Domingo, 12 de octubre de 2014
«Mucho se le reclama al presidente Varela que va despacio, de allí el apodo que se ha ganado»
New York City, NY— Los 100 primeros días del Gobierno del presidente Juan Carlos Varela fueron seguidos con mucha atención, especialmente porque coincidieron con el tsunami Moncada Luna que, parodiando su peinado, captó la atención por el impacto que tuvo en los medios y la participación de la opinión pública. Es muy positivo que la ciudadanía y no solo los que se interesan en la política eleven su voz de condena ante comportamientos tan alejados de la ética y la probidad, especialmente de los que están llamados a administrar justicia en el país.
Mucho se le reclama al presidente Varela que va despacio, de allí el apodo que se ha ganado. En estos 100 días de mandato, que se cumplieron el 8 de octubre, ha quedado claro que la gestión anterior hizo más cosas chuecas que lo que han hecho los gobiernos precedentes en 50 años, incluyendo los militares, y nosotros lo permitimos.
Nadie dijo que iba a ser fácil para el que ganara la elección de mayo el continuar con una gestión que se caracterizó por el desenfreno, la persecución, los entuertos y la falta de escrúpulos. Muy pocos elevamos nuestras voces de protesta en medio de la danza de millones en contrataciones fraudulentas, licitaciones maniatadas, contratos ‘llave en mano’ y uso de los recursos del Estado para proselitismo de los candidatos oficialistas. Ahora se tiene que invertir un tiempo precioso en deshacer esos entuertos, cancelar contratos, rescindir concesiones y, mientras tanto, todo el mundo esperando que el país siga creciendo al ritmo que iba, para beneficio de muy pocos y desesperanza de muchos.
Para rematar, volvemos a los tiempos de Costaguana, gracias a que Colombia puso a Panamá en la lista de paraísos fiscales. Es inaudito que el país que más beneficios ha recibido de nuestra bonanza económica, que ha comprado empresas emblemáticas panameñas, que tiene un negocio en cada rincón de provincia de nuestro territorio con una bandera afuera y un elevado intercambio con la Zona Libre de Colón, venga ahora con esto. Sugiero que como medida de retorsión y en abierta represalia por su doble moral, se le manden de vuelta todos los presos que hay en cárceles panameñas, que nos cuestan un montón de plata y corrompen a todos los que están en su derredor, se les quite el permiso de residencia a los más de 300 000 colombianos y se deporten a los miles que se quedan ilegalmente y se le aplique la ‘Ley Patacón’ de las banderas. Y no es xenofobia, es simple reciprocidad.
En cuanto a los muchos problemas que nos agobian, y que no tienen visos de solucionarse, aunque tengamos 100 años de soledad, y no apenas 100 días de gobierno, es importante que se aclare todo lo referente a Financial Pacific, incluyendo el paradero de Vernon Ramos. Se debe presentar un reclamo internacional que exponga los engaños que se presentaron ante la Unesco por el INAC y el MOP para afectarnos de manera definitiva el patrimonio histórico del Casco Antiguo. Se deben seguir las investigaciones para que se condene a los responsables de las muertes y heridos de Bocas del Toro, la Comarca Ngäbe y el centro de menores de Tocumen, y que vayan a la cárcel los responsables de tanta impunidad, además de seguir con todos los temas que no nos dejaron un momento de sosiego en los pasados cinco años.
Los 100 días de Gobierno es una tradición que estableció Franklin Delano Roosevelt después de asumir como presidente en medio de la gran depresión económica, en 1933. Pidió 100 días para dar respuestas. Esperemos que después de este plazo se siga por el sendero de ‘vísteme despacio que tengo prisa’ (como decían, entre otros, Napoleón, Carlos III y Fernando VII), para que se concreten las separaciones de los cargos de los inescrupulosos que quedaron enquistados desde la pasada administración y que hoy se defienden alegando que es persecución política.