Domingo 15 de noviembre de 2015
Varsovia fue una de las ciudades más devastadas y destruidas durante la II Guerra.
Por Mariela Sagel
Varsovia fue una de las ciudades más devastadas y destruidas durante la II Guerra y donde existió el famoso Guetto, en el que hoy se erigen monumentos conmemorativos a los que allí residieron, muchos de los cuales acabaron sus vidas en campos de concentración.
El Presidente Eisenhower, cuando visitó Varsovia, se mostró impresionado por los destrozos que perpetraron los nazis a esa ciudad. La reconstrucción fue posible no por el Plan Marshall sino por la ayuda de la entonces Unión Soviética y por la voluntad de los residentes que dieron su trabajo gratis para que se rescatara esta hermosa ciudad.
Josef Stalin le regaló a la ciudad un edificio, representativo de las construcciones monumentales soviéticas, en el centro de la urbe, y su construcción se realizó de 1952 a 1955. Es el edificio más alto de Varsovia y uno de los más altos de Polonia, además de ser el octavo más alto de la Unión Europea y el 187º más alto del mundo con sus 237 metros de altura. Desde su mirador se tiene una vista de 360 grados de la capital.
La arquitectura del edificio está muy ligada a otros rascacielos construidos en la URSS durante la misma época, en especial la Universidad de Moscú. Sin embargo, se incorporaron algunos detalles arquitectónicos relativos a Polonia y su arquitectura. Las paredes monumentales están encabezadas con pedazos de mampostería copiados de casas renacentistas y palacios de Cracovia y Zamo.sc
Cuando ocurrió la ‘desestalinización’ (el Palacio se llamaba Josef Stalin) se suscitó una polémica (aunque el edificio y su construcción nunca estuvo exenta de ella) y se habló hasta de derribarlo, ya que algunos polacos odiaban el edificio, por ser un símbolo de los soviéticos. Afortunadamente, su simbolismo negativo ha ido disminuyendo y es un icono de la ciudad y patrimonio nacional polaco.