Por Mariela Sagel
En la provincia de Tokat, al norte de la península de Anatolia se encuentra una localidad muy interesante que ya había visitado anteriormente. En esa ocasión estuve en un congreso de Ecoturismo y ahora me tocó participar de la reinauguración de una antigua edificación que sirvió desde hace 500 años como un histórico “caravanserai” (albergues que generalmente distaban unos 30 kilómetros unos de otros) para los comerciantes y viajeros que se desplazaban en camellos o caballos. Allí dormían y se alimentaban, además de abastecerse de lo que necesitaran, para seguir su camino, el cual se conoció como la “Ruta de la Seda”.
Esa famosa ruta se empezó a llamar así desde el siglo XIX y formaba una extensa red de circuitos comerciales terrestres y marítimos, abiertos por China desde al menos el siglo I a. C., que interconectaban la mayor parte del continente asiático con terminales en las islas del Sudeste Asiático, el Mediterráneo europeo y la costa oriental africana. Sus diversos recorridos comenzaban en la ciudad de Chang’an (actualmente Xi’an –donde están los guerreros de terracota–), por entonces capital de China, pasando entre otras por Karakórum (Mongolia), el Paso de Khunjerab (China/Pakistán), Susa (Persia), el Valle de Ferganá (Tayikistán), Samarcanda (Uzbekistán), Taxila (Pakistán), Antioquía (Türkiye), Alejandría (Egipto), Kazán (Rusia) y Constantinopla (actualmente Estambul, Türkiye).
Tokat es la capital de la provincia del mismo nombre, y fue conquistada por el imperio selyúcida a fines del siglo XII e incorporada al Imperio Otomano en 1392. La razón de mi visita fue la reapertura del hotel Silk Road Museum también llamado Deveciler hani, que fue restaurado para que fuera un atractivo turístico y un lugar de celebraciones y encuentros. Las habitaciones son amplias y los detalles muy bien cuidados, con muy buen gusto. Como toda edificación de su época, tiene varios recintos debajo, donde hoy día se celebran cenas, conferencias y fiestas.
Su ubicación es privilegiada porque al lado del hotel están dos museos muy importantes, el Tokat Museum y el Tokat Şehir Müzesi, que tiene representaciones de cómo era la vida en los tiempos ancestrales que ha presenciado esta ciudad. Enfrente se puede apreciar el castillo de Tokat, al que no pudimos acceder por estar en restauración, pero que tiene una leyenda muy curiosa: Vlad Tepes, el Empalador, que inspiró al personaje de Drácula, de Bram Stoker, y su hermano Radu, fueron rehenes políticos de las autoridades otomanas durante varios años, a fin de que su padre, Vlad Dracul, príncipe de Valaquia, (localidad al sur de Rumania) colaborara con ellos. Cuenta la historia que su estancia como prisionero en ese castillo le hizo desarrollar su carácter violento y el odio que guio sus acciones contra el Imperio Otomano. Recientemente en los divertidos e ilustrativos podcast de Nieves Concostrina, se le llamó el más bestia de las bestias.
Castillo de Tokat, donde estuvo preso Vlad, El Empalador
Hay que recordar que Vlad Tepes y su hermano crecieron junto a Mehmet II, El Conquistador, el sultán que encabezó la conquista de Constantinopla y entre ellos germinó una rivalidad histórica.
HISTORIA DE TOKAT
Esta población se estableció en la era hitita, durante el reinado de Mitríades VI de Ponto y se convirtió en una de las muchas fortalezas de Anatolia. Se le conoció eclesiásticamente como Evdokia y se integró a la parte occidental del imperio de Trebisonda. Después de la célebre batalla de Manzikert (1071) Tokat quedó bajo el control de los turcos selyúcidas. Cuando murió el sultán Suleiman ibn Kutalmish en 1086, el emir de la época tomó el control del área, gobernando desde su base en la ciudad de Sivas (provincia al lado de Tokat). Así estuvieron por muchas décadas y posteriormente los selyúcidas volvieron a tomar el control de la región.
Gracias a las conversaciones que sostuvimos con autoridades locales, que atendieron al grupo de invitados, supe que la diversidad religiosa es amplia, hay cristianos, judíos y de otras religiones, y se les respetan sus ritos y lugares de oración. Incluso bajo dominio musulmán selyúcida, Tokat siguió siendo un centro de la cultura griega política y la iglesia ortodoxa griega. En 1859 se estableció como una diócesis residencial de Eparquía Católica Armenia.
