Publicado en La Estrella de Panamá, el 2 de octubre de 2022.
Para muchos no es ajeno el nombre Pera como referencia a un barrio de Estambul, sobre todo a los aficionados a las series turcas (¿quién no vio “Kurt Seit y Sura”, que empieza con la revolución rusa y termina con la constitución de la república por Mustafá Kemal Atatürk?) o más recientemente “Midnight at the Pera Palace” (que es también un magnífico libro). Lo cierto es que, en el área, que ahora se conoce como Beyoglu, en la parte europea de la ciudad y separado del casco antiguo (Sultanameth, donde está la Hagia Sofía y la Mezquita Azul, entre muchos otros sitios históricos) por el Cuerno de Oro, fue un distrito importante que debía su nombre al griego, que significa “el otro lado”.
Es un centro artístico, con activa vida nocturna, quizás el más atractivo de Estambul, con su famosa calle peatonal Istiklal, donde no se duerme nunca y donde uno encuentra de todo, desde restaurantes emblemáticos, las más diversas tiendas, así como iglesias cristianas (como la Basílica de San Antonio de Padua). El Pera Palace, famoso hotel donde la escritora Agatha Christie escribió “Asesinato en el Orient Express” es de culto, donde aún se conserva la habitación 411 que ella usó para escribir su famosa novela, y goza de esplendorosos interiores. Enfrente, el Marmara Pera, otro hotel de prestigio, que tiene en su azotea el famoso restaurante Mikla, con una vista de 360 grados.
Desde Pera o Beyoglu no se traslada a otros barrios, como Gálata (donde está la famosa torre) mediante el puente del mismo nombre. Esta zona ha estado habitada durante miles de años, comprobándose la existencia de asentamientos griegos, y a medida que fue aumentando el imperio Bizantino, Constantinopla fue creciendo y expandiéndose. En el siglo V comenzó a edificarse como barrio de Bizancio y es allí cuando se empieza a conocer con el nombre de Gálata. Es en esa época que el emperador Teodosio II empieza a construir su fortaleza. Es posible que el nombre Gálata provenga del griego Galaktos, que significa “leche”, pues hubo un tiempo en que el área era un importante productor. Hay otras teorías en torno a su nombre, como que procede de la palabra italiana Calata, que significa “ladera abajo” pues Gálata perteneció a una colonia genovesa.
En el desarrollo de la ciudad, mercaderes europeos, especialmente genoveses y venecianos fueron asentándose en Pera. Durante el Imperio Latino de Constantinopla (1204-1261), los venecianos ganaron en preponderancia. La iglesia de San Pablo (de 1233), que hoy es la mezquita Arap, es de este período. En 1273 el emperador bizantino Miguel VIII cedió Pera a la República de Génova a cambio de su apoyo tras la Cuarta Cruzada y el saqueo de Constantinopla en 1204. A partir de esa fecha, Pera prosperó comercialmente, bajo el gobierno de un podestà (primer magistrado de las ciudades del centro y norte de Italia).
En 1348 los genoveses construyeron la torre Gálata, uno de los edificios más emblemáticos de Estambul y permaneció bajo su control hasta la conquista de Constantinopla por los otomanos, después de un asedio que da para otro artículo. Pera ha sido siempre la parte más occidentalizada de Estambul, y fue sujeto de rencillas entre genoveses y venecianos. De allí que la palabra baylo, que es similar al podestà genovés, tenga una similitud con Beyoglu. El nombre turco de Pera, Beyoglu procede de la forma turcorizada de Baylo, palacio era el edificio más imponente del distrito. El nombre proviene de Bey Oglu (en turco, “hijo del gobernador”) que se utilizaba para aludir a Luigi Giritti, hijo de Andrea Giritti, baylo veneciano durante el sultanato de Solimán El Magnífico.
Tras el asedio turco y conquista de Constantinopla, en 1453, el sultán Mehmed II permitió a los genoveses regresar a la ciudad. Un retrato de este sultán, pintado por un artista veneciano, pertenece a la National Portrait Gallery de Londres. También recomendaron a Leonardo Da Vinci al sultán Bayezid II para que diseñara un puente sobre el Cuerno de Oro, y los bocetos y dibujos de dicha obra los pude ver en el Museo Nazionale della Scienza e della Tecnología en Milán.
Desde la calle Istiklal uno puede pasar frente al Consulado de Italia, que antes de que Türkiye mudara su capital a Ankara, Estambul era el centro del gobierno. La mansión de Luigi Giritti, se encontraba cerca de lo que hoy conocemos como Taksim. Se nota que el Imperio Otomano tenía una relación con la República de Venecia, a pesar de ser rivales en lograr el control de territorios del este del Mediterráneo, rivalidad que se desvanecía tras los pactos comerciales que se lograban. De allí sale la afición de los venecianos por el café, especialidad culinaria otomana que hoy es de culto en Italia y otros países europeos.
