Que todas las noches sean noche de bodas
MARIELA SAGEL
Facetas, 3 de noviembre de 2013
Hace 50 años Marilyn Monroe las convirtió en un destino para los recién casados. Hoy las cataratas albergan un complejo turístico diseñado para sacar el máximo provecho de su atractivo natural
José María Heredia, poeta cubano que nació a inicios de 1800 y considerado uno de los mejores de su tierra -nombrado Poeta Nacional de la isla- escribió una célebre Oda al Niágara, a la que se refiere el escritor Leonardo Padura en su magnífico libro La Novela de mi vida.
Si a principios de los años 1800 las caídas de agua producidas por río Niágara causaban una impresión tan fuerte en un caribeño, ¿cómo será la que se ha llevado el resto de los visitantes, de todos aquellos que han posicionado este lugar como uno de los cinco lugares más visitados del mundo?
Ubicadas donde la provincia canadiense de Ontario se encuentra con el estado de Nueva York, las cataratas del Niágara desencadenan en el espectador emociones que van creciendo desde un aumento en los niveles de adrenalina hasta una sensación de temor.
Las ciudades que están ubicadas en las riberas del Niágara han tratado de sacarle el máximo provecho a esta capital natural. Desde el lado de Canadá estas instalaciones se pueden apreciar desde diversos ángulos: desde la torre Skylon se pueden observar ambas (la estadounidense y la canadiense).
EL RUGIDO DE LAS AGUAS
La visita incluye un recorrido a través de unos túneles que pasan debajo de las cascadas (se puede sentir la presión del agua que cae contra el cemento). También es posible acercarse en un barco a las caídas de agua. La proximidad es tal que los turistas temen que la embarcación se hunda. Es por ellos que a cada uno de los excursionistas se le equipa con un capote. Es un buen souvenir para recordar la visita a estas cataratas de 52 metros de altura. Aunque las de Igazú, en Argentina, son más altas estas últimas son más atractivas para el turista, debido al entorno que se ha creado alrededor de las mismas.
La ciudad de ‘Niagara Falls’ gira en torno a ellas, con visitas guiadas organizadas que muestran el sitio desde diferentes puntos de vistas, incluyendo una perspectiva única desde el teleférico que cruza el río Niágara, sobrevolando las riberas de los dos país que comparten esta frontera acuática. Asimismo, las cataratas de Iguazú también convergen en dos fronteras, de Brasil y Argentina, con la diferencia que en ‘Foz de Iguazú’ las ves desde abajo y en la Garganta del Diablo (lado argentino) las vives desde arriba.
MÁS QUE NATURALEZA
La caída que produce el río Niágara en esta extendida frontera al borde de los grandes lagos genera parte de la energía que alimenta la inmensa provincia canadiense de Ontario.
Las atracciones de ‘Niagara Falls’ van desde casinos hasta jardines, donde un inmenso reloj de flores (con 20 mil plantas) puede ser visitado en primavera y verano. Apenas cruzando un puente se va de un país al otro (igual que en Iguazú, que se cruza el puente Tancredo Neves), y la afluencia es muy grande en fines de semana y con buen tiempo.
Las cataratas del Niágara también tienen su lado romántico, ya que eran un destino muy común para pasar la luna de miel. Pero, desde el estreno de la película Niágara hace 60 años, con Marilyn Monroe, su popularidad a ido en ascenso. Hoy en día se estima que sus visitas anuales superan los 14 millones de personas. Al caer la noche el lado canadiense se ilumina con juegos de luces: la antesala a una velada inolvidable que arranca apenas se oculta el sol.