Publicado en La Estrella de Panamá, el 29 de diciembre de 2022.
En fecha reciente falleció Jean Francois Boyer, a los 76 años, el periodista francés que estuvo varias veces en Panamá, como corresponsal y como invitado de la Feria Internacional del Libro de Panamá en 2012, en ocasión de que Francia era el país invitado. Desde 1993 vivía en México.
Había nacido en Argelia, en ese entonces departamento francés. Fue enviado especial y corresponsal del primer canal de televisión de Francia, ORTF (Oficina de Radiodifusión-televisión francesa), del canal TF1 (Medio Oriente, América Latina, África, Asia) entre 1974 y 1988 así como del diario Liberación (1993 a 1995) y fundó la edición mexicana de Le Monde Diplomatique. Fue el autor del único perfil de Yasser Arafat, que fue muy elogiado en su época y que contribuyó a catapultarlo como el gran reportero de televisión. Fue asesor de la dirección de la Agence France Presse para proyectos televisivos y realizador de documentales para diversos canales franceses. Sus dos primeras investigaciones publicadas fueron muy exitosas además de reveladoras: “El Imperio Moon” y “La guerra perdida contra las drogas”. Incursionó en la ficción con la novela “Lágrimas de volcán” en 2015, que presentó en la Feria del Libro de Guadalajara, entre otros escenarios.
Jean Francois cubrió conflictos en Argentina, Nicaragua, El Salvador, Líbano, Irak, Sahara Occidental, entre otros lugares y por supuesto, Panamá. Fue testigo de excepción cuando las elecciones de 1989 fueron anuladas, porque él filmó el ataque que sufrió Guillermo “Billy” Ford, cuya foto fue tomada por un fotógrafo del Times Magazine que dio la vuelta al mundo con la camisa ensangrentada.
En la VIII Feria del Libro de Panamá en 2012 fue invitado por el Grupo GESE (La Estrella de Panamá y El Siglo) y Medcom para abordar el tema “La investigación periodística como apoyo a la sociedad” en una mesa redonda que compartió con Eduardo Quirós, entonces presidente de GESE y el director de La Estrella, Gerardo Berroa. Allí sostuvo su enfoque de que la sociedad necesitaba buscar razones lógicas que le revelen las realidades detrás de las apariencias que se viven día a día. Incluso se atrevió a sentenciar que en Panamá “la prensa había cambiado” y expresó su aspiración de que los resultados de ese debate resultasen en un diálogo interesante, lo que logró.
Boyer era considerado y respetado como un intelectual, pensador, crítico del sistema y de esta América Latina que tanto duele. Su ensayo “El Imperio Moon” fue el primer y único estudio completo sobre la Asociación para la Unificación del Cristianismo, fundada en Corea en 1954 por el reverendo Sun Myung Moon, más conocida internacionalmente como «la secta Moon». Para escribirlo, el autor realizó numerosas encuestas durante más de un año en Francia, en los Estados Unidos, en América Latina y, con la ayuda de colaboradores, en Japón y Corea del Sur. El resultado fue una obra explosiva, llena de revelaciones inéditas, y que develó que la «Iglesia de la Unificación» más que una secta era un imperio al servicio de la causa anticomunista.
Relataba, con todo detalle, las grandes etapas de la constitución de este imperio, de Pyong Yang a París, pasando por Tokio y Múnich, Montevideo y Tegucigalpa, Washington y Nueva York. Describía el fanatismo y dedicación de los 100,000 militantes de esta secta, verdaderos monjes soldados del anticomunismo, así como los trucos y malas artes de los hombres de negocios de la organización en los más diversos países. Sobre todo, aportó por primera vez una información completa sobre la «estrategia de la araña» que desplegaba Moon a nivel mundial para incorporar a su proyecto a las élites de la prensa y del mundo político. Explicaba también cómo los moonistas formaron un poderoso grupo de prensa en los Estados Unidos, cómo participaron en la financiación de la «guerra secreta» en Nicaragua, o cómo penetraron en el cono sur de Latinoamérica.
En “La guerra perdida contra las drogas: narco dependencia del mundo actual”, publicado en 2001, Jean Francois Boyer documenta acuciosamente cómo, a pesar de los golpes asestados contra los cárteles colombianos, jamás las drogas latinoamericanas –cocaína, heroína, drogas sintéticas— habían invadido tan masivamente los mercados europeos y norteamericanos. La llamada “guerra contra las drogas” fue lanzada en Washington por el presidente Richard Nixon en 1971, lo que provocó que las mafias locales se reorganizaran y surgieran otras: mexicanas, chilenas, nigerianas, dominicanas. Las mafias del norte jugaron un papel crucial en la importación y distribución de estupefacientes. Y miles de millones de dólares “blanqueados” convirtieron los sistemas bancarios de Europa y Estados Unidos en “narcodependientes”.
En ese libro el autor revela los entresijos desconocidos de ese universo: cómo los narcos colombianos y mexicanos compraban jets comerciales para transportar toneladas de droga; cómo las bandas norteamericanas controlan la distribución en Estados Unidos; cómo los herederos de Pablo Escobar mantenían cuentas en Liechtenstein. Cómo un gran banco de Estados Unidos se hizo de la vista gorda frente a transacciones dudosas; cómo la mafia marsellesa abrió nuevas rutas de distribución en Europa. Panamá no estuvo ausente en esta investigación.
En este importante libro, producto de quince años de investigación, Boyer aportó revelaciones contundentes del modo en que los narcos consiguieron infiltrar el estado mexicano.
De Santiago de Chile a Tokio, pasando por Nueva York, Bogotá, México, París y Moscú, nos lleva en un viaje increíble que ponía en tela de juicio dos décadas de estrategias erróneas para combatir el flagelo de las drogas.
Su novela, “Lágrimas de volcán”, a pesar de ser ficción, se enraíza en una realidad cotidiana y su preocupación de que hoy día los jóvenes no tienen referencia del pasado. Jean Francois Boyer habla de ello por conducto de los dos personajes centrales: Diego, quien luchó contra la dictadura de Pinochet y participó en los movimientos revolucionarios en Nicaragua y El Salvador, y Julien, un documentalista, quien busca realizar un filme sobre los Guerreros del Norte, el cártel más violento de México. Aunque parezca autobiografía, no lo es pero los personajes son reales.
Jean Francois Boyer fue también, un gran amigo y en Panamá tuvo muchos, que mantuvo en sus esporádicas visitas y a través de correos y chats. Su ausencia la sentiremos muchísimo. Solo mueren a los que se olvidan y a él no lo olvidaremos.