -unas más fuertes que las otras- a plantear el papel que ellas, como esposas de los candidatos, les tocaría jugar en la eventualidad que uno de ellos llegue a la presidencia.
Siempre se dice que al lado de un gran hombre hay una gran mujer y con ese pregón se inició esta exclusiva reunión convocada por y para una elite.
Allí estaban dos ex primeras damas que dieron ejemplo de ser profesionales y se ubicaron adecuadamente en su lugar de esposas de un presidente, Dorita Boyd de Pérez Balladares y Vivian Fernández de Torrijos.
También acompañaron a sus parejas los candidatos Juan Carlos Navarro y Esteban Rodríguez.
Pero brilló por su ausencia la actual Primera Dama, que también corre en la nómina Arias-Martinelli, que debió haber dado un mensaje de aliento a las señoras que allí estaban, respondiendo a las interrogantes de cómo debe ser el papel de la esposa de un mandatario.
Todas hablaron del importante papel de ser la compañera y la que escucha al hombre, no ya al presidente, en la intimidad del hogar, y de las agendas sociales que se han impuesto si sus esposos llegaran a ser presidentes.
La señora de Martinelli pudo haber aportado mucho en el rol que ella ha jugado en este quinquenio, las sugerencias que le ha dado a su esposo y las veces que él le ha hecho caso. Fue la gran ausente.