Por Mariela Sagel, 7 de diciembre de 2024
Lo que hoy se conoce como Tesalónica pertenecía al reino de Macedonia, (en griego, Μακεδονία, transliterado como Makedonía), llamada también Macedonia griega o Macedonia del Sur, al norte del país helénico. Tesalónica o Salónica (en griego Θεσσαλονίκη, Thesaloniki, o Σαλονίκη, Saloniki) es la capital histórica de la provincia romana de Macedonia, así como la capital de la región de Macedonia Central y la segunda ciudad más poblada de la Grecia actual.
A ella se hace referencia siempre que se menciona al omnipresente Alejandro Magno, que nació en Pella, y durante los pocos años que vivió (apenas 32) conquistó muchos reinos. Fue rey del antiguo reino griego de Macedonia (desde 336 a. C.), hegemón (supremo) de Grecia, faraón de Egipto (332 a. C) y Gran rey de Media y Persia (331 a. C), hasta la fecha de su muerte. Sucedió a su padre Filipo II en el trono en 336 a. C., a la edad de 20 años, y pasó la mayor parte de sus años como gobernante liderando una extensa campaña militar a lo largo de Asia Occidental, Asia Central, partes de Asia del Sur, y Egipto. A la edad de 30 años, había creado uno de los más grandes imperios de la historia, extendiéndose desde Grecia hasta el noroccidente de la India. Nunca fue derrotado en batalla y se le considera mundialmente como uno de los más grandes y exitosos comandantes militares de la historia.
No debe confundirse con Macedonia del Norte, país de los Balcanes que tiene fronteras con Kosovo, Albania, Bulgaria y la misma Grecia. La Madre Teresa de Calcuta nació en Macedonia del Norte. Macedonia griega es la antigua patria de Filipo II, Alejandro Magno y el corazón del antiguo Imperio helénico.
Del antiguo reino de Macedonia han quedado muchos sitios antiguos, como el de Vergina, donde se encuentra la tumba de Filipo II, Pella, la ciudad natal de Alejandro Magno, Díon, la ciudad de Filipo a los pies del monte Olimpo y Estagira, la ciudad natal de Aristóteles. Macedonia está la península Calcídica (en griego Χαλκιδική) con el monte Athos.
Picada por la curiosidad por conocer este lugar, y habiendo visitado Macedonia del Norte, en cuya capital, Skopie, se erigen enormes estatuas tanto de Alejandro como de su padre, Filipo, y también, en menor escala, de su madre Olimpia, y alimentando mi fascinación por este personaje, viajé a Tesalónica, encontrándome una ciudad acogedora y ordenada, a orillas del mar Egeo, con la alegría griega que es contagiosa, y los mejores mariscos.
Desde las primeras etapas de la Revolución Griega, el gobierno provisional de dicho país reclamó a Macedonia como parte del territorio nacional griego, pero de acuerdo con el tratado de Constantinopla de 1832, que definió las fronteras tras su independencia del Imperio Otomano, el límite norte del país estaba entre Arta y Volos, dejando fuera a Macedonia. Cuando el Imperio Otomano comenzó a disolverse, Macedonia fue reclamada por todos los miembros de la denominada Liga Balcánica (Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria) y por Rumania. De acuerdo con el tratado de San Stefano que terminó con la Guerra ruso-turca de 1877-8, toda la región macedónica fue incluida en Bulgaria, a excepción de la zona de Tesalónica. Sin embargo, el Congreso de Berlín de ese último año devolvió gran parte de la región al Imperio Otomano. Macedonia tenía una población compuesta por griegos, búlgaros, serbios, albaneses, y turcos.
