LOS SUSURROS EN GRIS
Por Mariela Sagel, Facetas, 19 de septiembre de 2016
En la pasada Feria Internacional del Libro de Panamá, que cuenta doce versiones en su haber, se presentó el último libro del escritor panameño Juan David Morgan titulado «Los Susurros». Es el segundo libro que la editorial Planeta le publica a Morgan y se enmarca dentro de lo que se llama comúnmente «novela negra».
En la FIL se realizó, por segundo año, una actividad en torno al género detectivesco y en esta última versión, gracias al decidido respaldo de la Embajada de España, viajaron a Panamá destacados representantes de ese tipo de novelas, líderizados por Juan Bolea, entusiasta promotor de la literatura de intrigas. También estuvo Lorenzo Silva, que ganó el Premio Planeta en 2012 y se le rindió un merecido homenaje al cubano- hispano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias 2015, que fue el creador del inspector, Mario Conde, y cuya serie de novelas que giran en torno a sus investigaciones será llevada a la pantalla, protagonizado por Jorge Perugorria, que estelarizó el filme «Fresa y chocolate» Ese acto de reconocimiento a un autor que es de los más importantes representantes de la narrativa en español bien valió todo el esfuerzo de la FIL. Lo que Padura expresó esa noche no tiene parangón con las ferias anteriores y recibió de parte de la presidenta de la FIL y del embajador de España un trofeo, sobre todo de admiración de parte de los muchos que leemos lo que escribe.
«Los Susurros», la novela de Juan David Morgan, es una historia muy local, enmarcada en escenas y personajes panameños que a veces confunden por lo crudo y descarnado que parecen ser y por otro lado, pecan un poco de referencias que a lo mejor al público lector a nivel internacional dejará a mitad de camino. Intrigada por los motivos que dieron pie a este laberinto un poco almibarado de la trama, con el tratamiento ya desinhibo del tema erótico, pero con la seguridad de que te atrapa desde la primera página, le hice una entrevista virtual al escritor. Debo agregar que, siendo fiel a la tradición de mis reseñas sobre sus libros, desde hace casi 25 años que publicó «Fugitivos del paisaje«, no he faltado en escribir sobre lo que publica, a veces con críticas feroces, pero siempre desde el reconocimiento de un autor que tiene un norte y un oficio que ejerce, colocando a Panamá en el mapa literario actual.
No es un ensayo filosófico de suspenso, como le pregunté en la entrevista. Más bien es una mezcla de exorcismo de recuerdos o experiencias con realidades decadentes de nuestra clase social pudiente. Por eso vale la pena leerla.
MS: En este libro te alejas de la novela histórica para entrar en lo que podría catalogarse «novela negra» o «policial». ¿Qué razones tuviste para hacerlo?
En realidad, yo ya había publicado «El Ocaso de los Inocentes«, mi primera novela negra, en 2011, lo que me valió una invitación a la Semana Negra de Gijón, que es la celebración más reconocida de novela negra que llevan a cabo en España. Allí me pude percatar de lo mucho que se estaba popularizando el género en la literatura hispánica y me propuse escribir otra novela de intriga para tocar varios temas que me estaban dando vuelta en la imaginación desde hacía mucho tiempo. Además, por tratarse de obras de ficción, me permitía más libertad de acción que la novela histórica. Todo esto hace que el género me resulte atractivo.
MS: Fuiste uno de los organizadores y participantes visibles de la actividad «Panamá Negro» que se llevó a cabo en la Feria del Libro recientemente. ¿Crees que hay en Panamá la materia prima para avanzar en este género? ¿Qué haría falta para crear una corriente que llegue a competir a nivel internacional?
