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NO ESTOY DE ACUERDO  

Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 23 de octubre de 2016

Con esta frase del cantautor español Joaquín Sabina, inició su discurso de inauguración la presidenta de la Feria del Libro de Panamá el pasado mes de agosto. Joaquín Sabina ha dicho que peleará hasta el último segundo y su epitafio será: «no estoy de acuerdo» para reiterar su disconformidad para con muchas de las situaciones que se dan en nuestras respectivas sociedades y que son producto de las malas decisiones y desacertadas acciones que toman los que manejan el poder a nivel económico y político, que en muchos de los casos — y Panamá no escapa a esta realidad — están amalgamados y son los que determinan el rumbo del país.

Yo no estoy de acuerdo con la forma en que el periodista Fernando Correa fue interrumpido cuando estaba transmitiendo su noticiero matutino para ser conducido a un interrogatorio ordenado por la fiscalía la semana pasada.  Si bien no creo que los comunicadores tengamos una coraza protectora contra el resto de la sociedad que nos permita decir y hacer lo que queramos, el hecho en sí, el irrumpir en un medio de comunicación, más parece un mensaje subliminal contra todos los medios que critican la gestión gubernamental  y una amenaza solapada.  Ya en la gestión anterior ocurrió algo similar, en 2012, cuando se trató de impedir que circulara La Prensa, pero ahora el ataque llega a extremos inaceptables y preocupa que nadie se hace responsable del asunto y se pasan la bola entre ellos.

Tampoco estoy de acuerdo con la persecución indiscriminada de ex funcionarios que han sido señalados por actos de corrupción, se les monta un show mediático, los guardan por semanas o meses en celdas no aptas para detener a presuntos responsables, y al final, por procedimientos y chambonadas de las autoridades del caso, salen libres y sin que se aclare formalmente cuál ha sido su implicación en el asunto por el cuál se les investiga.

Ha sido una constante de nuestros políticos el hacerse de medios de comunicación una vez que tienen el poder.  Y es algo que no solo es anti ético sino inmoral.  El ex presidente Martinelli amenazó, cuando todavía ensuciaba la silla presidencial, con que desde los medios que había adquirido durante su mandato se dedicaría a dar plomo.  Y también es una constante de los actuales  ministros y directores de altos cargos de gobierno no acudir a los medios o no atender a los periodistas que consideran adversos a su estilo de gestión porque de antemano dicen que están pre juiciados.  Seguimos pisoteando la libertad de información que tiene la población y la de expresión de los que emitimos opiniones.  Y esos funcionarios se auto censuran al negarse a conceder entrevistas a quienes consideran sus adversarios.  Como si solamente quisieran rodearse de una corte de aduladores.  Deberían recordar la frase que se le atribuye al filosofo, historiador y escritor conocido como Voltaire:  «No estoy de acuerdo con lo que usted dice pero haré todo lo posible para que lo pueda decir».  Este eminente francés fue uno de los principales representantes de la ilustración, un periodo que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad

No estoy de acuerdo con las amenazas que recibe el periodista Álvaro Alvarado a diario y la exclusión que hacen las oficinas de comunicación de sus solicitudes de entrevista a altos representantes del gobierno y el ensañamiento que tienen contra él, y tampoco las acciones que se han emprendido contra los diarios del expresidente Martinelli, que amenazan la continuidad de su circulación.  Son amenazas veladas y no de frente, como cortarles el suministro de agua. Y tampoco estoy de acuerdo con que el grupo GESE siga en la Lista Clinton y el gobierno no haga nada, no exija que se garantice a La Estrella y El Siglo a seguir publicando más allá de la fecha fatídica del 6 de enero de 2017.  La Sociedad Interamericana de Prensa, en su asamblea anual, solicitó a la Cancillería una intervención directa a este respecto pero esta instancia gubernamental opta para mirar para otro lado y no defender a los panameños.

Y no estoy de acuerdo que nadie dé cuenta del paradero de Vernon Ramos.

No estoy de acuerdo con muchas cosas, por eso sigo escribiendo, opinando y protestando.  No estoy de acuerdo con las amenazas veladas, los mensajes subliminales ni los falsos profetas. Y pelearé también hasta lo último para decir lo que pienso.