Por Mariela Sagel, El Siglo, 3 de febrero de 2025
El sábado llegó a Panamá el canciller del gobierno de Trump y se está a la expectativa del mensaje que trae. Mientras nos enteramos repasemos lo que el nuevo presidente estadounidense ha ordenado en 10 días de mandato, que ha hecho arrepentirse hasta a los más entusiastas “trumpistas” alrededor del mundo de haberlo apoyado.
Tomemos algunos ejemplos: el alza de aranceles a los productos que importan de China, Canadá y México. Si se ven las estadísticas, los tres países con los que más comercia Estados Unidos son estos países, dos de los cuales comparten frontera con Estados Unidos, y ni cortos ni perezosos, Canadá y México le devolvió con la misma moneda. Falta ver que va a hacer China.
Ordenó la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, de nuevo del Acuerdo de París –que es el que se ocupa del cambio climático–, indultó a todos los involucrados en el cuasi golpe de estado que intentó perpetuar en el Capitolio el 6 de enero de 2021, y muchas otras disposiciones, tales como enviar a Guantánamo los migrantes irregulares. Ha amenazado con salirse de la OTAN y otras bravuconadas típicas de una persona desquiciada y que no respeta la ley.
Sobre el tema de detener el ingreso de drogas, especialmente el fentanilo, acusa a sus países vecinos y a China de ser los proveedores. Lo que debe hacer el gobierno de Estados Unidos es combatir el consumo de drogas por parte de SUS ciudadanos dentro de SUS fronteras. Si no hay demanda, no hay oferta, así de simple. Como bien citó la digna presidenta de México, la famosa frase de Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Para este tema, y para el tema migratorio, su combate debe ser en ambas vías: los que salen de sus países deberían ser controlados por las fronteras de sus gobiernos, así como los países que producen drogas deberían ser más responsables en esta nefasta industria.
Estamos a la expectativa de lo que saldrá de esta visita, especialmente en lo relativo a “recuperar” el Canal de Panamá, que no tiene ningún asidero legal a menos que la provoque una acción violenta, como lo fue la invasión de 1989. Para eso estaremos todos los panameños, de todas las generaciones, unidos para defender el país y su soberanía, que nunca la hemos perdido, solamente estuvo intervenida por la infame Zona del Canal por casi 80 años.