Precisamente en Gijón tuve la oportunidad de conocer a varios escritores de novela negra, entre ellos a Juan Bolea, que además de excelente escritor es un promotor cultural muy entusiasta. De él surgió la idea de traer a la feria del libro de Panamá el tema de la novela negra y fue lo que hicimos en la penúltima feria, donde por primera vez hubo un breve espacio dedicado a la novela negra. Este año ya fueron dos los días negros, con la presencia de representantes muy reconocidos del género, como lo son el cubano Leonardo Padura, a quien se rindió un homenaje, y el español Lorenzo Silva, varias veces galardonado en España en el género de la novela negra. En Panamá ya hay escritores que han estado haciendo literatura negra desde hace algunos años, entre ellos Ramón Jurado, Osvaldo Reyes y Miguel Esteban, y pensamos que hay varios más que se apuntarán al género si este se incentiva. Aparte de ello, en Panamá, lamentablemente, se dan todas los elementos para escribir novela negra sin necesidad de usar mucho la imaginación. Solamente hay que abrir el periódico o encender la televisión.
Para llegar a competir a nivel internacional hace falta lo mismo que nos hace falta en todos los demás géneros literarios: más compromiso con la literatura y más conciencia de que el talento no es suficiente sino que hace falta, sobre todo, trabajo y disciplina. Debo añadir que también es necesario que los escritores panameños pensemos más allá de la frontera, más allá de nuestro mercado, que por la escasa población es muy limitado.
MS: En una trama policial o del género negro, hay uno o dos personajes que son los protagonistas principales, que son los que ayudan a resolver el misterio. Se define en estricto rigor como que «hay un objetivo principal y los argumentos son habitualmente muy violentos; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella». ¿Te atuviste a esto o estás en una transición hacia un género narrativo intermedio?
Creo que la novela negra ha sufrido una evolución importante desde que fue popularizada por los autores anglosajones en el primer tercio del siglo pasado. La novela negra de hoy va mucho más allá de lo policíaco o detectivesco, apegándose más a lo que expresas en la segunda parte de tu pregunta. Es decir, en la novela negra de hoy hay mucho más contenido social y, por consiguiente, se le exige más profundidad literaria al escritor. Si bien anteriormente se consideraba la novela negra como un género menor, en el sentido literario, esto hoy no es así. En realidad, cualquier novela de intriga y suspenso, donde exista un delito, un delincuente y alguien que investiga, se considera hoy novela negra. Si tuviera que clasificar mis novelas negras , ciertamente que encajan dentro de este último ámbito. He dicho antes que hoy la novela negra tiene varios matices que van desde el gris claro al verdaderamente negro. Las que escribo estarían dentro de los tonos grises.
MS: De las novelas del género negro de Gonzalo Lira se dice que son «ensayos filosóficos disfrazados de thriller de suspenso». ¿Podríamos decir que «Los Susurros» se aproxima más a esta definición?
Es una pregunta que me ha hecho reflexionar mucho. No conozco la obra del chileno norteamericano Gonzalo Lira, pero creo que se podría afirmar que Los Susurros cae dentro de esa definición, aunque realmente no me propuse nunca escribir un ensayo filosófico. Es un hecho, sin embargo, que en toda novela hay una cierta dosis de ensayo, de filosofía, de poesía, de dramaturgia. Todo cabe dentro de la novela, aunque sea negra (o gris) pero, por lo menos en mi caso, no podemos dejar de pensar en el lector por lo cual las dosis de lo mencionado, incluyendo el suspenso, deben medirse de modos que se logre la mejor combinación posible. ¡Ojalá con Los Susurros haya logrado este objetivo!
MS: Supongo que ya tienes un proyecto en ciernes, ahora que estás «fichado» por Planeta. ¿Será de género policial o negro o histórico»?
La novela que estoy escribiendo hoy, y que ya había comenzado antes de escribir Los Susurros, no es ni negra ni histórica, sino más bien humorística, aunque, por supuesto, tiene elementos que guardan relación con temas profundos, como la cultura y la ética. No me atrevo a adelantar más por ahora porque todavía falta mucho por definir. Sin embargo, no pienso abandonar la novela histórica y ya tengo en ciernes un tema que estoy comenzando a investigar. Al mismo tiempo le estoy dando vueltas a una próxima novela negra. Y es que de un tiempo a esta parte he aprendido que es posible, y hasta más divertido, escribir dos novelas en paralelo. Por supuesto que llega un momento en que tienes que soltar alguna para terminar la otra.