MARIELA SAGEL
El Siglo, 29 de abril de 2013
Anteriormente había denunciado, por este medio, la mala imagen que dan los maleteros que se llaman www.maleterosdepanama.com, y que son los que se toman la libertad de dispensar los carros auxiliares que necesita un viajero para poder cargar su equipaje, tanto para que pase por los controles de aduanas como que salga a buscar el transporte que lo llevará a su destino. Mencionaba que en muchas de las grandes ciudades, no hay que pagar por ‘alquilar’ este servicio, y de hacerlo, se hace a través de una máquina por medio de la cual hasta se puede cargar el costo a una tarjeta de crédito.
En Barajas, aeropuerto de Madrid, se tiene que depositar un euro (que equivale a $.1.33 más o menos) y la máquina le da a uno una ficha, misma que se deposita en la correa que aglutina todos estos cochecitos. Nunca hay de por medio una persona que saque un legajo de billetes en forma ostentosa, como les gusta a hacer a nuestros criollos.
Mi sorpresa ha sido muy grande al llegar a las 12 de la noche a Tocumen, encontrarme con los carritos amordazados por las cadenas, y al preguntarles a los funcionarios de Aduanas por los ‘raqueteros’, me han dicho que ‘estaban durmiendo’. O sea, no solo dan un pésimo servicio que a todas luces no es transparente, sino que no lo prestan cuando uno más lo necesita, que es cuando se llega cansado, trasnochado y ya casi sin ganas de andar jalando el equipaje.
Quisiera que esta segunda campanada llegara a los que administran el aeropuerto, que pretende ser un modelo de eficiencia. Si queremos ser un ‘hub’ del continente, tenemos que cuidar todos los aspectos de los servicios que se brindan en esa terminal aérea, incluyendo hasta los más mínimos, y básicos, como tener a la disposición carritos para acarrear las maletas.
No podemos ser un destino de turismo apetecible, al cual todos quieran venir, si la primera impresión que damos es la de unos avivatos que cobran con desparpajo por el alquiler de los carros que uno va a usar para poder mover las maletas. Esta responsabilidad debe recaer en los que están a cargo de la industria turística, léase Autoridad del Turismo, de la Dirección o Autoridad de Aduanas y de los panameños en general. A ver si caemos en la cuenta que nos concierne a todos y dejemos de dar la impresión de que en Panamá todo es un ‘racket’.