Otra leyenda que sorprende a los visitantes es la de que el cónsul romano Julio César se refirió a esa ciudad cuando pronunció su famosa frase “veni, vidi, vici”, que se traduce como “vine, ví y vencí”. La teoría se basa en que siendo Tokat parte del Reino de Ponto, y una vez ganada la batalla de Zile (actual Türkiye) y después de cinco días de su llegada, y cuatro horas de batalla, ya se había alzado con la victoria.
El reino del Ponto fue un estado helenístico de la antigüedad fundado en el año 281 a. C. tras las guerras de los Diádocos por Mitrídates I, procedente de una dinastía de origen persa la cual podría provenir de Darío I y la dinastía persa aqueménida. Estaba localizado al noreste de la península de Anatolia en la costa del mar Negro, entre los ríos Fasis y Halis, lugar que se conoce como la región del Ponto. Como estado helenístico, el reino poseía principalmente una cultura griega y el idioma oficial de facto era el griego, remontándose la presencia griega en el Ponto hasta el siglo VIII a. C. A los griegos de esta zona se les conoce actualmente como griegos pónticos.
En el museo de Tokat se le dedica una especial mención a la famosa frase de Julio César.
Sobre el puente peatonal, con el alcalde de Tokat y el señor Kalender
OTRAS ATRACCIONES
Una visita a los museos mencionados y una larga caminata por la ciudad nos sirvieron de introducción a esta interesante localidad. Llegamos al puente peatonal de piedra “Gesilecek Yerler” que tiene unas magníficas fuentes que se activan cada cierto tiempo y allí nos recibió el alcalde. Como toda localidad turca orientada al turismo, al lado hay un restaurante muy bien montado, donde nos sirvieron una comida auténtica de la ciudad, estando el alcalde de Tokat en la mesa principal, junto a nuestro anfitrión, el señor Murtaza Kalender, dueño del hotel que, a pesar de tener tan abarcador programa, no descuidó ni un detalle para con nosotros.
Visitamos mercadillos, tiendas, mercados de víveres, y recorrimos gran parte de la ciudad a pie, bajo la dirección de estupendos guías. Al final del día llegó la hora de la inauguración y los primeros en hacer uso de la palabra fuimos los embajadores que participamos en tan singular evento. Más tarde, se ofreció una cena muy animada, en la que tocó una orquesta cubana, que animó mucho el ambiente y, para mi emoción, la primera pieza que interpretaron fue “Historia de un amor”.
Corte de cinta por las autoridades y embajadores invitados
Al día siguiente salimos para Ballica Cave, una de las cuevas más largas e impresionantes del mundo, donde con cascos protectores vimos estalactitas y estalagmitas y todas las formaciones inimaginables, por unos bien señalizados caminos con barandas para evitar cualquier resbalón.
De allí partimos a visitar el lago Kaz, al que se llega por unos senderos de madera que se internan en los manglares que lo rodean. La visión que tienen los turcos de darle valor a los sitios con que los ha bendecido la naturaleza es enorme.
Terminamos la jornada del día visitando una plantación de cerezas, que estaban en flor, y se nos permitió cosechar las que quisiéramos y la verdad sea dicha, estaban deliciosas.
Fue una experiencia formidable, sobre todo conocer la proyección que en todo momento le quieren dar las autoridades a un sitio como Tokat, que no está en las guías de turismo convencionales, pero que ofrece muchas atracciones.
Y sobre el hotel, sobra decir que está diseñado con gran gusto y la tecnología de punta que requieren los tiempos. El techo central, transparente, se abre mecánicamente y también se puede proteger del sol mediante unas cortinas modulares horizontales. Cada habitación tiene nombre de un país, y a mí me tocó estar en la habitación de Italia, siendo la primera en ocuparla.
Hasta pronto Tokat y gracias al señor Kalender por tomarnos en cuenta para este magnífico evento que estoy segura atraerá muchos turistas y redundará en la demanda por servicios y mayor empleomanía para su población.
2 COMENTARIOS
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Excelente, ameno y didáctico artículo. Me sentí acompañandote en esta divertida e interesante excursión a Tokat. Saludos
Muchas gracias querida Diana