Publicado en La Estrella de Panamá Türkiye Vida y cultura

Vivaldi en Venecia

Publicado en La Estrella de Panamá, el 17 de julio de 2022.

Dotada de una excelente acústica, la iglesia de Santa Maria della Visitazione nos permite escuchar las obras que compuso el gran veneciano en el mismo lugar donde las compuso

Iglesia de Santa Maria della VisitazioneCedida

Volver a recorrer Venecia vale de por sí varios maravedíes*. Camino a Trieste pasamos dos días en Venecia, donde no hay autos, sino que todo el mundo anda a pie o en vaporetto (taxi acuático) y pasea en góndola. Por lo demás, las piernas para qué las queremos. En esta ocasión, no solo vimos las románticas góndolas cuajadas de visitantes, también vimos un funeral, con ataúd incluido y una patrulla de la policía, ya no en góndola, pero en bote de motor fuera de borda, persiguiendo quién sabe qué.

Además de las obligatorias visitas a la Catedral de San Marcos, el Harry’s Bar y otros sitios icónicos, repasamos la iglesia de Santa María della Visitazione (Vulgo Pieta), frente al canal o como se le conoce Laguna de Venecia, en la Riva degli Schiavoni. Esta iglesia es muy importante porque en ella Antonio Vivaldi compuso Las Cuatro Estaciones, de sus más famosas obras y por las que se le identifica mundialmente.

Es una iglesia pequeña, sin pretensiones, sin las largas colas que deben hacerse para entrar a la Basílica de San Marcos. Aun así, es una estructura imponente del siglo XVIII, con frescos y donde se celebran conciertos de música clásica.

Es uno de los primeros ejemplos de la época renacentista, que empezó a construirse en 1494 por parte de un grupo de creyentes de la Toscana. El arquitecto designado fue Francesco Mandello, de origen lombardo. El estilo de la fachada fue asignado a Francesco Lurano de Castiglione, que la completó en 1504.

Estatua en honor a Vittorio Emanuel Cedida

Motivo de codicia durante varios años, recibió una preciada colección de libros en 1669, por lo que fue transformada en biblioteca abierta al público. Los gabinetes que albergaban esta valiosa biblioteca se mantienen hoy día en la Academia de Bellas Artes. En 1810 Napoleón Bonaparte mandó a remover sus frisos, por lo que la iglesia permaneció abandonada por varios años, con sus interiores dañados por el salitre. A mediados del siglo XIX se restableció como iglesia para huérfanos que se reunían en un convento cercano.

Entre 1994-1995 se pudo restaurar el edificio y en ella se realizan conciertos y eventos y se visita con devoción. Además de sus destacadas obras de arte, como las de Giovanni Battista Piazzetta y Guiseppe Angeli (La Visitación, fechada en 1754), un óleo sobre lienzo, que corona el altar, el cielo raso ostenta una pintura importante de Giambattista Tiepolo, y otra en el presbiterio.

Esta iglesia, también conocida como la “Iglesia de Vivaldi”, a pesar de ser pequeña, es una bella representación del siglo XVIII, y fue un proyecto de G. Massari. Allí fue donde Antonio Vivaldi trabajó y compuso.

En 1978, a raíz del tercer centenario del nacimiento del compositor, la iglesia fue reabierta para conciertos que ensalzan los lugares sagrados, las composiciones musicales y los programas dedicados a Vivaldi y los músicos barrocos venecianos y europeos.

Lienzo de Tiepolo en el cielo raso de la iglesia Cedida

Venecia, en el siglo XVIII, aunque ya no era una potencia imperial, tenía una gran fuerza cultural. Las composiciones musicales que allí se gestaron durante el siglo anterior, cuando era una república independiente eran encabezadas por Antonio Vivaldi (1678 a 1741) cuyas composiciones musicales marcaron un punto de inflexión en lo que hasta entonces eran los conciertos y fueron decisivas en lo que hoy conocemos como sinfonías clásicas.


“El color y la vibración de los sonidos perfectamente armonizados se unen para brindarnos un viaje inolvidable a través de los cambios de rostro de la naturaleza”.


Vivaldi nació, se crio y pasó la mayor parte de su tiempo en Castello, un distrito al este de Venecia. Su padre era maestro de música en un orfanato. Se convirtió en el violinista y compositor más célebre de su época. Sin embargo, fue enterrado en una tumba humilde, que aún no se conoce con certeza dónde está.

Temprano en su juventud decidió abrazar el sacerdocio. Tenía una salud muy frágil y quizás esa decisión era la oportunidad que quería para hacer carrera en la música, que sin duda la iglesia le ofrecía. Desde los 7 años practicaba el violín, guiado por su padre, del que no solo heredó su talento musical sino su cabello rojo, por el que le apodaron Rossi. Eventualmente se le conocería como el cura rojo.

Vista del coro de la iglesia Cedida

La iglesia de Santa Maria della Visitazione o Pieta es una de las cuatro que se establecieron inicialmente como orfanatorios en el siglo XIV. Cuando Vivaldi recibió el nombramiento de maestro de violín en 1703 había varios cientos de niños en la Pieta.

El compositor dictó clases por seis años y posteriormente por períodos intermitentes por el resto de su vida. Entre los años 1711 a 1716 estuvo imbuido en la composición de óperas en el teatro Sant’Angelo. En 1723, el orfanato le comisionó para que escribiera dos conciertos al mes. En 1735 se le concedió el título de maestro y en 1739, la iglesia le comisionó 20 nuevos conciertos.

De sus más famosas composiciones, Las cuatro estaciones, las componen cuatro conciertos para violín y cuerdas, cada uno inspirado en la naturaleza. Es una de las piezas más reconocidas y queridas en la música clásica. Vivaldi era un verdadero virtuoso y el más reconocido compositor barroco, además de un magnífico violinista y profesor. También fue sacerdote católico romano que compuso la mayoría de sus obras en el período de 30 años cuando trabajó en un orfanato de Venecia.

Las Cuatro Estaciones fueron piezas que revolucionaron la música de la época, compuestas entre 1716 y 1717, por la forma tan innovadora en la que los instrumentos evocaban los sonidos de la naturaleza. Con frecuencia, además de visitar la iglesia y admirar las magníficas obras de arte que allí reposan, es una experiencia alucinante escuchar el concierto de uno de los hijos más talentosos de la ciudad. Uno literalmente se transporta a un lugar especial, lleno de belleza, donde el tiempo se detiene. El color y la vibración de los sonidos perfectamente armonizados se unen para brindarnos un viaje inolvidable a través de los cambios de rostro de la naturaleza. Su más destacada intérprete, la orquesta I Musici Veneziani, se viste de gala, con trajes de la época, en el escenario que vio nacer este concierto.

Esta pequeña iglesia, en el punto de inflexión del gran canal, entre los ríos Dei Greci y de la Pieta, a la que se llega pasando por la gran estatua a Vittorio Emmanuel, acogía a niñas sin recursos y Vivaldi era el maestro de música que les enseñaba a cantar a este grupo de niñas desfavorecidas que alcanzaron una gran calidad artística por el preciosismo de sus interpretaciones.

Hoy día, dotada de una excelente acústica, este recinto nos permite experimentar una sensación inolvidable al escuchar las obras que compuso el gran veneciano en el mismo lugar donde las compuso. Todo un privilegio.

*Moneda antigua española, efectiva unas veces y otras imaginarias, que tuvo diferentes valores y calificativos.