Por Mariela Sagel
Publicado en El Siglo, el 26 de febrero de 2024
El pasado sábado 24 de febrero se cumplieron dos años de haberse iniciado el conflicto armado que tiene enfrentados a la Federación Rusa con Ucrania, con daños considerables para la población de ambos países y el consecuente deterioro de la economía en términos generales.
Tûrkiye, desde el principio, no solo ha gestionado de manera positiva la mediación entre los dos países para alcanzar un acuerdo que mantenga la independencia, soberanía e integridad de Ucrania, sino la seguridad del transporte de mercancía como granos y combustibles, que permita la sobrevivencia de los vecinos que dependen de ella. Tal como Panamá, y por respeto a la neutralidad de países que contamos con pasos marítimos que debemos mantener alejados de conflictos que arriesguen la seguridad en los océanos, el Canal de Panamá y de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, el país ha sido proactivo en mediar por alcanzar una solución.
El sábado se celebró, en la iglesia de la sede diplomática del Vaticano de Ankara, una misa bajo el rito ortodoxo, que reunió a los representantes diplomáticos de países representados en la capital turca, –la mayoría de diferentes religiones— con el deseo de que este conflicto termine pronto. De la misma forma se manifestó el Ministerio de Asuntos Exteriores Turcos en un comunicado, con la esperanza de que pronto se llegue a un acuerdo y ofreciendo el apoyo para la reconstrucción, tal como lo hizo el think tank TEPV durante la semana, que invitó a debatir a diferentes actores, entre ellos Japón, a fin de ir diseñando, por parte de la poderosa asociación de contratistas, el apoyo para los enormes trabajos que se necesitarán cuando se dé, ojalá pronto, la reconstrucción. E ir identificando las fuentes de financiamiento de estos trabajos, que demandarán muchos recursos.
