Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 27 de junio de 2021.
Esta semana, en el Centro Cultural de la Municipalidad del distrito de Cankaya, en la capital de Turquía, Ankara, se presentó un singular evento que es parte de la Diplomacia Cultural que ha implementado la Cancillería de Panamá. Organizado por la Embajada de Panamá en Turquía, mostramos 50 versiones en audio y 12 en video de la canción “Historia de un amor”, famosa en el mundo entero, pero de la que es poco conocida su historia, de cómo se concibió y por qué de su origen.
En el auditorio del Centro se ofreció una explicación de las razones por las que Carlos Eleta Almarán escribió esa canción, después de que su cuñada, Mercedes Casanovas de Eleta contrajo polio estando embarazada y habiendo dado a luz a una niña. Doña Mercedes murió tres días después de que nació Aurora (Loly), pero unas horas antes le había pedido a su cuñado que velara porque su marido no se desplomara ante el hecho de perderla. Tenía solamente 26 años, de una belleza sorprendente, hija única de inmigrantes españoles.
Carlos Eleta Almarán no tenía conocimientos formales de música, tocaba de oído y al salir de ver a su cuñada, sumamente impresionado por su petición, se sentó al piano de su oficina del edificio Chesterfield, desde funcionaban los negocios de radio y televisión que tenía su familia. Dijo en su momento que el bolero “Historia de un amor” le salió del alma, que si hubiera sabido de pentagramas no le sale tan bien. No tenía mayores conocimientos formales de música, pero se destacó por componer a lo largo de su vida boleros muy famosos. Lo compuso para que fuera la voz sumamente triste de su hermano Fernando.
La canción se dio a conocer dos días después de la muerte de doña Mercedes y la vacuna contra el polio salió al año siguiente, en 1955. Obtuvo un disco de oro y fue el tema de la película con el mismo nombre que protagonizó Libertad Lamarque en 1956. Ha sido interpretada por famosos grupos musicales y cantantes de reconocido éxito, como Julio Iglesias, Luis Miguel, Marco Antonio Muñiz, Tania Libertad, Guadalupe Pineda, el Trío Los Panchos, Olga Guillot, La Sonora Matancera con Leo Merini, Il Volo, Lucho Gatica y Dámaso Pérez Prado, entre otros muchos. La Orquesta Sinfónica de Londres tiene una versión muy particular.
En algún momento le escuché a Fernando Eleta padre decir que parte de las regalías fueron invertidas en la erradicación del polio en el mundo y, sobre todo, en Panamá. En el año 2001, según un reportaje que en su momento escribió Rafael Candanedo, relata que el príncipe de Japón, Masahito, junto a su esposa, la princesa Hanako, visitaron Panamá y manifestaron su interés de conocer al compositor. Habían escuchado la canción en japonés y les había conmovido.
Gracias a la acuciosidad de Mario García Hudson, director de los archivos audiovisuales de la Biblioteca Nacional, pude traerme este valioso material audiovisual y mostrarlo en esta tierra donde saben apreciar los temas culturales al más alto nivel. Al evento asistieron la vicealcaldesa de Cancaya, el director de Américas de la cancillería turca, el decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Ankara, la directora del Conservatorio de dicha universidad, quien a su vez trajo a sus alumnos, colegas embajadores de América Latina, de Malta, Bangladesh, y de otros países y todos coincidían en que la habían escuchado pero que no tenían idea que la había compuesto un panameño.
Esta canción ha sido interpretada por cantantes y bandas de México, Puerto Rico, Cuba, Chile, Argentina, Perú, así como Francia, Rusia, España, Italia, Bielorrusia y hasta en Turquía.
Como no hay coincidencias en el mundo, el domingo el director de “La cata musical”, César Muñoz, guionista e historiador de música de nacionalidad venezolana con residencia en Miami, puso a circular un video de unos 15 minutos donde cuenta esta misma historia, pero con el testimonio de Loly Eleta, la niña que nació con polio y que perdió a su madre. Ya teníamos avanzado y circulado las invitaciones para el evento, y al hablar con Loly, me recuerdó que el 22 hubiera sido el cumpleaños de Fernando hijo, el recordado Ñopo Eleta, que falleció en Washington en el año 2009; que el 24 hubiera sido el cumpleaños noventa y tres de doña Mercedes; y el 25 cumple la mayor de esa familia, la muy conocida Baty Eleta. Y nuestro evento fue el 23, en medio de todas estas fechas. Todos los planetas se alinearon para que fuera una semana en la que se cantaba al amor, a una canción que nació de la tragedia pero que se alzó de ella ofreciéndole un homenaje.
La diplomacia cultural es una herramienta que rompe barreras y que no entiende de conflictos ni rivalidades, que hermana a los países y, en este caso, permite conocer el origen de muchas de las canciones que por años hemos tarareado y conocido. Después de esta pandemia, de la que parece que, por lo menos aquí en Turquía, estamos saliendo, las personas están más que deseosas de salir, de ir a eventos culturales, de compartir con amistades una copa y escuchar historias que para ellos eran desconocidas. El apoyo de la cancillería panameña y su rol beligerante en implantar una verdadera diplomacia cultural ha sido fundamental para que los representantes de Panamá en otros países podamos darnos a conocer mediante la música, la gastronomía, las artes plásticas, nuestra historia, el cine que hacemos y muchos otros vínculos que nos unen con el resto de los países.
Estos eventos, si bien son festivos y alegres, representan un costo bajísimo puesto que los centros culturales apenas cobran, cuando lo hacen (en este caso no cobraron) y lo demás es ingenio de la misión diplomática en poner a sonar la música y mostrar los videos para que todos se contagien de las canciones compuestas por panameños.
Es el primero de los eventos de diplomacia cultural que se hace este año, primero de seis que fueron aprobados el año pasado, que esperamos replicar en otras ciudades, siempre aliados con la municipalidad y las autoridades locales, en el año que celebramos el Bicentenario de nuestra independencia de España. En Turquía el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de su Departamento de Diplomacia Cultural, ha acogido con verdadero entusiasmo la conmemoración, respaldando a los países que celebramos este bicentenario, con una agenda muy comprometida en dar a conocer todas las manifestaciones culturales de los seis países que, teniendo representación diplomática aquí, lo celebraremos con conciertos, degustaciones gastronómicas, sembraremos un parque con especies de cada uno de nuestros países, conferencias de historiadores de cada país que hagan referencia a la gesta independentista y una exposición de documentos de nuestra independencia, que posteriormente se plasmará en un libro conmemorativo. En los próximos meses llevaremos este evento a Estambul, en las salas del Instituto Cervantes.