Después de la conquista de Constantinopla, numerosos comerciantes se establecieron en las áreas de Pera y aledañas, e incorporaron modernas líneas telefónicas, tranvía, electricidad, gobierno municipal y el metro subterráneo, que fue inaugurado en 1875, que fue la segunda línea ferroviaria subterránea del mundo, después de la de Londres. El sultán Abdülmecit I mudó su residencia del Palacio de Topkapi al Dolmabahçe en 1853, que mezcla los estilos neoclásico, barroco y rococó. Una vez fundada la republica turca, hace 99 años, Beyoglu fue decayendo, aunque sigue siendo un área muy concurrida precisamente por la peatonal Istiklal, desde donde una puede ver las antiguas sedes de las embajadas del Reino Unido, Alemania, Rusia, Países Bajos y Suiza. También se puede llegar al barrio de Çukurcuma, donde está “El Museo de la Inocencia”, que creó el premio Nobel de Literatura, el escritor turco Orhan Pamuk, al mismo tiempo en que escribía su fabulosa novela homónima, galardonado como el Mejor Museo Europeo de 2014.
El Museo Pera
Inaugurado en junio de 2005 es una iniciativa de la Fundación Suna y Inan Kiraç, para ofrecer a la ciudad espacios culturales y servicios de arte que fueran distintivos de esta parte de la ciudad. El edificio lo diseñó el arquitecto Achille Manoussos en 1893 para que fuera la sede del Hotel Bristol. Lo que hoy se puede visitar es la transformación a un museo moderno y bien equipado.
Tiene 5 pisos y salas muy bien definidas y montadas, auditorio, cafetería y tienda. Los pintores orientalistas, los pesos y medidas anatolios y las cerámicas y mosaicos de Kütahya, colecciones que pertenecen a la fundación, tienen la misión de dejar a las futuras generaciones por medio de exhibiciones, publicaciones y actividades, así como documentales, programas educativos y estudios científicos. También ofrece, de forma periódica, exposiciones temporales.
La construcción del hotel Bristol, siguiendo los lineamientos del período y cuyo dueño era el Patriarcado de la Iglesia Armenia, se concluyó en 1893. Considerado por muchos como el lugar para hospedar a grandes personalidades, estuvo en servicio hasta los primeros años de 1980. Fue construido en ladrillo y mampostería, con reminiscencias neoclásicas y con un lobby muy espacioso, escaleras de mármol, elevador, suites muy confortables, salones y comedores con servicios de mesa muy elegantes.
Durante sus años de servicio tuvo operarios famosos como Logothetti, Adamapoulos, Ciras y Hacara, y Ömer Lütfi Bengü, que compró el edificio en 1930 como una reacción a los cambios que había experimentado el área donde estaba ubicado. A partir de 1980 no estaba en capacidad de competir con otros hoteles del área y desde la muerte del señor Bengü dos adinerados señores compraron el edificio, cuyos herederos lo pusieron en venta posteriormente. El edificio fue renovado para convertirlo en la casa matriz del Eskisehir Bank, la fachada y los cinco pisos de las estructuras aledañas, que estaban sobre la calle Mesrutiyet se preservaron y dos parcelas más se usaron en forma combinada. La institución bancaria lo utilizó hasta 2002 y a partir de allí, la fachada diseñada por Manoussos y las parcelas anexadas han sido conservadas y fueron rediseñadas como un museo contemporáneo y muy bien equipado.
Entre los museos aliados, con quienes intercambian piezas para exposiciones temporales, están la Galería Tate y el Museo de Victoria y Alberto, del Reino Unido, el Museo estatal de St. Petersburgo, colecciones de J.P Morgan, Arika Kurosawa, Marc Chagall, Pablo Picasso, Fernando Botero, Frida Kahlo, Diego Rivera, Francisco de Goya y Lucientes, Andy Warhol, Alberto Giacometti, Giorgio de Chirico y otros, que han sido traídos a Türkiye por amantes del arte. El Museo Pera ha estado organizando exposiciones de artistas jóvenes cada año desde su apertura, con la ayuda de instituciones similares tanto nacionales como internacionales. Al tiempo que mantiene sus actividades, las complementa con películas de productores independientes y documentales, algunas veces en forma paralela.
El Museo Pera es hoy día uno de los más modernos y populares museos de Türkiye (y eso es mucho decir, puesto que el slogan del país es: the world largest musuem), siendo pionero en su estilo y de la dinámica ciudad que es Estambul, que ofrece una visión comprehensiva y contemporánea.
La fundación Suna, Inan y Ipek Kiraç se estableció en octubre de 2003 para levantar fondos entre los ciudadanos conscientes y filantrópicos de la sociedad turca a fin de proveer de oportunidades tanto materiales como sociales a individuos e instituciones que coadyuvaran a llevar a cabo actividades en la rama de educación, cultura, arte y salud. Para lograr estos cometidos, la fundación se ha ido especializando en muestras históricas, bibliotecas, presentaciones y eventos relacionados. Las actividades de la fundación incluyen investigación, encuestas y colaboraciones con otros museos, fundaciones, centros de exhibición, de aplicación e investigación, bibliotecas, instituciones y organizaciones en todo el mundo.