CULTURA CATALANA
La diada de San Jordi
Ego, 27 de Abril de 2013
MARIELA SAGEL
El festejo es una versión del día de los enamorados que se enlaza con el día internacional del libro. Un recorrido por La Rambla en Barcelona te traslada a la época medieval
El día del libro y el día de los enamorados son festejos que coinciden en La Rambla en Barcelona. Una fecha que evoca a la cultura medieval con el fin de incentivar la lectura
ESPAÑA.– La versión catalana del Día de San Valentín se celebró el pasado 23 de abril, con tanto fervor y entusiasmo como el día de los enamorados. La Rambla amaneció llena de puestos de venta de libros y desde las vísperas de la fecha se venden rosas rojas y también azules, teñidas de los colores del arco iris y lilas.
El Día de Sant Jordi, el patrón de Cataluña, es celebrado con excentricidad en esta ciudad que busca la forma más ingeniosa y singular de celebrar a su patrono (muerto en esta fecha, en el año 303) y contagia del entusiasmo a transeúntes de La Rambla, residentes y visitantes.
Según las estadísticas se registra que el 23 de Abril, fecha señalada por la Unesco desde 1996 como el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, se venden unos 400 mil libros, que representa el 10% de las ventas anuales en toda la región de Cataluña.
LA LEYENDA
La versión catalana de ese mito popular da cuenta que Jorge, soldado romano, mártir cristiano y gran caballero, mata a un dragón que tenía atemorizados a los residentes de un poblado.
Su s habitantes habían decidido ofrecerle al dragón un ser humano a diario para que saciara su hambre y cuando le tocó el turno a la princesa del reino, San Jorge se envalentona, lo mata y de su sangre surge una rosa, que le entrega a su amada, en este caso, la que iba a ser su víctima.
Toda esta tradición está cargada de intensas emociones y un profundo amor y a casi todas las mujeres se les regala una rosa y éstas a su vez, corresponden a la galantería con un libro.
COINCIDENCIAS
La fecha no fue escogida al azar. En 1923 un editor visionario, Vincent Claver Andrés se dio cuenta que la fecha era la misma del fallecimiento de dos grandes de la literatura mundial, William Shakespeare y Miguel de Cervantes (en 1616) y que también el Inca Garcilaso había muerto ese día.
Para incentivar la venta de libros estableció la celebración, en una ciudad que se precia de tener el cuarto lugar en los quehaceres e ditoriales a nivel mundial y la primera del mundo hispanohablante. Resultó una idea por demás exitosa y sobre todo, incentiva al amor y la lectura y como dice un eslogan que leí en Casa del Libro, a un sonrisa. Es un toque diferente a una tradición medieval, que se mantiene y se mejora cada año.
Hay muchos encuentros a lo largo de la Rambla, en las librerías y por doquier.
Autores nóveles, así como consagrados escritores tienen sesiones de firmas, recitan fragmentos de su obra y se dictan conferencias sobre la novelística particular o la industria en general.
Una fiesta de los libros en una ciudad de libros. Otros eventos la complementan, se realiza una audiencia en la Generalitat (el Ayuntamiento) y se pueden ver interpretaciones de la sardana, el baile nacional catalán.
La Diada de Sant Jordi es una fiesta única que se realiza cada año en Cataluña y que en ocasiones tiene un tono reivindicativo de su cultura, ya que es usual ver la bandera de la región en los puestos de venta y en los balcones de los edificios.