Por Mariela Sagel, en El Siglo, 2 de agosto de 2021.

     Cuando generalmente llegamos a este mes del año decimos “se nos fue el año”.  Y es que pareciera que los primeros seis meses son lentos (y en efecto, lo son para arrancar negocios o proyectos, más ahora en pandemia) y los últimos se aceleran por la cantidad de festivos que tenemos y el apuro de cumplir las metas que nos impusimos.

     Este año reviste especial ocasión, a pesar de la pandemia, porque estamos celebrando el Bicentenario de nuestra independencia de Panamá de España, lo que NO significa que tenemos doscientos años de habernos constituido en república, porque eso no se logró hasta 1903, cuando nos separamos de Colombia.  Ese horror histórico lo he visto en publicaciones, tuits y hasta en una especie de mausoleo que develaron en Penonomé hace unos meses, que espero que lo hayan corregido.

     El tema no se trata de que uno sea erudito o que sea más culto.  Es que nos lo enseñaron en la escuela en las clases de historia, que nos independizamos de España en 1821 y nos unimos voluntariamente a Colombia, tras la flauta mágica del libertador Simón Bolívar, que veía a los países alrededor de Venezuela como una gran nación, la Gran Colombia, que después fue llamada Nueva Granada.

     Pero volviendo a lo que nos queda del año, apenas cinco meses, hay que apretar el acelerador para que podamos cumplir con lo que nos propusimos, sea personal, empresarial, académico o de otra índole.  Los actos del Bicentenario, acá en Turquía, dieron inicio en mayo, al colocar una ofrenda floral al padre de la patria, Mustafá Kemal Atatürk, y el pasado 28 de julio Perú lo celebró con la iluminación de la Torre Atakule, emblema de la ciudad y así vamos realizando todos los meses eventos musicales, de gastronomía, documentación, cine, conferencias y muchas otras conmemoraciones que colocarán a los seis países aquí representados en la mente de todos los turcos.