Grecia, desde los años 1890 había comenzado a actuar secretamente en esos territorios. De nuevo, como pasó durante la guerra de independencia o la guerra de Crimea, bandas autoproclamadas «combatientes por la libertad», «Makedonomakhoi», tomaron las armas para exigir la unión de Macedonia al reino griego. El primer pretexto había sido la creación de un exarcado* ortodoxo en Bulgaria que era parte de la competencia del Patriarcado de Constantinopla. De esta forma los «Exarquistas» eran búlgaros y los «Patriarquistas», griegos. El conflicto era religioso y político, con el único objetivo de obtener el control de la región. La Organización Revolucionaria Macedónica fue fundada en 1893 y fue sostenida por los búlgaros. La Ethniki Etairia griega, (Sociedad nacional), ayudaba a Makedonomakhoi. El gobierno de Atenas les aportó el financiamiento vía sus agentes consulares, concretado por sus consejeros militares. Los cretenses participaron también en las operaciones de guerrilla (en su novela “Alexis Zorba” –Zorba, el griego–, Nikos Kazantzakis evoca las matanzas de sus héroes). Los partidarios de la unión con Grecia aumentaron poco a poco su influencia y se encontraron en posición de fuerza, lo que preparó la anexión a Grecia en el momento de las guerras balcánicas de 1912-1913.
En 1912, durante la primera guerra de los Balcanes, los otomanos fueron expulsados de la región, que pasó a estar bajo soberanía griega a partir del final de la Primera Guerra Mundial. Recordemos que los turcos otomanos estuvieron apoyando al eje nazi en esa guerra y a partir de allí surgió la idea de una Turquía republicana, que se concretó en 1923.
CUNA DE ILUSTRES PERSONAJES DE LA HISTORIA
Además de Alejandro Magno, Tesalónica también vio nacer a Mustafá Kemal Atatürki, el padre de la Türkiye de hoy, que disolvió el sultanato para crear una república moderna, occidentalizada y laica, con una visión incomparable. Esto fue posible en el año 1923, hace 101 años, después de más de 6 siglos de ser imperio. El filósofo Aristóteles, que fue el maestro de Alejandro Magno desde los 13 años, habitó en Mieza, también en el antiguo reino de la Macedonia griega. Se dice que Alejandro dormía con una copia de la Ilíada (cuyo autor es Homero y narra la guerra de Troya, ubicada en Türkiye) bajo la almohada.
Alejandro nació en Pella y hacia allá me dirigí un día de sol en plena entrada de la primavera. Toma unos 45 minutos llegar a este sitio, que tiene una impresionante estatua del venerable macedonio sobre su famoso caballo, Bucéfalo, que quiso conquistar el mundo, no sin antes pasar por Vergina. Allí visitamos su museo y tumbas, principalmente el Gran Túmulo situado en pleno centro de la ciudad para seguir al museo arqueológico de Pella. La museografía es impecable, como todo lo que concierne al célebre macedonio, y fue enriquecedora la visita. Al regreso a Tesalónica, pude disfrutar de un paseo por su malecón, ancho y concurrido, con una brisa marina inigualable y las estatuas de Alejandro y sus padres por doquier y la flora en su apogeo, dando vistosidad a las calles.
Lo siguiente fue conocer la ciudad de Tesalónica a profundidad y para ello tuve una guía experta en historia, e incansable caminadora, con la que estuve todo el día recorriendo la ciudad. Su patrimonio histórico, artístico y arqueológico es inmenso y fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 con la denominación Monumentos paleocristianos y bizantinos de Tesalónica y en 1997 fue la Capital Europea de la Cultura.
Visitamos la Torre Blanca (Lefkos Pyrgos), que es uno de los principales monumentos y el símbolo iconográfico más reconocible de Tesalónica. Actualmente alberga un museo sobre la historia de la ciudad y sus alrededores son uno de los lugares de encuentro preferidos por los lugareños y turistas, con amenos cafés y terrazas con vista.
Nos dirigimos al Arco de Galerio, que es muy conocido localmente con el nombre «Kamara» (arco en griego). La plaza alrededor del monumento está siempre llena de gente porque es un punto de encuentro habitual de los tesalonicenses. A 50 metros de Kamara está la Rotonda o iglesia de San Jorge, donde se sitúa el mausoleo de Galerio (emperador romano reinó en el siglo IV). La devoción ortodoxa se puede palpar en todos estos sitios de culto, con sus decorados recargados y los íconos clásicos.
Otro monumento importante de la antigüedad es el Palacio de Galerio. Se construyó entre el 250 y el 311 d. C. como sede oficial de la parte oriental del Imperio Romano durante dos períodos 229-303 y 308-311 d. C. Según fuentes históricas importantes, además de Galerio, emperadores de ese siglo IV tales como Teodosio I se alojaron en este palacio. Se localiza en la actual Plaza Navarinou.
