Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 14 de febrero de 2022.
Acostumbramos a identificar a los cantautores como aquellos que, con sus canciones, relatan y exhortan a realidades que deberían ser ideales para la vida moderna. Los cantautores son solistas que escriben, componen y cantan sus propias canciones y están vinculados a temas sociales, políticos, personales o filosóficos.
Son canciones de autor y en algún momento se conoció como “canción protesta”. Hoy no es tanto, sino a reflexiones individuales, filosóficas y hasta románticas. Se ha desarrollado mayormente en el sur de Europa (España, sobre todo) y en América Latina. Emblemáticos españoles son Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute (fallecido hace casi dos años) y Javier Krahe (que también nos dejó hace años), entre otros. En Latinoamérica se distinguen Violeta Parra (autora de “Gracias a la vida” y hermana de Nicolás Parra), Víctor Jara (asesinado por la dictadura Pinochetista), Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Pérez y Atahualpa Yupanqui, sin olvidar a Vicente Feliú que acaba de morir.
Estados Unidos no ha estado exento de este tipo de compositores/cantantes, y allí están Bob Dylan, que recibió el Nobel de Literatura, Charles Aznavour, entre otros, y en Italia se distinguen Franco Battiato y Claudio Baglioni.
Más cerca de nosotros, Fito Paéz, Andrés Calamaro, Franco de Vita y Juan Luis Guerra, se suman a nuestro Rubén Blades, el campeón de los cantautores. En las últimas dos décadas han surgido una pléyade de jóvenes que ya no tratan de reivindicar temas mesiánicos, como Ricardo Arjona, Alejandro Sanz, Ricardo Montaner, Juanes y Shakira. Sin embargo, no podemos olvidar a los tradicionales cantautores de toda la vida: Armando Manzanero, Roberto Carlos, José Luis Perales y Juan Gabriel.
En Panamá tenemos a Rómulo Castro, que ha compuesto preciosas canciones que han interpretado otros cantantes famosos. Lo que tienen en común todos ellos es que leen, que conocen de las realidades de nuestros países y que reivindican nuestras causas, nuestros héroes y nuestras efemérides. Gracias a ellos las canciones nos hacen sentido.