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RECORD GUINNES PARA EL CANAL

Mariela Sagel

El Siglo, 20 de enero de 2014

El pasado sábado la pintora Olga Sinclair organizó un evento de su fundación para que miles de niños se acercaran al edificio de la Administración del Canal de Panamá a pintar un lienzo que recreara los 100 años de haberse inaugurado ese paso marítimo, como parte de las conmemoraciones que se celebrarán a lo largo del año.  El resultado fue muy estimulante ya que se rompió un record Guinnes porque 5 mil y pico de niños tuvieron la oportunidad de plasmar lo que para ellos significa el canal en ese lienzo.

Según los certificadores de esa entidad de récords, fueron más de 7 mil los niños que pintaron, pero solamente fueron 5,084 niños los que a la misma vez estuvieron pintando, superando otros intentos similares que se habían realizado en China y Arabia Saudita.  El resultado es alentador y nos reafirma que a través del arte y las manifestaciones culturales es que podemos sembrar la semilla de la curiosidad y la búsqueda de la excelencia en nuestra juventud, tan desorientada en otros aspectos de la vida e inmersa en un afán de consumismo que trastoca todos los valores a los que se debe aspirar.

Y esto pasa en una semana decisiva para el mismo Canal de Panamá, cuya ampliación puede verse paralizada si uno de los contratistas decide hoy que cumple con su amenaza, después de infructuosas negociaciones a los más altos niveles.  Mucho ha salido a flote estos 21 días en los que la empresa contratista Sacyr le dio un ultimátum a la administración del Canal de Panamá, y cada vez se distancia más la imagen de pulcritud y eficiencia que tenía la ACP del resto de cómo se maneja el país, lo que debe preocupar a todos por igual, independientemente si estuvieron o no a favor de la ampliación.

Surgen muchas interrogantes sobre si estamos desarrollando el país o subdesarrollado al Canal, ya que hasta ahora hemos visto que la operación eficiente de la vía acuática no se asemeja a cómo hemos administrado la democracia.  No hemos podido hacer que las riquezas derivadas del manejo eficiente que asumimos en 1999 permee a todos los panameños, por lo que no se corresponde la sostenibilidad del canal con la de las instituciones democráticas.

A partir de hoy, cuando sepamos qué sucederá con los trabajos de ampliación, sabremos si, como los niños convocados por Olga Sinclair, tengamos todos que ir a poner nuestro trabajo en la culminación de esta ampliación, que es urgente pero necesitó de mejores intenciones en la adjudicación del contrato para hacerla, y el ánimo de hacerla bien.