Las murallas antiguas de la ciudad datan de los siglos IV y V, rodeadas de imponentes fortificaciones como el Heptapyrgion («Fortaleza de las Siete Torres«), la Torre del Triángulo (o Torre de la Cadena) y la Fortaleza de Vardar.
El Foro Romano de Tesalónica fue el centro administrativo de la ciudad a partir de la época romana. Su construcción comenzó a finales del siglo II d. C. como reforma de un ágora existente del período imperial temprano donde también se ha encontrado unos baños del período helenístico. El complejo se organiza en torno a una superficie pavimentada rectangular. Tres de los lados formaban pórticos de dos pisos con doble hilera de columnas corintias que dan acceso a los espacios públicos. En el siglo V las funciones administrativas de la ciudad fueron transferidas al complejo del Palacio de Galerio.
Nos dirigimos a Panagía Ahiropíitos (Iglesia del Acheiropoietos o Iglesia de Nuestra Señora del Milagro «No hecho a mano»), basílica paleocristiana del siglo V. Después a Hosios David (Iglesia de San David de Tesalónica) de finales del siglo V, que también se le llama Monasterio de Latomos y de allí a la Mezquita Suluca. No dejamos de visitar Agios Dimitrios (Iglesia de San Demetrio), que es una basílica del siglo VII con hermosos mosaicos y una cripta del siglo V.
La Agia Sofía (Iglesia de Santa Sofía) es un edificio del siglo VIII de gran tamaño rodeada de jardines y también cuenta con hermosos mosaicos y frescos. Panagía Chalkeon (Iglesia de Nuestra Señora Halkeon) data del siglo XI.
Hay otras atracciones, como los baños bizantinos que datan de entre finales del siglo XII y principios del XIII, que estuvieron en uso hasta 1940. La Iglesia de Agia Ekaterini (Iglesia de Santa Catalina de Tesalónica) de finales del siglo XIII. El Monasterio de Vlatadon del siglo XIV desde cuyos jardines se obtiene una fantástica vista de la ciudad. La Iglesia del Profeta Elías del siglo XIV, la de San Nicolás Orfanós del siglo XIV, la Dódeka Apóstoli (Iglesia de los Santos Apóstoles de Tesalónica) construida entre los años 1310 y 1314, así como Agios Panteleimonas (Iglesia de San Pantaleón) del siglo XIV convertida en mezquita en 1548 y que fue conocida como Ishakiye Camii, que significa «Mezquita de Ishak (Isaac)».
Continuamos con la visita a la Iglesia del Cristo Salvador del siglo XIV, seguido de la Mezquita Alaca Imaret (o Mezquita Ishak Pasha), construida durante el periodo otomano del siglo XVI, pasando por Bey Haman, baño turco de 1444 en el periodo otomano, también conocido como «Baños del Paraíso». A continuación, los Yahudi Hamam (o Pazar Haman), baños otomanos del siglo XVI. Su nombre turco significa «baño de los judíos«, porque el área estaba poblada principalmente por judíos sefardíes. También es conocido como Pazar Hamam, (bazar) porque se ubica en el antiguo mercado central de la ciudad.
Casi desfalleciendo por la larga caminata visitamos Hamza Bey, mezquita otomana de 1468. Los tesalonicenses contemporáneos lo conocen también como Alkazar, por un cine que operaba en aquel lugar durante décadas, siguiendo por Pasha Hamam, baño otomano construido entre 1520 y 1530. De allí a Bezisten o Bedesten, edificio turco alrededor del que se despliega el mercado cubierto construido durante la dominación otomana y su diseño se basa en las mezquitas de la época.
Como no podía dejar de visitar la casa donde nació Atatürk, nos dirigimos hacia allí, en İslahhane Caddesi (ahora 24 Apostolou Street) y allí se encuentra el Museo Atatürk y forma parte del Museo Turco.
Tesalónica es un destino muy apetecible para los curiosos de la historia y de la vida hedonista de la Grecia que tanto ofrece, a todos los sentidos.
*El exarcado es una palabra de origen griego que puede tomar dos significados diferentes en su acepción: militar, política y administrativa en un caso, específica para el Imperio Romano de Oriente y eclesiástica en el otro caso, aplicable únicamente a la Iglesia ortodoxa y a las Iglesias orientales católicas.